Tras arruinarse, las personas pueden recuperarse económicamente, pero tardan entre 10 y 20 años en hacerlo, señala un estudio llevado a cabo por el Center for Human Resource Research de la Universidad de Ohio (Estados Unidos).

El estudio fue realizado a partir de datos de la National Longitudinal Survey of Youth y de una encuesta que abarcó un total de 7.661 participantes de una edad media de 45 años. De éstos, el 13,5% declaró haberse arruinado alguna vez.

En líneas generales, el estudio mostró que las personas que han sufrido esta situación tienden más a estar divorciados, a ser mujer, a tener escasa cultura y menores ingresos, a vivir en áreas urbanas, y a tener familias más grandes que las personas que nunca la han padecido.

Los elementos que sobrecargan estas economías en recuperación son el precio de los combustibles, de los alimentos y de los alojamientos, junto con los altos niveles de endeudamiento, en especial si estas personas tienen una hipoteca ajustable.

Según los autores del estudio, la declaración de bancarrota proporciona un alivio inmediato a los deudores, pero la verdadera recuperación económica tarda más tiempo de lo que a éstos les gustaría.

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