Las neuronas desvelan nuestras intenciones. LEITL.
Un equipo de neurocientíficos ha desarrollado una potente tecnología que permite observar a un nivel profundo el cerebro humano y conocer las intenciones de las personas antes de que actúen, según un artículo publicado este mes en la revista Current Biology y explicado asimismo en un comunicado del Max Planck Institute, implicado en la investigación.
Este equipo ha constatado que, cuando los humanos nos centramos en procesar la información relacionada con algún objetivo concreto, la actividad en la corteza prefrontal del cerebro se incrementa.
Lo descubrieron estudiando a sujetos que libremente decidieron cual de dos tareas ejecutar, guardando en “secreto” sus intenciones durante un periodo de tiempo variable. Después de este tiempo, realizaron la tarea elegida, indicando cuál de ellas habían preparado.
Los científicos demostraron que durante ese tiempo es posible decodificar, a partir de la actividad de las regiones media y lateral de la corteza prefrontal, cuál de las dos tareas presentadas había sido la elegida. Por tanto, se pueden representar nuestros “objetivos secretos” a través de patrones distribuidos de la actividad de esta área del cerebro y, por tanto, reconocerlos.
Diversas zonas del cerebro
Durante la ejecución de las tareas, además, se puede decodificar la mayor parte de la información a partir de la región posterior de la corteza prefrontal, lo que sugiere que en la planificación y ejecución de las tareas se involucran zonas distintas de nuestro cerebro.
Esta investigación no está exenta de polémica porque permitiría a la ciencia conocer las intenciones no reveladas de las personas, lo que plantea la cuestión de cómo debiera ser utilizada una tecnología capaz de leer nuestros cerebros en el futuro.
El experimento fue realizado con un escáner de alta resolución que identifica los patrones de actividad cerebral y luego los traduce a pensamientos significativos, revelando las intenciones de la gente en un futuro inmediato. Esta es la primera vez que se consigue con éxito conocer este tipo de intenciones.
Alto porcentaje de aciertos
Durante la investigación, los científicos le pidieron a un grupo de voluntarios que decidieran entre añadir o quitar dos números que aparecían en una pantalla.
Antes de que estos números aparecieran, se les hizo un escáner cerebral con la técnica de imágenes de resonancia magnética. Posteriormente, los científicos utilizaron un programa informático diseñado para captar diferencias sutiles en la actividad cerebral, para predecir las intenciones ante las posibilidades. Alcanzaron un porcentaje de aciertos del 70%.
Los investigadores tratan ahora de averiguar los patrones concretos de actividad que se relacionan con diferentes tipos de pensamientos. Se espera que la tecnología siga así desarrollándose, hasta el punto de que se puedan probar por imágenes cerebrales las intenciones, pensamientos, esperanzas y emociones de las personas.
Aparece la neuroética
Realizada por John-Dylan Haynes, del Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences, en Alemania, Katsuyuki Sakai, de la universidad de Tokio, y Geraint Rees, del Institute of Cognitive Neuroscience de la University College London, entre otros neurocientíficos eminentes, esta investigación se fundamenta en una serie de estudios recientes en los que las imágenes del cerebro fueron utilizadas para identificar la actividad cerebral relacionada con la acción de mentir, los comportamientos violentos y los prejuicios raciales.
El trabajo revela los grandes avances de la neurociencia, que reclaman un debate urgente acerca de las consecuencias éticas del futuro uso de estas tecnologías, advierte The Guardian: si la tecnología de lectura del cerebro se desarrolla más, muy pronto podría adoptarse en los interrogatorios policiales a criminales y terroristas.
El escáner cerebral de alta resolución podría servir por tanto para juzgar si un individuo pretende cometer algún crimen, aunque también para probar su inocencia. En la actualidad, ya existen compañías que utilizan escáneres cerebrales para intentar fabricar detectores de mentiras más fiables.
La tecnología podría usarse asimismo en un futuro para buscar señales de actividad cerebral relacionada con la pederastia, el racismo, la agresividad u otras tendencias indeseables.
Todas estas posibilidades explicarían la emergencia reciente del llamado campo de la neuroética, ciencia que se ocupa de los problemas éticos, sociales y legales asociados al desarrollo de las neurociencias y la aplicación de sus técnicas. Esta ciencia ha ido surgiendo a raíz de los rápidos progresos de la neurología en el descubrimiento de los secretos que alberga el cerebro.
Otras aplicaciones
Pero, por otro lado, la misma tecnología podría servir potencialmente para la mejora de ordenadores controlados por el cerebro, así como de máquinas que mejorarían la calidad de vida de personas con discapacidades físicas.
Si se pueden leer sus pensamientos, estas personas serían capaces de manejar, por ejemplo, Internet o el e-mail sólo con sus mentes, así como escribir en la pantalla gracias a procesadores que “sabrían” lo que pretenden escribir.
Asimismo, la posibilidad de leer y descifrar la actividad del cerebro les permitiría controlar sillas de ruedas o extremidades artificiales con sus pensamientos.
Neuromarketing
Cualquiera de las posibles aplicaciones estarán listas, según estiman los científicos, en un periodo de entre cinco y 10 años. Para entonces, según declaraciones de John-Dylan Haynes para la revista abc.net, podría ser aplicada a fines muy concretos, aparte del análisis criminológico o de su uso por parte de personas discapacitadas.
Por ejemplo, podrían conocerse las aptitudes de un individuo en una entrevista de trabajo, así como sus intenciones hacia la compañía, o analizar las preferencias de los consumidores a través de una técnica potencial denominada neuromarketing, que estudia los efectos que la publicidad tiene en el cerebro humano con la intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor. Ya hemos escrito en otro artículo que la resonancia magnética funcional (fMRI) es capaz de detectar las partes de nuestro cerebro que están activas cuando compramos.
Temas relacionados
Algunos de estos desarrollos tecnológicos han sido comentados en otros artículos de esta revista, entre ellos:
Crean un ordenador capaz de detectar la 'intención'.
Consiguen un chip que conecta el pensamiento con las extremidades.
Científicos alemanes desarrollan el primer ordenador que lee el pensamiento.
Una visión más global de esta línea de investigación, sus promesas y consecuencias, puede obtenerse de este artículo de Mariano Sigman, en el que plantea que si supiéramos qué lenguaje hablan las neuronas podríamos jugar con las ideas como jugamos con los brazos.
Este equipo ha constatado que, cuando los humanos nos centramos en procesar la información relacionada con algún objetivo concreto, la actividad en la corteza prefrontal del cerebro se incrementa.
Lo descubrieron estudiando a sujetos que libremente decidieron cual de dos tareas ejecutar, guardando en “secreto” sus intenciones durante un periodo de tiempo variable. Después de este tiempo, realizaron la tarea elegida, indicando cuál de ellas habían preparado.
Los científicos demostraron que durante ese tiempo es posible decodificar, a partir de la actividad de las regiones media y lateral de la corteza prefrontal, cuál de las dos tareas presentadas había sido la elegida. Por tanto, se pueden representar nuestros “objetivos secretos” a través de patrones distribuidos de la actividad de esta área del cerebro y, por tanto, reconocerlos.
Diversas zonas del cerebro
Durante la ejecución de las tareas, además, se puede decodificar la mayor parte de la información a partir de la región posterior de la corteza prefrontal, lo que sugiere que en la planificación y ejecución de las tareas se involucran zonas distintas de nuestro cerebro.
Esta investigación no está exenta de polémica porque permitiría a la ciencia conocer las intenciones no reveladas de las personas, lo que plantea la cuestión de cómo debiera ser utilizada una tecnología capaz de leer nuestros cerebros en el futuro.
El experimento fue realizado con un escáner de alta resolución que identifica los patrones de actividad cerebral y luego los traduce a pensamientos significativos, revelando las intenciones de la gente en un futuro inmediato. Esta es la primera vez que se consigue con éxito conocer este tipo de intenciones.
Alto porcentaje de aciertos
Durante la investigación, los científicos le pidieron a un grupo de voluntarios que decidieran entre añadir o quitar dos números que aparecían en una pantalla.
Antes de que estos números aparecieran, se les hizo un escáner cerebral con la técnica de imágenes de resonancia magnética. Posteriormente, los científicos utilizaron un programa informático diseñado para captar diferencias sutiles en la actividad cerebral, para predecir las intenciones ante las posibilidades. Alcanzaron un porcentaje de aciertos del 70%.
Los investigadores tratan ahora de averiguar los patrones concretos de actividad que se relacionan con diferentes tipos de pensamientos. Se espera que la tecnología siga así desarrollándose, hasta el punto de que se puedan probar por imágenes cerebrales las intenciones, pensamientos, esperanzas y emociones de las personas.
Aparece la neuroética
Realizada por John-Dylan Haynes, del Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences, en Alemania, Katsuyuki Sakai, de la universidad de Tokio, y Geraint Rees, del Institute of Cognitive Neuroscience de la University College London, entre otros neurocientíficos eminentes, esta investigación se fundamenta en una serie de estudios recientes en los que las imágenes del cerebro fueron utilizadas para identificar la actividad cerebral relacionada con la acción de mentir, los comportamientos violentos y los prejuicios raciales.
El trabajo revela los grandes avances de la neurociencia, que reclaman un debate urgente acerca de las consecuencias éticas del futuro uso de estas tecnologías, advierte The Guardian: si la tecnología de lectura del cerebro se desarrolla más, muy pronto podría adoptarse en los interrogatorios policiales a criminales y terroristas.
El escáner cerebral de alta resolución podría servir por tanto para juzgar si un individuo pretende cometer algún crimen, aunque también para probar su inocencia. En la actualidad, ya existen compañías que utilizan escáneres cerebrales para intentar fabricar detectores de mentiras más fiables.
La tecnología podría usarse asimismo en un futuro para buscar señales de actividad cerebral relacionada con la pederastia, el racismo, la agresividad u otras tendencias indeseables.
Todas estas posibilidades explicarían la emergencia reciente del llamado campo de la neuroética, ciencia que se ocupa de los problemas éticos, sociales y legales asociados al desarrollo de las neurociencias y la aplicación de sus técnicas. Esta ciencia ha ido surgiendo a raíz de los rápidos progresos de la neurología en el descubrimiento de los secretos que alberga el cerebro.
Otras aplicaciones
Pero, por otro lado, la misma tecnología podría servir potencialmente para la mejora de ordenadores controlados por el cerebro, así como de máquinas que mejorarían la calidad de vida de personas con discapacidades físicas.
Si se pueden leer sus pensamientos, estas personas serían capaces de manejar, por ejemplo, Internet o el e-mail sólo con sus mentes, así como escribir en la pantalla gracias a procesadores que “sabrían” lo que pretenden escribir.
Asimismo, la posibilidad de leer y descifrar la actividad del cerebro les permitiría controlar sillas de ruedas o extremidades artificiales con sus pensamientos.
Neuromarketing
Cualquiera de las posibles aplicaciones estarán listas, según estiman los científicos, en un periodo de entre cinco y 10 años. Para entonces, según declaraciones de John-Dylan Haynes para la revista abc.net, podría ser aplicada a fines muy concretos, aparte del análisis criminológico o de su uso por parte de personas discapacitadas.
Por ejemplo, podrían conocerse las aptitudes de un individuo en una entrevista de trabajo, así como sus intenciones hacia la compañía, o analizar las preferencias de los consumidores a través de una técnica potencial denominada neuromarketing, que estudia los efectos que la publicidad tiene en el cerebro humano con la intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor. Ya hemos escrito en otro artículo que la resonancia magnética funcional (fMRI) es capaz de detectar las partes de nuestro cerebro que están activas cuando compramos.
Temas relacionados
Algunos de estos desarrollos tecnológicos han sido comentados en otros artículos de esta revista, entre ellos:
Crean un ordenador capaz de detectar la 'intención'.
Consiguen un chip que conecta el pensamiento con las extremidades.
Científicos alemanes desarrollan el primer ordenador que lee el pensamiento.
Una visión más global de esta línea de investigación, sus promesas y consecuencias, puede obtenerse de este artículo de Mariano Sigman, en el que plantea que si supiéramos qué lenguaje hablan las neuronas podríamos jugar con las ideas como jugamos con los brazos.