Jason Box, profesor en el Byrd Polar Research Center de la Universidad de Ohio, señala que un fragmento de 29 kilómetros cuadrados del glacial de Petermann, en el norte de Groenlandia, se ha separado y partido a la deriva entre el 11 y el 24 de julio pasados.

Su equipo ha observado asimismo, a partir de imágenes de satélite, una enorme grieta en los bordes del glacial Petermann que podría suponer una pérdida aún mayor de su masa helada. Si este deterioro prosigue, señalan estos expertos, podría producirse una fractura que aislaría a más de 160 kilómetros cuadrados del glacial, lo que supondría la pérdida de una tercera parte de su masa total.

Este equipo explica asimismo que el glacial Jakobshavn, que es el más productivo de Groenlandia en términos de hielos flotantes, continúa contrayéndose y que sus límites actuales nunca se habían observado en los últimos 150 años. La región nunca había estado tan limitada en hielo desde hace 4.000 o 6.000 años.

Esta rápida disolución de los dos mayores glaciares de Groenlandia pone de manifiesto una vez más el efecto dramático del cambio climático en regiones críticas para la vida del globo terráqueo.


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