Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, han conseguido demostrar por primera vez que las emociones que nos produce la música que nos gusta tienen un efecto positivo en la salud de nuestro sistema cardiovascular.

Un estudio llevado a cabo con música que eligieron los propios participantes porque era la que les hacía sentir bien y disfrutar, demostró que dicha música provocaba que el tejido del revestimiento interno de los vasos sanguíneos se dilatase para incrementar el flujo sanguíneo.

Esta saludable respuesta del organismo también fue detectada en 2005 por los mismos investigadores, en un estudio en el que se analizaron los efectos de la risa sobre la salud. Los científicos advierten, sin embargo, que la música que estresa tiene justamente los efectos contrarios.

El estudio fue realizado con siete varones y tres mujeres sanos, no fumadores, de una media de edad de 36 años. Fue realizado en cuatro fases: en la primera, los participantes escucharon la música que les hacía disfrutar; en la segunda escucharon música que les hacía sentir ansiosos; en la tercera, música que ayudaba a relajarse y, en la cuarta, vieron vídeos musicales diseñados para inducir la risa.

Los investigadores se sorprendieron de la enorme diferencia en las mediciones de los vasos sanguíneos de los participantes antes y después de escuchar la música que les gustaba. También hubo una gran diferencia entre los resultados de las mediciones después de escuchar buena música y después de escuchar música estresante.

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