Hoy en día, las nanopartículas de plata antimicrobianas poseen una amplia gama de usos y un ejemplo de ello es la prevención de olores de origen bacteriano en camisetas y calcetines deportivos.

La ciencia ha mostrado que la nanoplata no supone apenas riesgo para el medio ambiente, pues su tratamiento en las plantas de aguas residuales las transforma en sulfuro de plata, una sustancia prácticamente insoluble. Para dar con una conclusión definitiva sobre los riesgos potenciales de este material se creó el proyecto financiado con fondos europeos Prosuite.

La investigación de Prosuite, la primera de este tipo sobre un nanomaterial, permitió descubrir que el impacto medioambiental de una camiseta tratada con nanoplata sería menor en comparación al de las prendas tradicionales si se lavara con menos frecuencia que las convencionales por sus propiedades antimicrobianas.

Este trato compensaría además la huella medioambiental ligeramente mayor que posee su producción. En comparación con el total de emisiones tóxicas que genera el ciclo de vida al completo de una camiseta, las correspondientes a la nanoplata a través de su lavado resultan mínimas, señalan los expertos.

Para poder evaluar al completo los beneficios medioambientales de los tejidos que contienen nanoplata, se debe indagar más sobre otros aspectos como la producción industrial de la propia nanoplata o si los tejidos en realidad se lavan con menos frecuencia.

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