La ONU ha advertido que el envejecimiento de la población está “transformando el mundo”, afectando a muchas áreas como la económica, la médica, la social o la política.

En Estados Unidos, por ejemplo, en 2008 el número de personas de 65 años o mayores era de 38,9 millones y se prevé que en 2030 esta cifra llegue a los 72,1 millones, más del doble que en 2000.

A pesar de que políticos y comentaristas señalan que este fenómeno puede ser negativo, según John Benyon, director del Institute of Lifelong Learning de la Universidad de Leicester, también podría suponer que la gente mayor pasase a contribuir en las economías nacionales más allá de la edad normal de jubilación (normalmente los 65 años).

Para ello, habría que atender ciertas necesidades educativas, lo que permitiría que los mayores aumentasen su participación y sus oportunidades en la sociedad en que vivimos. Las personas mayores deben jugar un papel más importante, afirma Benyon, en la creación de comunidades más fuertes y cohesionadas.

Más información