Las precipitaciones pueden variar mucho entre las diversas partes de una misma región, y los pluviómetros convencionales, aunque exactos, a menudo no están tan bien distribuidos como para dar cuenta de esa variabilidad. ¿Cómo saber entonces cuánto llueve en cualquier punto que se desee?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Hannover (Alemania) ha dado con una solución bastante ingeniosa: medir las precipitaciones de cualquier sitio usando coches en movimiento y equipados con GPS, para conocer su posición.
"Si los coches en movimiento pudieran ser utilizados para registrar las precipitaciones, las mediciones mejorarían drásticamente", explica el director del proyecto, Uwe Haberlandt, en un comunicado de la European Geosciences Union (EGU). Sobre todo si se tiene en cuenta que, sólo en Alemania, hay más de 40 millones de automóviles; y que se calcula que hay más de 1.000 millones de unidades en todo el mundo.
El limpiaparabrisas da las claves
A los científicos se les ocurrió su idea al observar que, cuando llueve, los conductores regulan la velocidad de sus limpiaparabrisas según la intensidad de la lluvia: más rápido si está cayendo mucha agua y más lento si llueve poco. Luego la llevaron a la práctica.
El proyecto, bautizado como RainCars, comenzó a probarse en un laboratorio con un simulador de lluvia. Para empezar, los científicos situaron coches con diferentes sistemas de limpiaparabrisas bajo la lluvia artificial, y bajo diversas intensidades. De este modo, pudieron confirmar que la visibilidad delantera es un buen indicador de la intensidad de las lluvias".
Dado que el ajuste manual de los limpiaparabrisas puede ser confuso, por su subjetividad, y no indicar de manera ajustada la cantidad de lluvia que cae, a continuación los investigadores probaron unos sensores ópticos que se encuentran instalados en muchos coches modernos, y que permiten automatizar los limpiaparabrisas.
Estos sensores utilizan un sistema de rayos infrarrojos que detecta cuando se acumulan las gotas de lluvia en la superficie del dispositivo. Así, cada lectura del sensor se corresponde con una cantidad específica de agua: por ejemplo, las lecturas más frecuentes se corresponden con precipitaciones más intensas.
Los autores de la investigación señalan que, dado que los sensores ópticos miden la lluvia del parabrisas de una manera más directa y continua, serían el mejor medio para registrar la cantidad de lluvia que cae a partir de los coches.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Hannover (Alemania) ha dado con una solución bastante ingeniosa: medir las precipitaciones de cualquier sitio usando coches en movimiento y equipados con GPS, para conocer su posición.
"Si los coches en movimiento pudieran ser utilizados para registrar las precipitaciones, las mediciones mejorarían drásticamente", explica el director del proyecto, Uwe Haberlandt, en un comunicado de la European Geosciences Union (EGU). Sobre todo si se tiene en cuenta que, sólo en Alemania, hay más de 40 millones de automóviles; y que se calcula que hay más de 1.000 millones de unidades en todo el mundo.
El limpiaparabrisas da las claves
A los científicos se les ocurrió su idea al observar que, cuando llueve, los conductores regulan la velocidad de sus limpiaparabrisas según la intensidad de la lluvia: más rápido si está cayendo mucha agua y más lento si llueve poco. Luego la llevaron a la práctica.
El proyecto, bautizado como RainCars, comenzó a probarse en un laboratorio con un simulador de lluvia. Para empezar, los científicos situaron coches con diferentes sistemas de limpiaparabrisas bajo la lluvia artificial, y bajo diversas intensidades. De este modo, pudieron confirmar que la visibilidad delantera es un buen indicador de la intensidad de las lluvias".
Dado que el ajuste manual de los limpiaparabrisas puede ser confuso, por su subjetividad, y no indicar de manera ajustada la cantidad de lluvia que cae, a continuación los investigadores probaron unos sensores ópticos que se encuentran instalados en muchos coches modernos, y que permiten automatizar los limpiaparabrisas.
Estos sensores utilizan un sistema de rayos infrarrojos que detecta cuando se acumulan las gotas de lluvia en la superficie del dispositivo. Así, cada lectura del sensor se corresponde con una cantidad específica de agua: por ejemplo, las lecturas más frecuentes se corresponden con precipitaciones más intensas.
Los autores de la investigación señalan que, dado que los sensores ópticos miden la lluvia del parabrisas de una manera más directa y continua, serían el mejor medio para registrar la cantidad de lluvia que cae a partir de los coches.
Más puntos de medición
El equipo también podría poner a prueba los efectos del movimiento de los coches en la medición de las precipitaciones, mediante la colocación de sensores en un dispositivo giratorio que imita la velocidad del coche, y que se situaría bajo el simulador de lluvia.
Los científicos concluyen que, aunque es cierto que sus experimentos se han llevado a cabo en un entorno ideal y controlado; y que en la naturaleza existen efectos externos, como el viento, que pueden variar las precipitaciones (algo que no sucede bajo el simulador de lluvia); el objetivo básico es contar con “muchos más puntos de medición”.
El valor de esta posibilidad quedó demostrado por un estudio de 2010 realizado por dos de los miembros del equipo. Con él se constató que un alto número de pluviómetros menos precisos resultan más fiables que un bajo número de dispositivos muy precisos.
De cualquier modo, los investigadores ya están trabajando en experimentos de campo con coches, para medir precipitaciones reales. Lo están haciendo en Hannover y alrededores, con la ayuda de voluntarios de una empresa de taxis y otra de automóviles.
El equipo también podría poner a prueba los efectos del movimiento de los coches en la medición de las precipitaciones, mediante la colocación de sensores en un dispositivo giratorio que imita la velocidad del coche, y que se situaría bajo el simulador de lluvia.
Los científicos concluyen que, aunque es cierto que sus experimentos se han llevado a cabo en un entorno ideal y controlado; y que en la naturaleza existen efectos externos, como el viento, que pueden variar las precipitaciones (algo que no sucede bajo el simulador de lluvia); el objetivo básico es contar con “muchos más puntos de medición”.
El valor de esta posibilidad quedó demostrado por un estudio de 2010 realizado por dos de los miembros del equipo. Con él se constató que un alto número de pluviómetros menos precisos resultan más fiables que un bajo número de dispositivos muy precisos.
De cualquier modo, los investigadores ya están trabajando en experimentos de campo con coches, para medir precipitaciones reales. Lo están haciendo en Hannover y alrededores, con la ayuda de voluntarios de una empresa de taxis y otra de automóviles.
Referencia bibliográfica:
Rabiei, E., Haberlandt, U., Sester, M., y Fitzner, D. Rainfall estimation using moving cars as rain gauges – laboratory experiments. Hydrology and Earth System Sciences (2013). DOI:10.5194/hess-17-4701-2013.
Rabiei, E., Haberlandt, U., Sester, M., y Fitzner, D. Rainfall estimation using moving cars as rain gauges – laboratory experiments. Hydrology and Earth System Sciences (2013). DOI:10.5194/hess-17-4701-2013.