Los representantes del consorcio ECsafeSeafood, en Lisboa, en la reunión inaugural del proyecto. Fuente: ECsafeSeafood.
La contaminación oceánica y el cambio climático han despertado preocupación no sólo por el estado general del entorno marino, sino también por su efecto en la seguridad de los alimentos del mar y en la salud pública. En el mercado mundial de los alimentos marinos, el valor añadido europeo pasa por ofrecer a los consumidores alimentos seguros y de gran calidad.
Con esta premisa se puso en marcha el proyecto ECsafeSeafood en febrero de 2013, con un presupuesto de 5 millones de euros. Sus objetivos son evaluar aspectos de seguridad relacionados con la presencia en alimentos marinos de ciertos contaminantes prioritarios existentes en el medio ambiente y estudiar su repercusión en la salud pública.
Recientemente se celebró en San Carlos de la Rápita (España) una reunión de coordinación en la que se revisaron los progresos logrados en los primeros doce meses de esta iniciativa pionera de cuatro años de duración, informa Cordis.
Dicha reunión se prolongó dos jornadas y a ella asistieron socios del consorcio del proyecto, que poseen conocimientos especializados sobre varios temas relevantes para la ciencia de los elementos, en concreto, ecotoxicología, bioquímica y calidad de los alimentos marinos.
En el último año, los socios del proyecto han colaborado para determinar las principales metodologías disponibles útiles en el análisis de los contaminantes prioritarios y sus efectos posibles en los alimentos marinos. Cada una de estas metodologías requiere un protocolo específico de muestreo así como una coordinación muy cuidadosa.
Con esta premisa se puso en marcha el proyecto ECsafeSeafood en febrero de 2013, con un presupuesto de 5 millones de euros. Sus objetivos son evaluar aspectos de seguridad relacionados con la presencia en alimentos marinos de ciertos contaminantes prioritarios existentes en el medio ambiente y estudiar su repercusión en la salud pública.
Recientemente se celebró en San Carlos de la Rápita (España) una reunión de coordinación en la que se revisaron los progresos logrados en los primeros doce meses de esta iniciativa pionera de cuatro años de duración, informa Cordis.
Dicha reunión se prolongó dos jornadas y a ella asistieron socios del consorcio del proyecto, que poseen conocimientos especializados sobre varios temas relevantes para la ciencia de los elementos, en concreto, ecotoxicología, bioquímica y calidad de los alimentos marinos.
En el último año, los socios del proyecto han colaborado para determinar las principales metodologías disponibles útiles en el análisis de los contaminantes prioritarios y sus efectos posibles en los alimentos marinos. Cada una de estas metodologías requiere un protocolo específico de muestreo así como una coordinación muy cuidadosa.
Segundo año
Otra tarea realizada recientemente fue una encuesta entre consumidores diseñada para que los socios pudieran comprender las preferencias y las preocupaciones de estos frente a la seguridad de los alimentos marinos.
Isabelle Sioen, de la Universidad de Gante, declaró: "Hemos encuestado a casi tres mil personas en Irlanda, Bélgica, Italia, Portugal y España. Sus respuestas ayudarán a definir la clase de información que debe proporcionarse a los consumidores con vistas a reducir los riesgos para la salud que plantea el consumo de alimentos marinos".
Ahora que el proyecto ha entrado en su segundo año de andadura, los representantes del consorcio manifestaron su confianza en que la investigación, financiada a través del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea, acometerá y resolverá la actual laguna de conocimientos y ayudará a incrementar la confianza del consumidor en este sector.
En palabras del coordinador del proyecto, Antonio Marques: "Me siento muy satisfecho con el desarrollo del proyecto. Participa un gran número de científicos y estas reuniones de coordinación ofrecen una buena oportunidad de reunir a todos los colaboradores y aunar los esfuerzos que se están realizando para alcanzar los objetivos fijados. Esas reuniones son extremadamente productivas y nos permiten tratar los resultados en profundidad y planificar el trabajo".
Marques es investigador en el departamento de acuicultura y mejora de los alimentos marinos (DivAV) del Instituto Portugués para el Mar y la Atmósfera (IPMA), que coordina el consorcio, integrado por dieciocho organizaciones asociadas de una decena de países.
Otra tarea realizada recientemente fue una encuesta entre consumidores diseñada para que los socios pudieran comprender las preferencias y las preocupaciones de estos frente a la seguridad de los alimentos marinos.
Isabelle Sioen, de la Universidad de Gante, declaró: "Hemos encuestado a casi tres mil personas en Irlanda, Bélgica, Italia, Portugal y España. Sus respuestas ayudarán a definir la clase de información que debe proporcionarse a los consumidores con vistas a reducir los riesgos para la salud que plantea el consumo de alimentos marinos".
Ahora que el proyecto ha entrado en su segundo año de andadura, los representantes del consorcio manifestaron su confianza en que la investigación, financiada a través del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea, acometerá y resolverá la actual laguna de conocimientos y ayudará a incrementar la confianza del consumidor en este sector.
En palabras del coordinador del proyecto, Antonio Marques: "Me siento muy satisfecho con el desarrollo del proyecto. Participa un gran número de científicos y estas reuniones de coordinación ofrecen una buena oportunidad de reunir a todos los colaboradores y aunar los esfuerzos que se están realizando para alcanzar los objetivos fijados. Esas reuniones son extremadamente productivas y nos permiten tratar los resultados en profundidad y planificar el trabajo".
Marques es investigador en el departamento de acuicultura y mejora de los alimentos marinos (DivAV) del Instituto Portugués para el Mar y la Atmósfera (IPMA), que coordina el consorcio, integrado por dieciocho organizaciones asociadas de una decena de países.