Un estudio reciente realizado por las Universidades de Utrecht (en los Países Bajos) y de Cambridge (en Estados Unidos) ha revelado por vez primera que la testosterona, administrada bajo la lengua, afecta negativamente a la capacidad de “leer la mente” de otros, una característica propia de la empatía.

Los investigadores analizaron la capacidad de comprender lo que pensaban otros en una tarea que consistió en averiguar lo que pasaba por la mente de personas que aparecían en fotografías, a través de los ojos de éstas. A esta tarea fueron sometidas 16 mujeres jóvenes.

En la investigación, se constató que la administración de la testosterona propició una significativa reducción en las participantes de la capacidad de detectar lo que otros pensaban.

Este hallazgo tendría importantes implicaciones: una de ellas es que sugiere que los niveles de testosterona pueden afectar directamente la capacidad de un individuo de comprender los pensamientos de otro. Esto explicaría porqué las mujeres rinden más en los tests de empatía que los hombres (éstos producen como media más testosterona que las mujeres).

Otra de las implicaciones sería que los niveles de testosterona presentes en el vientre materno durante el embarazo podrían tener un efecto a largo plazo en la función cerebral. Por último, los resultados podrían ayudar a comprender porqué el autismo, trastorno que impide comprender los pensamientos ajenos, afecta más a varones que a mujeres.

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