Un grupo internacional de investigadores ha descubierto un antibiótico capaz de hacer frente a una gran variedad de bacterias causantes de algunas enfermedades y que no genera una resistencia inmediata.
El compuesto, conocido como teixobactina, ha sido probado con ratones y se dirige directamente a las moléculas de los lípidos de las paredes celulares, por lo que los científicos creen que es difícil que las bacterias presenten resistencia, al menos, en varias décadas.
El nuevo fármaco elimina las bacterias atacando a sus paredes celulares, un modo de acción similar utilizado por otro antibiótico, la vancomicina, y parece ser efectiva a través de la unión a múltiples objetivos, que pueden retrasar el desarrollo de la resistencia.
Los autores señalan que transcurrieron 30 años para que apareciera la resistencia a vancomicina y creen que es probable que la resistencia genética a este nuevo antibiótico se demore incluso más.
Los investigadores han analizado 10.000 compuestos aislados de bacterias y descubierto que uno de ellos, llamado teixobactina, ha mostrado una excelente actividad frente a bacterias como Clostridium difficile –la causa más importante de colitis seudomembranosa–, Mycobacterium tuberculosis –responsable de la mayoría de los casos de tuberculosis en el mundo– y Staphylococcus aureus –que provoca múltiples enfermedades, como conjuntivitis, meningitis y neumonía–.
Así, la teixobactina ejerce sus efectos bactericidas mediante la unión a dos polímeros que se encuentran en pared celular de la bacteria: el lípido II (peptidoglicano) y lípido III (ácido teicoico).
El compuesto, conocido como teixobactina, ha sido probado con ratones y se dirige directamente a las moléculas de los lípidos de las paredes celulares, por lo que los científicos creen que es difícil que las bacterias presenten resistencia, al menos, en varias décadas.
El nuevo fármaco elimina las bacterias atacando a sus paredes celulares, un modo de acción similar utilizado por otro antibiótico, la vancomicina, y parece ser efectiva a través de la unión a múltiples objetivos, que pueden retrasar el desarrollo de la resistencia.
Los autores señalan que transcurrieron 30 años para que apareciera la resistencia a vancomicina y creen que es probable que la resistencia genética a este nuevo antibiótico se demore incluso más.
Los investigadores han analizado 10.000 compuestos aislados de bacterias y descubierto que uno de ellos, llamado teixobactina, ha mostrado una excelente actividad frente a bacterias como Clostridium difficile –la causa más importante de colitis seudomembranosa–, Mycobacterium tuberculosis –responsable de la mayoría de los casos de tuberculosis en el mundo– y Staphylococcus aureus –que provoca múltiples enfermedades, como conjuntivitis, meningitis y neumonía–.
Así, la teixobactina ejerce sus efectos bactericidas mediante la unión a dos polímeros que se encuentran en pared celular de la bacteria: el lípido II (peptidoglicano) y lípido III (ácido teicoico).
Eficacia del compuesto
El hecho de que teixobactina actúe de manera específica en estos dos lípidos explica la eficacia del compuesto contra las bacterias gram positivas –uno de los principales grupos de bacterias–, que tienen una capa de peptidoglicano –que constituye la estructura básica de la pared celular de las bacterias– y que contiene ácido teicoico.
Por eso, también explica su falta de eficacia contra la mayoría de bacterias gram negativas, que están rodeadas por una membrana exterior impermeable que impide el acceso del lípido II, y que carecen de ácidos teicoicos.
Los científicos han demostrado que el tratamiento de ratones infectados con Streptococcus aureus o S. pneumoniae redujo con la teixobactina su infección sin mostrar evidencias de toxicidad.
Para reafirmar la eficacia del antibiótico, el equipo trató de encontrar bacterias gram positivas que produjeran inmunidad contra la teixobactina, pero no encontraron ninguna. Creen que la razón es que normalmente la resistencia se desarrolla con menos frecuencia contra los antibióticos que se dirigen a las moléculas esenciales para la síntesis de la pared celular, tal y como lo hace la teixobactina, que contra los antibióticos dirigidos a proteínas de lípidos.
Ahora los investigadores tratarán de investigar los mecanismos de resistencia contra la teixobactina que se puedan generar en el medio ambiente, pero los hallazgos sugieren que el siguiente paso requiere de una investigación sistemática para la producción de antibióticos para el segundo grupo de bacterias, las gram negativas.
La resistencia progresiva a los antibióticos supone un problema mundial, pese a los pocos esfuerzos en inversión por parte de las empresas farmacéuticas para encontrar soluciones a esta cuestión, en parte, por la baja investigación de nuevos medicamentos y a la falta de enfoques creativos.
El hecho de que teixobactina actúe de manera específica en estos dos lípidos explica la eficacia del compuesto contra las bacterias gram positivas –uno de los principales grupos de bacterias–, que tienen una capa de peptidoglicano –que constituye la estructura básica de la pared celular de las bacterias– y que contiene ácido teicoico.
Por eso, también explica su falta de eficacia contra la mayoría de bacterias gram negativas, que están rodeadas por una membrana exterior impermeable que impide el acceso del lípido II, y que carecen de ácidos teicoicos.
Los científicos han demostrado que el tratamiento de ratones infectados con Streptococcus aureus o S. pneumoniae redujo con la teixobactina su infección sin mostrar evidencias de toxicidad.
Para reafirmar la eficacia del antibiótico, el equipo trató de encontrar bacterias gram positivas que produjeran inmunidad contra la teixobactina, pero no encontraron ninguna. Creen que la razón es que normalmente la resistencia se desarrolla con menos frecuencia contra los antibióticos que se dirigen a las moléculas esenciales para la síntesis de la pared celular, tal y como lo hace la teixobactina, que contra los antibióticos dirigidos a proteínas de lípidos.
Ahora los investigadores tratarán de investigar los mecanismos de resistencia contra la teixobactina que se puedan generar en el medio ambiente, pero los hallazgos sugieren que el siguiente paso requiere de una investigación sistemática para la producción de antibióticos para el segundo grupo de bacterias, las gram negativas.
La resistencia progresiva a los antibióticos supone un problema mundial, pese a los pocos esfuerzos en inversión por parte de las empresas farmacéuticas para encontrar soluciones a esta cuestión, en parte, por la baja investigación de nuevos medicamentos y a la falta de enfoques creativos.
Referencia bibliográfica:
K. Lewis et al. A new antibiotic kills pathogens without detectable resistance.
K. Lewis et al. A new antibiotic kills pathogens without detectable resistance.