El uso de la tecnología y los wearables ya no es exclusivo para la raza humana, sino que se aplica también a los amigos peludos. Más allá de Silicon Valley, cada vez es mayor el número de empresas emergentes dedicadas a la comercialización de dispositivos para mantener a los animales seguros, sanos, entretenidos y conectados cuando sus dueños están ausentes.
Empresarios e inversores de esta "tecnología para mascotas" han sabido aprovechar el tirón, a medida que aumenta la cifra de animales domésticos y, por tanto, la consecuente inversión económica que suponen. De hecho, sólo en Estados Unidos, casi dos tercios de los hogares tienen mascotas, lo que implica un gasto superior a los 60 millones de dólares el año pasado, según la Asociación Americana de Productos para Mascotas. En España la cifra es un poco menor, en torno al 49,3 por ciento, según datos de 2013 de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC).
"El número de animales de compañía en el mundo está creciendo extremadamente rápido, lo que abre el mercado", asegura Peter Harrop, presidente de IDTechEx, empresa dedicada a la investigación de mercados y enfocada a la tecnología, en un artículo publicado en la revista online Phys.org. "Dentro de cinco años habrá productos que ni podemos imaginar”, añade.
De momento, ya existen dispositivos que permiten a las mascotas llamar al dueño (PetChatz), jugar cuando están solos en casa de forma didáctica (CleverPet) o incluso hablar con voz humana (Petspeak). En la mayoría de los casos se trata de packs compuestos por un pequeño artilugio con conexión a Internet que se coloca en el hogar y una aplicación para manejarlo desde el teléfono. Algunos de ellos se presentaron recientemente en el CES de Las Vegas, la feria de electrónica de consumo más importante del mundo.
Sin embargo, a medida que aparecen nuevas herramientas tecnológicas, los expertos advierten del peligro de un exceso de confianza. "La tecnología puede ser útil como complemento, para enriquecer la relación con la mascota, pero no como un sustituto del tiempo que se pasa con ellos”, remarca Pamela Wyman, que dirige un centro de adiestramiento canino en Oakland.
Empresarios e inversores de esta "tecnología para mascotas" han sabido aprovechar el tirón, a medida que aumenta la cifra de animales domésticos y, por tanto, la consecuente inversión económica que suponen. De hecho, sólo en Estados Unidos, casi dos tercios de los hogares tienen mascotas, lo que implica un gasto superior a los 60 millones de dólares el año pasado, según la Asociación Americana de Productos para Mascotas. En España la cifra es un poco menor, en torno al 49,3 por ciento, según datos de 2013 de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC).
"El número de animales de compañía en el mundo está creciendo extremadamente rápido, lo que abre el mercado", asegura Peter Harrop, presidente de IDTechEx, empresa dedicada a la investigación de mercados y enfocada a la tecnología, en un artículo publicado en la revista online Phys.org. "Dentro de cinco años habrá productos que ni podemos imaginar”, añade.
De momento, ya existen dispositivos que permiten a las mascotas llamar al dueño (PetChatz), jugar cuando están solos en casa de forma didáctica (CleverPet) o incluso hablar con voz humana (Petspeak). En la mayoría de los casos se trata de packs compuestos por un pequeño artilugio con conexión a Internet que se coloca en el hogar y una aplicación para manejarlo desde el teléfono. Algunos de ellos se presentaron recientemente en el CES de Las Vegas, la feria de electrónica de consumo más importante del mundo.
Sin embargo, a medida que aparecen nuevas herramientas tecnológicas, los expertos advierten del peligro de un exceso de confianza. "La tecnología puede ser útil como complemento, para enriquecer la relación con la mascota, pero no como un sustituto del tiempo que se pasa con ellos”, remarca Pamela Wyman, que dirige un centro de adiestramiento canino en Oakland.
Dispositivos disponibles
Petzi Treat Cam permite comunicarse con las mascotas a pesar de la distancia. Se trata de un dispositivo con cámara conectado a Internet que se controla desde el teléfono, convirtiéndose en una ventana para verlos, hablar con ellos, sacar fotos e incluso regañarles o recompensarles. Para ello cuenta con un dispensador de galletas o golosinas que se puede accionar cuando se le quiere premiar, o bien utilizar el micrófono para reprenderle.
Los creadores, dos veteranos del mercado tecnológico que echaban de menos a sus mascotas, desarrollaron también una red social exclusiva para compartir fotos de sus adorables compañeros. El dispositivo se puede comprar desde su web por 150 euros.
Pensando más en la seguridad se creó Whistle, una startup con sede en San Francisco que comercializa un rastreador GPS para alertar a los dueños cuando sus mascotas abandonan la zona de seguridad delimitada, ayudándoles a encontrarlos en caso de pérdida.
El dispositivo también permite hacer un seguimiento del ejercicio que realizan y de las horas de sueño. La aplicación se completa con una función de notas y recordatorios, para controlar su medicación, el calendario de vacunación y las revisiones veterinarias. Su precio ronda los 70 euros.
Y para aquellos que buscan que sus perros y gatos estén más activos durante el día, la cámara Petcube les permite no sólo ver y hablar con sus mascotas, sino jugar con ellos. Basta con marcar un elemento de la escena desde el smartphone para que el dispositivo lo traduzca en un rayo de luz emitido por un puntero láser incorporado.
Sus fundadores iniciaron el proyecto en Ukrania, trasladando pronto su sede a San Francisco para llegar a un mercado global. La aplicación está disponible en español y el dispositivo se puede adquirir a través de su página a un precio aproximado de 200 euros.
Petzi Treat Cam permite comunicarse con las mascotas a pesar de la distancia. Se trata de un dispositivo con cámara conectado a Internet que se controla desde el teléfono, convirtiéndose en una ventana para verlos, hablar con ellos, sacar fotos e incluso regañarles o recompensarles. Para ello cuenta con un dispensador de galletas o golosinas que se puede accionar cuando se le quiere premiar, o bien utilizar el micrófono para reprenderle.
Los creadores, dos veteranos del mercado tecnológico que echaban de menos a sus mascotas, desarrollaron también una red social exclusiva para compartir fotos de sus adorables compañeros. El dispositivo se puede comprar desde su web por 150 euros.
Pensando más en la seguridad se creó Whistle, una startup con sede en San Francisco que comercializa un rastreador GPS para alertar a los dueños cuando sus mascotas abandonan la zona de seguridad delimitada, ayudándoles a encontrarlos en caso de pérdida.
El dispositivo también permite hacer un seguimiento del ejercicio que realizan y de las horas de sueño. La aplicación se completa con una función de notas y recordatorios, para controlar su medicación, el calendario de vacunación y las revisiones veterinarias. Su precio ronda los 70 euros.
Y para aquellos que buscan que sus perros y gatos estén más activos durante el día, la cámara Petcube les permite no sólo ver y hablar con sus mascotas, sino jugar con ellos. Basta con marcar un elemento de la escena desde el smartphone para que el dispositivo lo traduzca en un rayo de luz emitido por un puntero láser incorporado.
Sus fundadores iniciaron el proyecto en Ukrania, trasladando pronto su sede a San Francisco para llegar a un mercado global. La aplicación está disponible en español y el dispositivo se puede adquirir a través de su página a un precio aproximado de 200 euros.