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Un programa de Ciencia y Tecnología para el Siglo XXI

Una propuesta para adquirir experiencia de pensamiento positivo de largo alcance


Aunque los tiempos cambian, los problemas tecnológicos y científicos de los años ochenta y noventa persisten e incluso en algunos casos se han amplificado. Y aunque carecemos de una experiencia de pensamiento positivo a largo plazo, las tecnologías sociales, la evaluación científica y tecnológica, la macro ingeniería y una nueva visión de las viejas tecnologías, pueden ayudarnos a afrontar con esperanza los retos de las próximas décadas. Por Joseph Coates.


Joseph Coates
16/09/2002

Un programa de Ciencia y Tecnología para el Siglo XXI
Los tiempos cambian, pero los problemas tecnológicos y científicos de los años 80 y 90 no van a desaparecer. Algunos llegarán a resolverse, pero otros pueden cobrar mayor importancia en las dos próximas décadas.

Algunos ejemplos pueden ser la formación de pseudo estrógenos en los desechos y en el agua, o los posibles efectos en el cerebro de las radiaciones electromagnéticas que provienen de líneas eléctricas o de teléfonos móviles colocados demasiado cerca de la cabeza.

Por otro lado, algunos problemas que parecían haber disminuido durante el siglo pasado, como la energía nuclear, pueden llegar a tener más importancia que nunca, sobre todo si el efecto invernadero resultara no sólo ser cierto, sino además importante.

Me propongo sugerir cuáles pueden ser los nuevos, o ser de nuevo, temas importantes en este nuevo siglo. Algunos de estos problemas parecen estar muy lejos de las preocupaciones sociales o industriales. Si el lector lo cree así, piénseselo dos veces.

Los siguientes temas de ciencia y tecnología se dividen en 10 categorías.

Tecnologías Sociales

Los funcionarios públicos, el Congreso de los Estados Unidos, el mundo de los negocios e incluso los académicos, se han resistido a reconocer y admitir que la mayor parte de lo que ocurre en la sociedad por medio de creación y desarrollo de las instituciones, de las innovaciones en las prácticas institucionales, y de los mecanismos de creación, administración, patrocinio y manipulación tecnológica, son tecnologías sociales. Como tales, requieren el mismo tipo de análisis y de seguimiento para evitar consecuencias inaceptables, así como la consideración sistemática de alternativas a lo que ahora se hace, de modo más o menos rutinario, con las tecnologías físicas.

Esta resistencia a reconocer las tecnologías sociales tiene múltiples causas. Muchas de estas tecnologías tuvieron sus comienzos en la ley, los reglamentos, o en respuestas a la ley o al reglamento. Otras aparecieron como procesos evolutivos más o menos naturales de cambio institucional.

Dado que las tecnologías sociales no tienen consistencia propia, es natural que parezcan tan diferentes como para no tener relación alguna con las tecnologías físicas o biológicas, al menos en lo que respecta a la aceptación de las consecuencias. La realidad, sin embargo, es muy diferente.

Cualquiera de las tecnologías sociales – ej. pasos, etapas, instituciones o mecanismos para lograr un objetivo social – se presta al mismo modelo que uno usaría para explorar las consecuencias imprevistas e inesperadas de un desarrollo, descubrimiento o invención tecnológica física.

Una anticipación mayor de los efectos de los cambios legislativos e institucionales podría ser beneficiosa para los negocios y la industria, reduciendo o eliminando el choque producido por las sorprendentes y a menudo perversas consecuencias de la legislación y la reglamentación. Deberíamos observarlas de un modo más sistemático antes de abalanzarnos sobre alternativas a la moda, con un fundamento ideológico o un atractivo superficial.

Los legisladores muestran una resistencia particular a la hora de reconocer tecnologías sociales. Cualquier intento de anticipar las consecuencias posteriores de sus leyes impondría casi siempre un replanteamiento de esa ley y daría un cierto poder a los analistas no legislativos y a los futurólogos.

La mentalidad de los legisladores es intentar crear un conjunto de leyes definitivo para deshacerse del problema y no tener que volver a ocuparse de él durante al menos una década. El concepto de tecnología social es un desafío a las funciones autoimpuestas de los legisladores. Una evaluación constituiría una agresión a la imagen divina que tienen de sí mismos.

La Evaluación Científica

La ciencia es, cada vez con mayor frecuencia, el antecedente directo de muchas, sino de todas, las nuevas tecnologías. Por lo tanto, debería tener un valor esencial la evaluación científica respecto a sus implicaciones cuando a partir de ella se desarrollan tecnologías. La evaluación científica llevaría a ser más conscientes de los caminos y trayectorias que llevan a un desarrollo científico a su puesta en práctica.

Aunque las evaluaciones científicas sean más escasas, más conceptuales y menos definitivas que las evaluaciones tecnológicas, su utilidad social debería ser más importante. Basta con considerar uno de los muchos temas de la vanguardia científica, como el estudio de las células madre, la nanotecnología; la genética humana, animal y microbiana; las técnicas de prolongación de la vida; y todo aquello que se sale de las fronteras de la ciencia en otras áreas, para darse cuenta del gran beneficio potencial de las previsiones.

El concepto de evaluación tecnológica invertida (inverted technology assessment) surgió como resultado de indagar cómo se utilizaba la evaluación tecnológica en la industria: no se utilizaba en absoluto. La ET invertida investiga de qué modo el público y las instituciones públicas pueden responder a la tecnología y, a su vez, cómo estas respuestas deberían modificar los planteamientos actuales.

Un ejemplo supremo es el fracaso de Monsanto a la hora de reflexionar sobre cómo serían recibidos algunos de sus descubrimientos de genética vegetal cuando se trasladaron a la agricultura de los Estados Unidos y, lo que es más importante, a otros lugares del mundo donde no existe una fuerte orientación protecnológica y sí un gran escepticismo, y hostilidad contra el imperio Americano. Tal vez tendríamos una visión mundial diferente de la genética vegetal y de los organismos manipulados si se hubiera llevado a cabo una ET invertida.

El concepto de ET invertida debería ser útil para cualquier negocio que pretenda introducir un producto, servicio o sistema nuevo.

Nuevas Áreas de Desarrollo

Los cambios continuos de la ciencia ponen de relieve diferentes campos y temas. El área más interesante del desarrollo general es la biología, cuyos desarrollos están llegando a igualarse con las demás ciencias naturales. Por ejemplo, una evaluación de la ecología sería oportuna y probablemente promovería su desarrollo si se llegase a la conclusión de que la ecología podría llegar a ser la base científica de la gestión del medio ambiente, de la sostenibilidad y de otros temas relacionados.

Las nuevas áreas de desarrollo que no tienen un fundamento biológico merecen también atención por las tecnologías que van a generar, como los plásticos conductores de electricidad. Una evaluación de las nuevas estrategias para ayudar a los minusválidos sería útil asimismo para la toda la población, agudizando sus capacidades sensoriales y motoras.

El reciente desarrollo de vehículos voladores en miniatura, del tamaño de un abejorro, tendrá diferentes usos, que incluirán el poder apuntar a partes vulnerables del cuerpo, ej. los ojos, durante un combate. De modo similar, la reciente capacidad para producir priones (agentes que infectan a diversos mamíferos) en gran cantidad, beneficiará a la investigación biológica, pero también podría ser el fundamento para una nueva arma terrorífica.

Sistemas

Todas las tecnologías están incluidas en sistemas, pero rara vez se ha tomado un sistema social significativo como unidad de análisis. Entre los candidatos interesantes para llevar a cabo una evaluación a nivel de sistemas se encuentran la tecnología urbana y el desarrollo urbano.

Un ejemplo concreto sería el plan chino para crear 600 nuevas ciudades. Una gran oportunidad que dejamos pasar (y con esto me refiero al mundo, y en particular a China) fue la evaluación de sistemas de la Presa Tres Desfiladeros.

Existen muchos otros sistemas que merecen ser evaluados. Ahora mismo, el sistema de electricidad en los Estados Unidos está deteriorándose, y es poco probable que se corrija debido a cambios fundamentales en la conversión de la empresa de electricidad pública.

Esta empresa ha pasado de estar regulada a no estarlo y por lo tanto ha habido un cambio en su criterio de optimización, que pasa de un servicio fiable de alta calidad a un beneficio económico a corto plazo. Cualquier red nacional de tendido eléctrico es candidata a una evaluación de sistemas.

El sistema educativo K-16, por último, es el sistema social más descuidado desde el punto de vista de un análisis de sistemas anticipatorio integrado.


Conceptos de Macroingeniería

Los proyectos de macroingeniería son aquellos que sobrepasan el alcance de la mayor parte de los gobiernos y cuyos efectos son más importantes que las fronteras de naciones individuales. Los ejemplos clásicos son el Canal de Panamá y el Canal de Suez y, más recientemente, los satélites espaciales de comunicación.

Durante los últimos 50 años se han propuesto unos 75 o más conceptos de macroingeniería. La característica principal de los macroproyectos es que, a diferencia de proyectos más tradicionales, no mejoran una situación porcentualmente, sino que la modifican totalmente de forma que los efectos son extremos, amplios y en su mayoría beneficiosos.

Un concepto que resulta familiar a la mayor parte de la gente es el remolque de icebergs desde el Antártico a determinadas zonas de Latinoamérica, Arabia Saudita, Australia interior y California del Sur.

Otro concepto es llevar un conducto de agua desde el Sur de Francia, que tiene un exceso de agua dulce, por debajo del Mediterráneo a Africa del Norte, con la esperanza de que una gran cantidad de agua dulce sería de gran ayuda en el restablecimiento del granero que existía en Africa de Norte en tiempos de los romanos.

Dada la urgencia del establecimiento de una red estable de energía eléctrica, se ha estudiado un cierto número de proyectos de macroingeniería. El que con toda probabilidad ha sido más ampliamente estudiado, y en estos momentos el que recibe menos atención, es la utilización de gradientes termales entre la corriente del Golfo y el agua que la rodea.

Cualquier análisis que uno quiera hacer ya ha sido realizado, y pocos están asociados a una recopilación de datos físicos reales. Pero una vez más, como ocurre con muchos de estos maravillosos conceptos, nadie parece tener un interés pleno, una responsibilidad plena o un aliado internacional para su desarrollo. Una evaluación tecnológica de gran alcance de otros conceptos de macroingeniería tendría un valor sin precedentes para la comunidad global y para muchos países o regiones concretas.

Necesidades y Problemas Urgentes

Para muchos problemas y asuntos sociales existe la esperanza de que la tecnología pueda tener un importante efecto beneficioso. Por eso se debe vincular a la mayoría de los problemas sociales con posibilidades tecnológicas alternativas, y echar un vistazo hacia adelante para anticipar las consecuencias.

Un área fundamental de este tipo es el control del crimen. Otra sería un mecanismo para ocuparse de los disturbios, en particular de los disturbios urbanos, en los países subdesarrollados. Otras estarían relacionados con las limitaciones de agua y comida local y el excesivo derroche de recursos. Unas nuevas formas de entretenimiento y recreación nocturnas en casi todos los lugares del mundo podrían aumentar la calidad de vida y reducir las tasas de natalidad.

El peligro inminente no siempre está relacionado con lo que uno puede ver en su entorno inmediato. Unas fuertes lluvias 500 millas río arriba deberían alertarnos sobre las posibilidades de inundación coriente abajo. Esta es la situación actual del efecto invernadero, del que recientemente el equipo de la Casa Blanca y de la Academia Nacional de las Ciencias, ha asegurado que es a un mismo tiempo lo suficientemente real y peligroso como para requerir una actuación inmediata.

Es un ejemplo que pide a gritos una evaluación global de sistemas a gran escala y a largo plazo. El buen trabajo llevado a cabo por los meteorólogos durante los últimos 15 años no nos dice todo lo que necesitamos saber sobre las consecuencias del calentamiento por el efecto invernadero y, por lo tanto, no nos dice lo que necesitamos saber sobre medidas preventivas, remedios y alternativas.

Una Nueva Mirada a las Viejas Tecnologías

Con frecuencia un sistema o una tecnología evoluciona y se convierte en algo lo suficientemente distinto como para requerir una nueva evaluación. Volviendo al concepto de sistemas, un ejemplo de primer orden es el transporte. Nunca ha existido una evaluación integrada importante, según lo que he podido averiguar, del sistema de transportes estadounidense, y todavía menos del sistema mundial de transportes. Aún así, los desarrollos tecnológicos están mejorando cada modo de transporte, dándoles una eficiencia y eficacia nuevas, y creando nuevos modos de integración entre ellos.

Otras áreas en las que las viejas tecnologías están cambiando hasta un punto en que una primera o una nueva evaluación sería necesaria son los abastecimientos urbanos de agua, las autopistas, y las carreteras, calles y avenidas locales.

Necesidades Humanas Básicas

Las cosas más esenciales para nuestras vidas están cambiando, incluyendo las tecnologías de la alimentación, vestimenta, hogar, salud y educación. Todos los cambios son críticos para la vida en una nación avanzada, y todavía más para la vida en el Segundo y Tercer Mundo. Estos temas no han sido examinados desde una perspectiva total de sistemas, en cuanto a aquello que la ciencia y la tecnología pueden influir, mejorar, aumentar o alterar radicalmente, o en cierto modo tener un efecto positivo o negativo sobre ellos.

Oscuros Presentimientos

Como sociedad carecemos de experiencia de pensamiento positivo de largo alcance, pero estamos atentos a los pretendidamente importantes o desastrosos efectos negativos de las cosas nuevas. Por ejemplo, la discusión generalizada sobre actos terroristas que impliquen el uso incorrecto de dispositivos biológicos, químicos o nucleares, proporciona un vasto terreno a la especulación salvaje.

La noción de máquinas y artefactos inteligentes que se vuelven locos ha pasado de la ciencia ficción al comunicado de prensa y los programas de conferencias. Una evaluación global llevada a cabo por grupos neutrales podría manejar los riesgos de forma más equilibrada y definir las oportunidades de observación, control y la identificación de desviaciones significativas de una utilización aceptable de una o de todas las nuevas tecnologías.

Reavivar la Evaluación Tecnológica

La esperanza de este texto es que otros retomen este tema y aumenten la gama de necesidades para un programa de problemas del siglo XXI, y le den un empuje para que siga avanzando. No sólo tenemos que explorar nuevas vías, sino también reavivar el concepto de evaluación tecnológica como un elemento positivo de política pública para los legisladores, poderes ejecutivos y grupos de interés público, y también para los negocios individuales y las asociaciones comerciales.




Joseph Coates es consultor futurista de Estados Unidos, autor de más de 300 trabajos sobre el futuro de la tecnología y profesor adjunto de la Universidad de Washington.
Este artículo en su versión original se encuentra aquí
Se reproduce con autorización del autor.

Homepage de Joseph Coates


Traducción: Virginia Sánchez Arcá









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