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Las mujeres que dan el pecho son más propicias a proteger agresivamente a sus niños y a sí mismas 02/09/2011Las mujeres que dan el pecho a sus bebés son más propicias a proteger agresivamente a sus niños y a sí mismas que las mujeres que alimentan a sus hijos con biberón o que las mujeres sin hijos que deben auto protegerse, sugiere un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles. Además, cuando las mujeres que amamantan se comportan agresivamente registran una presión sanguínea más baja que otras mujeres, lo que sugiere que amamantar puede reducir la respuesta de estrés típica del cuerpo ante las amenazas y proporcionar a las mujeres un coraje extra para defenderse a sí mismas o para proteger a sus bebés, explican los investigadores. Según ellos, ya se sabía que amamantar a los bebés suponía importantes beneficios para éstos, pero parece que también tendría un beneficio poco conocido para las madres. La actitud “agresiva” de defensa de las madres es una reacción conocida como “defensa maternal”, que es característica de los mamíferos. Para establecer que las mujeres, como las hembras de otras especies de mamíferos, también presentan esta actitud defensiva, los investigadores reunieron a tres grupos de mujeres: uno de ellos, de madres que estaban amamantando a sus bebés, otro de madres que los alimentaban con biberón, y otro de mujeres que no eran madres. Todas las mujeres compitieron en una serie de tareas computerizadas, contra un asistente de investigación que se presentó como un participante en el estudio, de trato muy desagradable. Los bebés de las mujeres fueron cuidados en una habitación adyacente durante la prueba. Tras ganar en cada parte de la competición, a las ganadoras se les permitía presionar un botón que desplegaba un largo y fuerte “estallido de sonido” destinado al perdedor. La presión del botón fue concebida en la prueba como muestra de agresividad. Los investigadores descubrieron que las mujeres que estaban amamantando a sus bebés pulsaron este botón dos veces más fuerte y el doble de tiempo que el resto de las mujeres. Los científicos también midieron los niveles de estrés de las participantes a través de su presión sanguínea durante el experimento, lo que les permitió constatar que la tensión sanguínea de las madres que amamantaban fue 10 puntos menor que la de las madres que daban biberón a sus bebés, y 12 puntos menor que las mujeres que no eran madres. Más información Nuevo comentario:
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