Los productos químicos sintéticos utilizados en el embalaje, el almacenamiento y el procesamiento de los alimentos podrían ser perjudiciales para la salud humana a largo plazo, advierten científicos de la Food Packaging Forum Foundation en un comentario publicado en Journal of Epidemiology and Community Health, del grupo del British Medical Journal.

Esto es así porque la mayoría de estas sustancias no son inertes y pueden filtrarse en los alimentos que comemos, explican. A pesar de que algunos de estos productos químicos están regulados, las personas que comen alimentos envasados ​​o procesados ​​son propensas a estar expuestos de forma crónica a niveles bajos de estas sustancias a lo largo de sus vidas, añaden.

Y muy poco se sabe sobre su impacto a largo plazo, incluso en las etapas cruciales del desarrollo humano, como en el vientre materno.

Los científicos creen que este consumo es motivo de preocupación porque, por ejemplo, sustancias tóxicas conocidas, tales como el formaldehído, causante de cáncer, se utilizan legalmente en estos materiales. El formaldehído está muy presente, aunque en niveles bajos, en botellas de plástico utilizadas para bebidas gaseosas y en vajilla de melamina.

Otros productos químicos que se sabe que interrumpen la producción de hormonas también se usan para estas funciones, incluyendo el bisfenol A, el tributilestaño, el triclosán, y los ftalatos. El número total de sustancias químicas conocidas que se utilizan en este contexto supera las 4.000.

Los expertos admiten que determinar el efecto que estos productos químicos tienen en la salud no es tarea fácil, porque no hay poblaciones no expuestas a ellos con las cuales comparar.

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