• Imagen: celeste clochard. Fuente: PhotoXpress.
Un equipo de científicos del Reino Unido y de Canadá ha descubierto antiguos depósitos de agua que han permanecido aislados bajo tierra durante miles de millones de años y que contienen abundantes sustancias químicas esenciales para la vida.
Esta agua podría ser una de las más antiguas del planeta e incluso podría contener vida. Además, la similitud que existe entre las rocas en las que quedó atrapada y las rocas de Marte aumenta la esperanza de que albergue alguna forma de vida comparable a las que podrían estar enterradas bajo la superficie del planeta rojo.
Los resultados, publicados en la revista Nature, podrían obligar a repensar qué partes de nuestro planeta son aptos para la vida y dar pistas sobre cómo los microbios evolucionan de manera aislada.
Antigüedad medida con técnicas novedosas
Los investigadores, de las universidades de Manchester, Lancaster, Toronto y McMaster, analizaron el agua de los pozos de una mina situada a 2,4 kilometros por debajo de Ontario, en Canadá.
Según publica la Universidad de Manchester en un comunicado, de este modo descubrieron que esta agua es rica en gases disueltos como hidrógeno, metano o diferentes formas (isótopos) de gases nobles, como helio, neón, argón o xenón.
De hecho, en ella hay tanto hidrógeno como alrededor de las fuentes hidrotermales de las profundidades oceánicas, muchas de los cuales están repletas de vida microscópica.
El hidrógeno y el metano proceden de la interacción entre las rocas y el agua. Estos gases habrían proporcionado energía a microbios que podrían no haber estado expuestos al sol durante miles de millones de años. Los científicos creían que las rocas cristalinas que rodean el agua tienen alrededor de 2.7 mil millones años, pero nadie esperaba que el agua también tuviera esa antigüedad.
La verdadera edad del líquido fue desvelada gracias al uso de innovadoras técnicas desarrolladas en la Universidad de Manchester. Estas han demostrado que el agua tiene al menos 1,5 mil millones de años, pero podría ser significativamente más antigua.
Esta agua podría ser una de las más antiguas del planeta e incluso podría contener vida. Además, la similitud que existe entre las rocas en las que quedó atrapada y las rocas de Marte aumenta la esperanza de que albergue alguna forma de vida comparable a las que podrían estar enterradas bajo la superficie del planeta rojo.
Los resultados, publicados en la revista Nature, podrían obligar a repensar qué partes de nuestro planeta son aptos para la vida y dar pistas sobre cómo los microbios evolucionan de manera aislada.
Antigüedad medida con técnicas novedosas
Los investigadores, de las universidades de Manchester, Lancaster, Toronto y McMaster, analizaron el agua de los pozos de una mina situada a 2,4 kilometros por debajo de Ontario, en Canadá.
Según publica la Universidad de Manchester en un comunicado, de este modo descubrieron que esta agua es rica en gases disueltos como hidrógeno, metano o diferentes formas (isótopos) de gases nobles, como helio, neón, argón o xenón.
De hecho, en ella hay tanto hidrógeno como alrededor de las fuentes hidrotermales de las profundidades oceánicas, muchas de los cuales están repletas de vida microscópica.
El hidrógeno y el metano proceden de la interacción entre las rocas y el agua. Estos gases habrían proporcionado energía a microbios que podrían no haber estado expuestos al sol durante miles de millones de años. Los científicos creían que las rocas cristalinas que rodean el agua tienen alrededor de 2.7 mil millones años, pero nadie esperaba que el agua también tuviera esa antigüedad.
La verdadera edad del líquido fue desvelada gracias al uso de innovadoras técnicas desarrolladas en la Universidad de Manchester. Estas han demostrado que el agua tiene al menos 1,5 mil millones de años, pero podría ser significativamente más antigua.
Vida en las profundidades de otros planetas
Chris Ballentine de la Universidad de Manchester y director del proyecto, afirma que: "Hemos encontrado un sistema de fluidos interconectados en el profundo basamento cristalino canadiense que tiene miles de millones de años de antigüedad, y que es capaz de albergar vida. Nuestro hallazgo es de gran interés para los investigadores que deseen comprender cómo evolucionan los microbios en entornos aislados, y es fundamental para toda la cuestión del origen de la vida, la sostenibilidad de la vida, y la vida en ambientes extremos e incluso en otros planetas ".
Antes de este descubrimiento, la única agua de una antigüedad similar de la que se haya tenido noticia fue encontrada en forma de pequeñas burbujas atrapadas en una roca. Esta agua no podía albergar vida.
Sin embargo, el agua que se encuentra en la mina canadiense se vierte desde la roca a una velocidad de cerca de dos litros por minuto. Tiene características similares a las de un agua mucho más reciente que fluye de una mina de 2,8 kilómetros de profundidad situada en Sudáfrica, y que se descubrió que podía albergar vida.
Ballentine y sus colaboradores aún no saben si la nueva agua sostiene formas de vida, pero el investigador Greg Holland de la Universidad de Lancaster, autor principal del estudio, afirma: "Nuestros colaboradores canadienses están tratando de averiguar ahora si esta agua contiene vida. De lo que sí podemos estar seguros ya es de haber identificado la manera en los planetas podrían generar y mantener un entorno favorable para la vida microbiana durante miles de millones de años. Este entorno sería independiente de lo inhóspito que fuera la superficie planetaria, lo que abre la posibilidad de que haya ambientes semejantes en el subsuelo marciano ".
Ballentine añade que: "Aunque las cuestiones sobre la vida en Marte planteadas por nuestro trabajo son increíblemente emocionantes, las técnicas innovadoras que hemos desarrollado hasta la fecha también proporcionan una manera de calcular la velocidad de producción de gas metano en sistemas antiguos de rocas a nivel mundial”.
Chris Ballentine de la Universidad de Manchester y director del proyecto, afirma que: "Hemos encontrado un sistema de fluidos interconectados en el profundo basamento cristalino canadiense que tiene miles de millones de años de antigüedad, y que es capaz de albergar vida. Nuestro hallazgo es de gran interés para los investigadores que deseen comprender cómo evolucionan los microbios en entornos aislados, y es fundamental para toda la cuestión del origen de la vida, la sostenibilidad de la vida, y la vida en ambientes extremos e incluso en otros planetas ".
Antes de este descubrimiento, la única agua de una antigüedad similar de la que se haya tenido noticia fue encontrada en forma de pequeñas burbujas atrapadas en una roca. Esta agua no podía albergar vida.
Sin embargo, el agua que se encuentra en la mina canadiense se vierte desde la roca a una velocidad de cerca de dos litros por minuto. Tiene características similares a las de un agua mucho más reciente que fluye de una mina de 2,8 kilómetros de profundidad situada en Sudáfrica, y que se descubrió que podía albergar vida.
Ballentine y sus colaboradores aún no saben si la nueva agua sostiene formas de vida, pero el investigador Greg Holland de la Universidad de Lancaster, autor principal del estudio, afirma: "Nuestros colaboradores canadienses están tratando de averiguar ahora si esta agua contiene vida. De lo que sí podemos estar seguros ya es de haber identificado la manera en los planetas podrían generar y mantener un entorno favorable para la vida microbiana durante miles de millones de años. Este entorno sería independiente de lo inhóspito que fuera la superficie planetaria, lo que abre la posibilidad de que haya ambientes semejantes en el subsuelo marciano ".
Ballentine añade que: "Aunque las cuestiones sobre la vida en Marte planteadas por nuestro trabajo son increíblemente emocionantes, las técnicas innovadoras que hemos desarrollado hasta la fecha también proporcionan una manera de calcular la velocidad de producción de gas metano en sistemas antiguos de rocas a nivel mundial”.
Referencia bibliográfica:
G. Holland, B. Sherwood Lollar, L. Li, G. Lacrampe-Couloume, G. F. Slater, C. J. Ballentine. Deep fracture fluids isolated in the crust since the Precambrian era. Nature (2013). DOI: 10.1038/nature12127.
G. Holland, B. Sherwood Lollar, L. Li, G. Lacrampe-Couloume, G. F. Slater, C. J. Ballentine. Deep fracture fluids isolated in the crust since the Precambrian era. Nature (2013). DOI: 10.1038/nature12127.