Una investigación realizada por la Loma Linda University de California, perteneciente a la Iglesia Adventista del Séptimo día, ha revelado que sonreír alegremente puede cambiar la química de la sangre, así como proteger al organismo contra la enfermedad y la depresión, algo que los especialistas ya sospechaban.
El sistema inmunológico también mejora con las sonrisas, que también ayudan a frenar las enfermedades cardiacas, debido a que, cuando una persona sonríe se suceden una serie de cambios en su psicología, que permanecen durante un largo periodo de tiempo.
Esto es debido a que la sonrisa estimula la producción de las llamada beta-endorfinas, polipéptidos que actúan como neurotransmisores cerebrales, y que son consideradas como la morfina natural del organismo, puesto que tienen un efecto analgésico en las respuestas del sistema nervioso al dolor, así como se sabe que ayudan a regular el sistema inmunológico.
El estudio, liderado por el investigador Lee Berk, ha demostrado que los cambios producidos por la sonrisa tienen lugar en el nivel químico del cuerpo y que provoca que el individuo sienta cierto bienestar físico durante más o menos 24 horas.
La American Physiological Society se ha hecho eco de los resultados del estudio, presentándolos en una conferencia celebrada en el marco de su congreso Experimental Biology 2006. En un comunicado de dicha sociedad, se señala que no cabe duda de que sonreír sienta bien, pero también incluso la sensación justo anterior a la sonrisa alegre, por ejemplo cuando estamos viendo una película que nos gusta. Ambas sensaciones positivas generan efectos sorprendentes en el sistema neuroendocrino.
Cambios en la sangre
Según la investigación de Berk, la sangre de los individuos a los que se les han realizado las pruebas aumentaba en un 27% su cantidad de beta-endorfinas y en un 87% otros tipos de hormonas relacionadas con el crecimiento, sólo con el anuncio de que verían un vídeo de humor, en comparación con la sangre de otros individuos del grupo de prueba a los que no se les decía nada.
Por lo tanto, las beta-endorfinas aumentaban en relación tanto con la anticipación como con la experiencia de una sonrisa alegre. Asimismo, esta cantidad se mantenía durante el tiempo en que veían el vídeo y después de terminar de verlo, lo que significa que, sin lugar a dudas, sonreír conlleva importantes implicaciones tanto para el bienestar, como para la prevención de enfermedades y para la reducción del estrés.
Berk y sus colegas estudiaron a un total de 16 hombres sanos y en ayunas que no habían hecho ejercicio –puesto que el deporte también activa la secreción de endorfinas- al menos desde hacía 24 horas, y que no estaban tomando ninguna medicación.
En el test se les pidió que eligieran su vídeo favorito entre varias posibilidades. Tres días antes del experimento, se les anunció a todos los participantes que serían divididos en dos grupos: uno experimental (el que vería el vídeo) y otro de control (el que no vería el vídeo). Se les hicieron análisis de sangre a ambos grupos antes de que se empezara el experimento, cuatro veces durante la hora que éste duró, y tres veces más después de terminar la prueba.
Mejorar el fluido sanguíneo
Anteriores estudios habían demostrado que el hecho de ver un vídeo divertido podía reducir los síntomas de estrés crónico, responsables de la reducción de las respuestas inmunitarias, en especial las relacionadas con las defensas anti-virus y anti-tumorales.
Asimismo, el año pasado un grupo de cardiólogos del Centro Médico de la universidad de Maryland descubrieron que un sentido del humor activo podía prevenir enfermedades cardiacas debido a que la sonrisa impacta directamente en la funcionalidad de los vasos sanguíneos, facilitando el fluido de la sangre, tal como informó oportunamente la comunicado de la mencionada universidad.
Berk ha descubierto además que sonreír con ganas disminuye la secreción de cortisona y de epinefrina o adrenalina, una hormona que es segregada en situaciones de alerta por las glándulas suprarrenales.
Una sola sesión de visionado de una película de humor garantiza nada menos que 24 horas de efectos positivos en un individuo. Otros estudios han señalado asimismo que 30 minutos al día de dicha sincera producen cambios profundos y de larga duración en el mismo sentido.
Otro aspecto que se estudió fue el relacionado con la regulación y los cambios en la citosina, una proteína reguladora de las funciones celulares, así como el de las respuestas inmunológicas. Ambas áreas orgánicas también sufrían refuerzos positivos al sonreír.
Sonreír es un acto universal. Sonreír de pura alegría supone una experiencia emocional muy positiva. Berk ha estado investigando durante años sus efectos en el organismo, comprobando que son drásticos: las endorfinas son las sustancias que nos hacen sentir bien, así que liberarlas con la sonrisa es la garantía más sencilla que podamos tener al alcance, que nadie nos puede vender ni quitar.
Desde hace años se habla del poder curativo de la risa. Especialmente, desde que se comprobó en experimentos realizados en hospitales que la risa ayuda a recuperar antes la salud de los enfermos. Cada vez se confirma más que la risa mejora el estado físico del cuerpo humano.
Tal como explica al respecto la Universidad de Indiana, la risa relaja los músculos tensos, reduce la producción de hormonas que causan el estrés, rebaja la presión de la sangre, y ayuda a incrementar la absorción de oxígeno en la sangre. También ayuda a quemar calorías puesto que movilizamos unos 400 músculos del cuerpo.
El sistema inmunológico también mejora con las sonrisas, que también ayudan a frenar las enfermedades cardiacas, debido a que, cuando una persona sonríe se suceden una serie de cambios en su psicología, que permanecen durante un largo periodo de tiempo.
Esto es debido a que la sonrisa estimula la producción de las llamada beta-endorfinas, polipéptidos que actúan como neurotransmisores cerebrales, y que son consideradas como la morfina natural del organismo, puesto que tienen un efecto analgésico en las respuestas del sistema nervioso al dolor, así como se sabe que ayudan a regular el sistema inmunológico.
El estudio, liderado por el investigador Lee Berk, ha demostrado que los cambios producidos por la sonrisa tienen lugar en el nivel químico del cuerpo y que provoca que el individuo sienta cierto bienestar físico durante más o menos 24 horas.
La American Physiological Society se ha hecho eco de los resultados del estudio, presentándolos en una conferencia celebrada en el marco de su congreso Experimental Biology 2006. En un comunicado de dicha sociedad, se señala que no cabe duda de que sonreír sienta bien, pero también incluso la sensación justo anterior a la sonrisa alegre, por ejemplo cuando estamos viendo una película que nos gusta. Ambas sensaciones positivas generan efectos sorprendentes en el sistema neuroendocrino.
Cambios en la sangre
Según la investigación de Berk, la sangre de los individuos a los que se les han realizado las pruebas aumentaba en un 27% su cantidad de beta-endorfinas y en un 87% otros tipos de hormonas relacionadas con el crecimiento, sólo con el anuncio de que verían un vídeo de humor, en comparación con la sangre de otros individuos del grupo de prueba a los que no se les decía nada.
Por lo tanto, las beta-endorfinas aumentaban en relación tanto con la anticipación como con la experiencia de una sonrisa alegre. Asimismo, esta cantidad se mantenía durante el tiempo en que veían el vídeo y después de terminar de verlo, lo que significa que, sin lugar a dudas, sonreír conlleva importantes implicaciones tanto para el bienestar, como para la prevención de enfermedades y para la reducción del estrés.
Berk y sus colegas estudiaron a un total de 16 hombres sanos y en ayunas que no habían hecho ejercicio –puesto que el deporte también activa la secreción de endorfinas- al menos desde hacía 24 horas, y que no estaban tomando ninguna medicación.
En el test se les pidió que eligieran su vídeo favorito entre varias posibilidades. Tres días antes del experimento, se les anunció a todos los participantes que serían divididos en dos grupos: uno experimental (el que vería el vídeo) y otro de control (el que no vería el vídeo). Se les hicieron análisis de sangre a ambos grupos antes de que se empezara el experimento, cuatro veces durante la hora que éste duró, y tres veces más después de terminar la prueba.
Mejorar el fluido sanguíneo
Anteriores estudios habían demostrado que el hecho de ver un vídeo divertido podía reducir los síntomas de estrés crónico, responsables de la reducción de las respuestas inmunitarias, en especial las relacionadas con las defensas anti-virus y anti-tumorales.
Asimismo, el año pasado un grupo de cardiólogos del Centro Médico de la universidad de Maryland descubrieron que un sentido del humor activo podía prevenir enfermedades cardiacas debido a que la sonrisa impacta directamente en la funcionalidad de los vasos sanguíneos, facilitando el fluido de la sangre, tal como informó oportunamente la comunicado de la mencionada universidad.
Berk ha descubierto además que sonreír con ganas disminuye la secreción de cortisona y de epinefrina o adrenalina, una hormona que es segregada en situaciones de alerta por las glándulas suprarrenales.
Una sola sesión de visionado de una película de humor garantiza nada menos que 24 horas de efectos positivos en un individuo. Otros estudios han señalado asimismo que 30 minutos al día de dicha sincera producen cambios profundos y de larga duración en el mismo sentido.
Otro aspecto que se estudió fue el relacionado con la regulación y los cambios en la citosina, una proteína reguladora de las funciones celulares, así como el de las respuestas inmunológicas. Ambas áreas orgánicas también sufrían refuerzos positivos al sonreír.
Sonreír es un acto universal. Sonreír de pura alegría supone una experiencia emocional muy positiva. Berk ha estado investigando durante años sus efectos en el organismo, comprobando que son drásticos: las endorfinas son las sustancias que nos hacen sentir bien, así que liberarlas con la sonrisa es la garantía más sencilla que podamos tener al alcance, que nadie nos puede vender ni quitar.
Desde hace años se habla del poder curativo de la risa. Especialmente, desde que se comprobó en experimentos realizados en hospitales que la risa ayuda a recuperar antes la salud de los enfermos. Cada vez se confirma más que la risa mejora el estado físico del cuerpo humano.
Tal como explica al respecto la Universidad de Indiana, la risa relaja los músculos tensos, reduce la producción de hormonas que causan el estrés, rebaja la presión de la sangre, y ayuda a incrementar la absorción de oxígeno en la sangre. También ayuda a quemar calorías puesto que movilizamos unos 400 músculos del cuerpo.