El tabaco provoca daños genéticos en cuestión de minutos, y no años, tras ser inhalado y alcanzar los pulmones. Esto es lo que revela un estudio realizado por científicos de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, y que es el primero que especifica como ciertas sustancias del tabaco ocasionan daños en el ADN relacionados con el cáncer de pulmón, y con otros 18 tipos de cáncer.

Evidencias obtenidas con anterioridad ya habían indicado que unas sustancias nocivas presentes en el humo del tabaco y conocidas como hidrocarbonos aromáticos policíclicos (HAP) causan cáncer de pulmón. Pero, hasta ahora, no se había podido detallar la forma específica en que estas sustancias dañaban el ADN humano.

Los investigadores añadieron un tipo de HAP (fenantren) a cigarrillos y rastrearon su efecto en 12 voluntarios que se los fumaron. De esta forma, constataron que este HAP forma rápidamente una sustancia tóxica en la sangre que se sabe arrasa al ADN, generando mutaciones que causan el cáncer.

Los participantes en el estudio desarrollaron niveles máximos de esta sustancia en un intervalo de tiempo que sorprendió incluso a los investigadores: entre 15 y 30 minutos después de fumar. Según los científicos, el efecto fue tan rápido que equivalió a inyectar la misma sustancia directamente en la sangre.

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