El veneno del escorpión es muy tóxico, pero podría llegar a utilizarse como calmante sustituto de la morfina, afirman científicos de la Unviersidad de Tel Aviv, en Israel.

Los investigadores están tratando de desarrollar un novedoso sedante basado en los componentes naturales del veneno de los escorpiones. Algunos de estos componentes han demostrado tener una alta eficacia en la paliación del dolor, y no entrañan efectos secundarios.

En concreto, las toxinas de los péptidos de este veneno interactúan con los canales de sodio de los nervios y de los sistemas musculares. Estos canales son los que se encargan de comunicar el dolor al cerebro.

Comprendiendo bien esta interacción, se podrían modificar dichas comunicaciones y, en consecuencia, acabar con el dolor. La principal ventaja sería que estos calmantes evitarían los daños que la morfina ocasiona al organismo.

Más información