Los resultados de un estudio realizado en la Penn State University de Estados Unidos han establecido una relación clave entre la capacidad para saborear determinados alimentos y el peso del cuerpo. Pruebas realizadas con ratas demostraron que la obesidad entumece gradualmente la capacidad de notar el sabor dulce, lo que impulsa a consumir mayor cantidad y más dulces alimentos.

Según los científicos, cuando se reduce la sensibilidad de las papilas gustativas, se tiende a comer en mayores cantidades. A su vez, estas cantidades aumentan el peso del cuerpo y reducen aún más la capacidad de saborear. Es un círculo vicioso.

Los científicos implantaron electrodos en los cerebros de los roedores para registrar la activación de las células nerviosas cuando las ratas saboreaban diversos sabores. Descubrieron así que las neuronas de las ratas más obesas respondían con la mitad de intensidad al sabor dulce, en comparación con las ratas normales.

En cambio, alimentos con una alta concentración de sacarosa activaban el sistema de recompensa del cerebro de las ratas gordas, lo que señala que necesitaban y buscaban más azúcar. Según los científicos, estos resultados deberían ser considerados por la población general.

Más información