Abuelos. GEORGE CHACONART
Hace 30.000 años, en el Paleolítico superior, se produjo un importante aumento de la longevidad humana, ya que las personas de edad avanzada se cuadruplicaron y pasaron a una proporción de 2,08 adultos mayores por cada joven.
Este gran aumento de la longevidad entre las primeras poblaciones verdaderamente humanas -hace 30 mil años- fue uno de los factores decisivos que condujeron a la actual modernidad.
Estas son las principales conclusiones de una investigación desarrollada por las antropólogas Sang-Hee Lee, de la Universidad de California, y Rachel Caspari, de la Universidad de Michigan, que publican en la revista Proceedings, de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
Las investigadoras estudiaron los restos fósiles de 768 dentaduras humanas que incluyen especímenes de Cromañón y Neanderthal y también ejemplares prehomínidos, algunos de los cuales datan de hace unos tres millones de años.
Mayor proporción
Usando técnicas para el cálculo de la edad de los individuos, elaboraron un índice que mide la proporción de humanos adultos mayores y de jóvenes en cada grupo.
Dividieron los fósiles en dos grupos, de acuerdo con la edad calculada para los individuos: los adultos en edad reproductiva a partir de los quince años, y los adultos mayores, es decir, a partir de los 30 años.
En todos los grupos estudiados, menos en uno, la proporción de adultos entre los jóvenes descubierta era de 0,17; 0,25; o 0,39, en claro contraste con la proporción encontrada en los grupos del Paleolítico superior, mayor del dos por ciento.
La primera vez en la historia humana en que el número de adultos mayores superó al de los jóvenes adultos se produjo por tanto en el Paleolítico superior, un momento relacionado con un fuerte crecimiento de la población asociado al desarrollo de las sociedades complejas.
Primeros pasos de modernicad
El Paleolítico superior muestra los primeros pasos en el arte humano y la celebración de los primeros ritos funerarios, procesos asociados a la toma de conciencia de la vulnerabilidad aportada por los mayores.
También es un momento histórico asociado al reconocimiento de la sabiduría adquirida por una experiencia prolongada de la vida que derivó, en las sociedades primitivas, hacia una veneración y respeto por los mayores que en gran parte ha desaparecido en las sociedades actuales.
"La longevidad puede ser necesaria para la acumulación y transferencia de información de una generación a la otra, tal como ocurre en sistemas familiares y otras redes sociales complejas que son características de los humanos", indica el artículo de estas antropólogas.
Newscientist destaca al respecto que los mayores desempeñaron un papel decisivo en la evolución de nuestra especie hace 30.000 años.
Ventajas evolutivas
Evidentemente, eso no significa que sólo la presencia de adultos fue la que favoreció la modernidad, ya que el régimen alimenticio, el lenguaje, las habilidades manuales y las relaciones sociales, contribuyeron igualmente a este cambio evolutivo, si bien la historia demuestra que los hombres modernos eran más mayores y más sabios que sus predecesores.
La longevidad, considerada como el número de adultos que vivió lo suficiente para llegar a anciano, y no como el máximo de esperanza de vida alcanzado, ofreció claras ventajas evolutivas: mayor crecimiento demográfico y el establecimiento de comunidades humanas más numerosas, con mayor especialización en las tareas y más aptas para sobrevivir.
La extensión de la vida media de los humanos favoreció también la acumulación de conocimientos, el dominio de nuevas técnicas y más tiempo para la transferencia de información entre generaciones.
Según las antropólogas, esa longevidad es un punto central de la “hipótesis de la abuela", según la cual la presencia de la abuela materna en el hogar disminuye consistentemente la mortalidad de los nietos.
Fue, quizá, el Paleolítico superior el momento en que empezó a jugar un papel social relevante el fenómeno exclusivamente humano de la menopausia: las mujeres que ya no estaban en edad reproductiva todavía estaban en condiciones de ocuparse de sus nietos y de otros miembros de la familia.
Oportunidad para la época actual
La investigación de estas antropólogas resulta oportuna para la época actual, ya que uno de cada cinco habitantes de las sociedades desarrolladas formará parte de la población mayor en 2025, mientras que el tercer mundo acogerá a las tres cuartas partes de los ancianos en esa fecha, según estimaciones de Naciones Unidas.
El estudio de estas antropólogas confirma que la ancianidad es una ventaja para la evolución, ya que las sociedades que dispusieron de personas mayores fueron las seleccionadas para salir adelante y prosperar en un contexto histórico muy difícil de superar, como quedó de manifiesto en la experiencia de los otros grupos organizados.
Esta conclusión debería ayudar a potenciar las políticas públicas actuales para atender, cuidar y facilitar la integración social de los mayores, pues de la experiencia histórica se desprende que esta recuperación de los valores asociados a la longevidad puede contribuir positivamente a la superación de los desafíos actuales que afrontamos como especie.
Temas relacionados:
La figura de la abuela despierta creciente interés para la comunidad científica
Una investigación descubre que la longevidad está asociada al cuidado de los hijos
Este gran aumento de la longevidad entre las primeras poblaciones verdaderamente humanas -hace 30 mil años- fue uno de los factores decisivos que condujeron a la actual modernidad.
Estas son las principales conclusiones de una investigación desarrollada por las antropólogas Sang-Hee Lee, de la Universidad de California, y Rachel Caspari, de la Universidad de Michigan, que publican en la revista Proceedings, de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
Las investigadoras estudiaron los restos fósiles de 768 dentaduras humanas que incluyen especímenes de Cromañón y Neanderthal y también ejemplares prehomínidos, algunos de los cuales datan de hace unos tres millones de años.
Mayor proporción
Usando técnicas para el cálculo de la edad de los individuos, elaboraron un índice que mide la proporción de humanos adultos mayores y de jóvenes en cada grupo.
Dividieron los fósiles en dos grupos, de acuerdo con la edad calculada para los individuos: los adultos en edad reproductiva a partir de los quince años, y los adultos mayores, es decir, a partir de los 30 años.
En todos los grupos estudiados, menos en uno, la proporción de adultos entre los jóvenes descubierta era de 0,17; 0,25; o 0,39, en claro contraste con la proporción encontrada en los grupos del Paleolítico superior, mayor del dos por ciento.
La primera vez en la historia humana en que el número de adultos mayores superó al de los jóvenes adultos se produjo por tanto en el Paleolítico superior, un momento relacionado con un fuerte crecimiento de la población asociado al desarrollo de las sociedades complejas.
Primeros pasos de modernicad
El Paleolítico superior muestra los primeros pasos en el arte humano y la celebración de los primeros ritos funerarios, procesos asociados a la toma de conciencia de la vulnerabilidad aportada por los mayores.
También es un momento histórico asociado al reconocimiento de la sabiduría adquirida por una experiencia prolongada de la vida que derivó, en las sociedades primitivas, hacia una veneración y respeto por los mayores que en gran parte ha desaparecido en las sociedades actuales.
"La longevidad puede ser necesaria para la acumulación y transferencia de información de una generación a la otra, tal como ocurre en sistemas familiares y otras redes sociales complejas que son características de los humanos", indica el artículo de estas antropólogas.
Newscientist destaca al respecto que los mayores desempeñaron un papel decisivo en la evolución de nuestra especie hace 30.000 años.
Ventajas evolutivas
Evidentemente, eso no significa que sólo la presencia de adultos fue la que favoreció la modernidad, ya que el régimen alimenticio, el lenguaje, las habilidades manuales y las relaciones sociales, contribuyeron igualmente a este cambio evolutivo, si bien la historia demuestra que los hombres modernos eran más mayores y más sabios que sus predecesores.
La longevidad, considerada como el número de adultos que vivió lo suficiente para llegar a anciano, y no como el máximo de esperanza de vida alcanzado, ofreció claras ventajas evolutivas: mayor crecimiento demográfico y el establecimiento de comunidades humanas más numerosas, con mayor especialización en las tareas y más aptas para sobrevivir.
La extensión de la vida media de los humanos favoreció también la acumulación de conocimientos, el dominio de nuevas técnicas y más tiempo para la transferencia de información entre generaciones.
Según las antropólogas, esa longevidad es un punto central de la “hipótesis de la abuela", según la cual la presencia de la abuela materna en el hogar disminuye consistentemente la mortalidad de los nietos.
Fue, quizá, el Paleolítico superior el momento en que empezó a jugar un papel social relevante el fenómeno exclusivamente humano de la menopausia: las mujeres que ya no estaban en edad reproductiva todavía estaban en condiciones de ocuparse de sus nietos y de otros miembros de la familia.
Oportunidad para la época actual
La investigación de estas antropólogas resulta oportuna para la época actual, ya que uno de cada cinco habitantes de las sociedades desarrolladas formará parte de la población mayor en 2025, mientras que el tercer mundo acogerá a las tres cuartas partes de los ancianos en esa fecha, según estimaciones de Naciones Unidas.
El estudio de estas antropólogas confirma que la ancianidad es una ventaja para la evolución, ya que las sociedades que dispusieron de personas mayores fueron las seleccionadas para salir adelante y prosperar en un contexto histórico muy difícil de superar, como quedó de manifiesto en la experiencia de los otros grupos organizados.
Esta conclusión debería ayudar a potenciar las políticas públicas actuales para atender, cuidar y facilitar la integración social de los mayores, pues de la experiencia histórica se desprende que esta recuperación de los valores asociados a la longevidad puede contribuir positivamente a la superación de los desafíos actuales que afrontamos como especie.
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