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Los astrónomos investigan las 'fauces de la bestia' de CG4 y otros 'glóbulos cometarios' 29/01/2015Como la boca abierta de una gigantesca criatura celeste, el glóbulo cometario CG4 refulge amenazante en esta nueva imagen del VLT (Very Large Telescope) de ESO (Observatorio Austral Europeo). Aunque en la fotografía parece grande y brillante, en realidad se trata de una nebulosa débil, lo cual dificulta su localización por parte de los astrónomos aficionados. La naturaleza exacta de CG4 sigue siendo un misterio. En 1976, varios objetos alargados parecidos a cometas fueron descubiertos en fotografías tomadas desde Australia con el telescopio británico UK Schmidt Telescope. Debido a su aspecto, fueron denominados glóbulos cometarios, aunque no tienen nada en común con los cometas. Todos fueron localizados en una enorme mancha de gas brillante llamada nebulosa Gum. Tenían cabezas densas, oscuras y polvorientas y colas largas y débiles. Aunque están relativamente cerca, a los astrónomos les llevó mucho tiempo encontrarlos, ya que su resplandor es muy débil. CG4, que a veces también se conoce como “la mano de Dios”, se encuentra a unos 1.300 años luz de la Tierra, en la constelación de Puppis (la popa). La cabeza, que es la parte visible en la imagen y se asemeja a la de una gigantesca bestia, tiene un diámetro de 1,5 años luz. La cola del glóbulo —que no se ve— tiene ocho años luz de largo. Para estándares astronómicos, es una nube pequeña. El tamaño relativamente pequeño es una característica general de los glóbulos cometarios. Todos los encontrados hasta ahora son nubes aisladas, relativamente pequeñas, de gas neutro y polvo, situados dentro de la Vía Láctea y rodeados por material caliente ionizado. La parte de la cabeza de CG4 es visible porque está iluminada por la luz de estrellas cercanas. La radiación emitida por estas estrellas está destruyendo, de forma gradual, la cabeza del glóbulo y lanzando lejos las minúsculas partículas que dispersan la luz de las estrellas. Sin embargo, la nube polvorienta de CG4 todavía contiene suficiente gas como para fabricar varias estrellas del tamaño de nuestro Sol y, de hecho, CG4 está formando nuevas estrellas. El motivo por el que los glóbulos cometarios tienen esa forma sigue siendo un tema de debate entre los astrónomos. Para saber más, los astrónomos necesitan averiguar la masa, densidad, temperatura y velocidades del material que se encuentra en los glóbulos. Más información ESO
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