Los estiramientos de cara y otros procedimientos rejuvenecedores podrían no servir de mucho, advierten los resultados de un estudio realizado por científicos del University of Rochester Medical Center, de Estados Unidos.

Los investigadores constataron que, a medida que envejecemos, en los huesos de la cara se producen cambios significativos, especialmente en el hueso de la mandíbula. Estos cambios hacen que el rostro refleje su verdadera edad, por más que se estire la piel.

Por eso, los científicos señalan que las técnicas de rejuvenecimiento deberían seguir dos vías: el procedimiento tradicional centrado en la piel, y otro procedimiento de restauración de la estructura ósea subyacente.

Estas conclusiones fueron alcanzadas a partir de 120 imágenes tomadas mediante tomografía axial computerizada, con las que se midieron los cambios sufridos por los huesos de la cara con el paso del tiempo. Los científicos usaron también un programa informático para medir la longitud, el ancho y el ángulo de la mandíbula. Así determinaron que, en definitiva, los huesos no engañan.

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