Industrial, Light and Magic. Copyright: Paramount Pictures.
Con las inolvidables palabras del principio de la serie original de televisión de los años sesenta: “El espacio, la frontera final”, un grupo de camaradas de la flota estelar emprendía una serie de viajes por el cosmos y la condición humana, allá por los lejanos sesenta del pasado siglo. Se trata, ya sabemos, de Kirk, Spock, McCoy (Bones), Uhura, Sulu, Scotty, Chéjov, otros muchos miembros de la flota estelar de diferentes razas y especies y una nave: la Enterprise. La nave más famosa de todos los tiempos, más conocida que el Apollo o el Space Shuttle.
Esa misión de 5 años para explorar el espacio y llegar con audacia hasta donde nadie había llegado antes celebraba la emoción de la aventura, el espíritu pionero de exploración y la voluntad de crear un futuro mejor entre todos y de manera pacífica. Una visión de un futuro optimista, lejano de las distopías y visiones apocalípticas y oscuras propias de la ficción científica de la guerra fría y también de nuestros días. Una visión de un hombre especial: Gene Roddenberry.
Según Stephen Hawking, reconocido fan de la serie, esa visión optimista y reconfortante del futuro hace que sea tan popular esta serie que muestra una sociedad muy avanzada en ciencia, tecnología y organización política. Hawking se refiere a la serie original pero también a 100 años después de Kirk. A la Star Trek: The Next Generation (TNG) liderada por el capitán Picard, de la Enterprise claro. Y es que Star Trek ha generado cientos de episodios de televisión de 5 series de diferentes tripulaciones y épocas, una serie de dibujos animados, cientos de cómics y libros y 11 películas a lo largo de 40 años. Precisamente Star Trek (2009) -dirigida por J.J. Abrams (creador de las series Perdidos, Alias y Felicity) – hace la número 11. Podría parecer que ya estaba todo dicho pero afortunadamente en Star Trek nunca estará todo dicho, es como la imaginación humana, siempre fértil.
Nueva era en la saga
Gracias al señor Abrams, un tipo talentoso que se ha atrevido con todo y a la sana voracidad de la Paramount, los guionistas, los actores, ILM los geniales expertos en efectos visuales y resto del equipo, tenemos una aventura que abre una nueva era en Star Trek: un acontecimiento “provocado” origina una distorsión espacio-temporal en forma de agujero de gusano de tales características que altera todo el Universo Trek.
Ese acontecimiento sucede justo en el lugar y sobre todo en el momento en que Kirk está a punto de nacer, con lo que se crea una línea temporal totalmente nueva donde los personajes principales, que luego integrarán la tripulación de la nave Enterprise, van a “empezar de nuevo”. Sus experiencias vitales de la niñez, de la adolescencia y de sus primeros años en la Academia van a diferir bastante de lo poco que conocíamos de esa época a través de las referencias de diferentes episodios, películas y de la Star Trek Encyclopedia. Esta distorsión temporal nos lleva directamente al capítulo cero de un universo Trek paralelo.
Un guiño perfectamente trekkie va a permitir contar a Abrams la historia que nadie había contado: el origen de Kirk y Spock y de toda la tripulación de la primera nave U.S.S. Entreprise, la NCC 1701. Pero con una libertad total en los detalles. Abrams mantiene la visión de Roddenberry pero la tiñe de una serie de acontecimientos trágicos que afectan a la vida de los personajes principales y también del Universo Trek, como veremos más adelante. Abrams y el productor Damon Lindeloff tuvieron una larga conversación acerca de cómo se podría haber reunido ese grupo de gente y aprendido a sacrificar ciertos aspectos de su personalidad para salir adelante juntos frente a una amenaza insuperable, muy trek, muy Kirk.
Según comentó el también productor Bryan Burk “imaginábamos este “Star Trek” como una aventura verdaderamente grande acerca de dos hombres muy diferentes, Kirk y Spock, cuyo destino no es sólo convertirse en grandes amigos, sino en icónicos guardianes, camaradas y exploradores”.
100 millones de euros, mucha imaginación y un espíritu renovador por parte de Abrams, que busca sin tapujos a un público menor de 25 años, que es quien llena las taquillas en Estados Unidos, nos permiten disfrutar de Star Trek 2009 desde el pasado 8 de mayo, una fantástica película de amistades, venganza, sensaciones a flor de piel y aventuras galácticas. Cine de acción donde los protagonistas son irreverentemente jóvenes, con claves y códigos cercanos a la generación Internet, y por tanto diferentes a los Spock (Leonard Nimoy) y Kirk (William Shatner) de la primera temporada de la serie clásica.
Abrams es, como él mismo dice sentirse, alguien que ha llegado tarde a la fiesta pero que la va a poner en órbita de nuevo. Hay una tensión narrativa a lo largo de la primera parte de la película, cuando se van encontrando los personajes que formarán parte del puente de la Enterprise, que le da una estupenda dinámica, por un lado sabemos que Kirk llegará a ser el capitán, aunque no lo parezca, que Kirk y Spock serán grandes amigos aunque se nos aparezcan en primer lugar como encarnizados rivales, y así sucesivamente con diferentes personajes y escenas. Los protagonistas a dicha edad son como páginas en blanco y los guionistas aprovecharán precisamente ese aspecto para recrear situaciones, la mayoría de ellas muy divertidas -tanto para neófitos como para trekkies- de los diferentes primeros encuentros personales Uhura-Kirk, Kirk-McCoy, Uhura-Spock, Kirk-Sulu, etc.
Esto no es una precuela
Ya ha quedado claro que una tremenda distorsión temporal, muy del gusto de los guionistas de Star Trek de siempre, nos ha abocado a un universo paralelo. No es una precuela al estilo de “La Amenaza fantasma” de Star Wars o “Lobezno. X Men orígenes.”. No vamos a conocer los orígenes de la vieja tripulación, al menos para los que sabemos que realmente no se conocieron ni se hicieron amigos en un largometraje, sino en una serie de televisión que empezó a emitirse en 1966. Dicho esto veamos un poco cómo es la primera aventura de la Enterprise en este nuevo universo.
El destino de la galaxia va a estar en manos de dos encarnizados rivales nacidos en mundos muy diferentes. Uno, James Tiberius Kirk (Chris Pine), es un joven granjero de Iowa delincuente, superdotado y amante de las emociones fuertes, un líder y un rebelde en busca de una causa que prenda ese fuego que late en su interior. El otro, Spock (Zachary Quinto), se ha criado en el planeta Vulcano, es un marginado debido a su origen medio humano, lo que le hace vulnerable a la emociones volátiles sin las cuales los vulcanos han vivido desde hace mucho, y que es sin embargo un extraordinario estudiante llegará a convertirse en el primero de su especie admitido en la Academia de la Flota Estelar. El desastre de Vulcano prevemos que hará de Spock un personaje más sombrío y más “emocional” que el original de Nimoy, como ya se aprecia en la nueva Star Trek.
El drástico cambio que afecta a los personajes principales también lo hace con todos los demás tripulantes, especialmente con la teniente Uhura. En términos casi frívolos podríamos decir que hemos cambiado el estupendo pelo afro años sesenta de Uhura (Nichelle Nichols) por la espléndida melena a lo Beyoncé de Uhura (Zoe Saldana). Sin embargo J.J. Abrams, quizá sin saberlo, devuelve el protagonismo a Uhura que para ella quería Gene Roddenberry. Los ejecutivos de la NBC de los sesenta rechazaron la idea original de que Uhura, “una mujer”, fuera la segunda en la cadena de mando. Ahora J.J. Abrams le da el protagonismo que merecía y de hecho el trío de amigos Kirk-Spock-McCoy se amplía con la figura de Uhura, que debería dar mucho de sí en siguientes entregas. La relación entre los nuevos Spock y Uhura es una inteligente provocación de Abrams respecto de la serie original, pero centrémonos en la nueva Star Trek. Establecer comparaciones y diferencias con el pasado llevaría al menos un artículo como éste.
El inicio de la película es muy emotivo y te introduce directamente en este nuevo universo paralelo Trek: asistimos al nacimiento de Kirk entre tremendas explosiones de plasma y fasers, fruto de la titánica batalla que sostiene su padre en la nave U.S.S. Kelvin frente al malvado y atormentado Nero (Eric Bana), el que se convertirá en un formidable enemigo de Vulcano y de toda la federación hasta que los jóvenes Kirk y Spock se crucen con él.
Después de tres años en la Academia, la Enterprise en su primer vuelo con el capitán Pike al mando participa en una misión de ayuda en Vulcano, que está siendo víctima de una catástrofe geológica a nivel planetario y es precisamente Kirk quien reconoce la amenaza real, y constata que se trata en realidad de un ataque romulano que pretende destruir por completo la civilización de Vulcano.
Kirk a pesar de no gozar de mucha estima entre la mayor parte de los cadetes será quien se vaya haciendo con el liderazgo del grupo y después de la nave, pero antes sucederán muchas cosas y el enfrentamiento Kirk-Spock irá alcanzando cotas más altas.
La segunda parte de la película arranca con la presencia de Leonard Nimoy, verdadero hilo conductor de la misma, el Spock original, que con 123 años ha venido del futuro para ayudar a su legendaria civilización, Vulcano, y a conducir -como si fuera una presencia invisible- a Spock y a Kirk por el camino de reconocerse mutuamente, de hacerles ver que se necesitan, tanto a nivel emocional como para unir sus habilidades y fuerzas y conseguir combatir a Nero, el enemigo invencible.
No sólo le explica a Kirk que debe volver a la Enterprise y tomar el mando relevando al Spock joven (sin revelarle nada del futuro), aprovechando la directiva 619, sino que traslada a Scotty un descubrimiento que él mismo realizará en el futuro del otro Universo Trek. Se trata de la ecuación que permite la tele-transportación a velocidad de curvatura (transwarp), que será clave para derrotar a Nero. Pero para ello todos los personajes del puente, y especialmente Kirk y Spock deberán actuar en equipo y con la misma audacia e inteligencia que los personajes de la serie original. Y además se lo pasarán bien y nosotros con ellos.
Esa misión de 5 años para explorar el espacio y llegar con audacia hasta donde nadie había llegado antes celebraba la emoción de la aventura, el espíritu pionero de exploración y la voluntad de crear un futuro mejor entre todos y de manera pacífica. Una visión de un futuro optimista, lejano de las distopías y visiones apocalípticas y oscuras propias de la ficción científica de la guerra fría y también de nuestros días. Una visión de un hombre especial: Gene Roddenberry.
Según Stephen Hawking, reconocido fan de la serie, esa visión optimista y reconfortante del futuro hace que sea tan popular esta serie que muestra una sociedad muy avanzada en ciencia, tecnología y organización política. Hawking se refiere a la serie original pero también a 100 años después de Kirk. A la Star Trek: The Next Generation (TNG) liderada por el capitán Picard, de la Enterprise claro. Y es que Star Trek ha generado cientos de episodios de televisión de 5 series de diferentes tripulaciones y épocas, una serie de dibujos animados, cientos de cómics y libros y 11 películas a lo largo de 40 años. Precisamente Star Trek (2009) -dirigida por J.J. Abrams (creador de las series Perdidos, Alias y Felicity) – hace la número 11. Podría parecer que ya estaba todo dicho pero afortunadamente en Star Trek nunca estará todo dicho, es como la imaginación humana, siempre fértil.
Nueva era en la saga
Gracias al señor Abrams, un tipo talentoso que se ha atrevido con todo y a la sana voracidad de la Paramount, los guionistas, los actores, ILM los geniales expertos en efectos visuales y resto del equipo, tenemos una aventura que abre una nueva era en Star Trek: un acontecimiento “provocado” origina una distorsión espacio-temporal en forma de agujero de gusano de tales características que altera todo el Universo Trek.
Ese acontecimiento sucede justo en el lugar y sobre todo en el momento en que Kirk está a punto de nacer, con lo que se crea una línea temporal totalmente nueva donde los personajes principales, que luego integrarán la tripulación de la nave Enterprise, van a “empezar de nuevo”. Sus experiencias vitales de la niñez, de la adolescencia y de sus primeros años en la Academia van a diferir bastante de lo poco que conocíamos de esa época a través de las referencias de diferentes episodios, películas y de la Star Trek Encyclopedia. Esta distorsión temporal nos lleva directamente al capítulo cero de un universo Trek paralelo.
Un guiño perfectamente trekkie va a permitir contar a Abrams la historia que nadie había contado: el origen de Kirk y Spock y de toda la tripulación de la primera nave U.S.S. Entreprise, la NCC 1701. Pero con una libertad total en los detalles. Abrams mantiene la visión de Roddenberry pero la tiñe de una serie de acontecimientos trágicos que afectan a la vida de los personajes principales y también del Universo Trek, como veremos más adelante. Abrams y el productor Damon Lindeloff tuvieron una larga conversación acerca de cómo se podría haber reunido ese grupo de gente y aprendido a sacrificar ciertos aspectos de su personalidad para salir adelante juntos frente a una amenaza insuperable, muy trek, muy Kirk.
Según comentó el también productor Bryan Burk “imaginábamos este “Star Trek” como una aventura verdaderamente grande acerca de dos hombres muy diferentes, Kirk y Spock, cuyo destino no es sólo convertirse en grandes amigos, sino en icónicos guardianes, camaradas y exploradores”.
100 millones de euros, mucha imaginación y un espíritu renovador por parte de Abrams, que busca sin tapujos a un público menor de 25 años, que es quien llena las taquillas en Estados Unidos, nos permiten disfrutar de Star Trek 2009 desde el pasado 8 de mayo, una fantástica película de amistades, venganza, sensaciones a flor de piel y aventuras galácticas. Cine de acción donde los protagonistas son irreverentemente jóvenes, con claves y códigos cercanos a la generación Internet, y por tanto diferentes a los Spock (Leonard Nimoy) y Kirk (William Shatner) de la primera temporada de la serie clásica.
Abrams es, como él mismo dice sentirse, alguien que ha llegado tarde a la fiesta pero que la va a poner en órbita de nuevo. Hay una tensión narrativa a lo largo de la primera parte de la película, cuando se van encontrando los personajes que formarán parte del puente de la Enterprise, que le da una estupenda dinámica, por un lado sabemos que Kirk llegará a ser el capitán, aunque no lo parezca, que Kirk y Spock serán grandes amigos aunque se nos aparezcan en primer lugar como encarnizados rivales, y así sucesivamente con diferentes personajes y escenas. Los protagonistas a dicha edad son como páginas en blanco y los guionistas aprovecharán precisamente ese aspecto para recrear situaciones, la mayoría de ellas muy divertidas -tanto para neófitos como para trekkies- de los diferentes primeros encuentros personales Uhura-Kirk, Kirk-McCoy, Uhura-Spock, Kirk-Sulu, etc.
Esto no es una precuela
Ya ha quedado claro que una tremenda distorsión temporal, muy del gusto de los guionistas de Star Trek de siempre, nos ha abocado a un universo paralelo. No es una precuela al estilo de “La Amenaza fantasma” de Star Wars o “Lobezno. X Men orígenes.”. No vamos a conocer los orígenes de la vieja tripulación, al menos para los que sabemos que realmente no se conocieron ni se hicieron amigos en un largometraje, sino en una serie de televisión que empezó a emitirse en 1966. Dicho esto veamos un poco cómo es la primera aventura de la Enterprise en este nuevo universo.
El destino de la galaxia va a estar en manos de dos encarnizados rivales nacidos en mundos muy diferentes. Uno, James Tiberius Kirk (Chris Pine), es un joven granjero de Iowa delincuente, superdotado y amante de las emociones fuertes, un líder y un rebelde en busca de una causa que prenda ese fuego que late en su interior. El otro, Spock (Zachary Quinto), se ha criado en el planeta Vulcano, es un marginado debido a su origen medio humano, lo que le hace vulnerable a la emociones volátiles sin las cuales los vulcanos han vivido desde hace mucho, y que es sin embargo un extraordinario estudiante llegará a convertirse en el primero de su especie admitido en la Academia de la Flota Estelar. El desastre de Vulcano prevemos que hará de Spock un personaje más sombrío y más “emocional” que el original de Nimoy, como ya se aprecia en la nueva Star Trek.
El drástico cambio que afecta a los personajes principales también lo hace con todos los demás tripulantes, especialmente con la teniente Uhura. En términos casi frívolos podríamos decir que hemos cambiado el estupendo pelo afro años sesenta de Uhura (Nichelle Nichols) por la espléndida melena a lo Beyoncé de Uhura (Zoe Saldana). Sin embargo J.J. Abrams, quizá sin saberlo, devuelve el protagonismo a Uhura que para ella quería Gene Roddenberry. Los ejecutivos de la NBC de los sesenta rechazaron la idea original de que Uhura, “una mujer”, fuera la segunda en la cadena de mando. Ahora J.J. Abrams le da el protagonismo que merecía y de hecho el trío de amigos Kirk-Spock-McCoy se amplía con la figura de Uhura, que debería dar mucho de sí en siguientes entregas. La relación entre los nuevos Spock y Uhura es una inteligente provocación de Abrams respecto de la serie original, pero centrémonos en la nueva Star Trek. Establecer comparaciones y diferencias con el pasado llevaría al menos un artículo como éste.
El inicio de la película es muy emotivo y te introduce directamente en este nuevo universo paralelo Trek: asistimos al nacimiento de Kirk entre tremendas explosiones de plasma y fasers, fruto de la titánica batalla que sostiene su padre en la nave U.S.S. Kelvin frente al malvado y atormentado Nero (Eric Bana), el que se convertirá en un formidable enemigo de Vulcano y de toda la federación hasta que los jóvenes Kirk y Spock se crucen con él.
Después de tres años en la Academia, la Enterprise en su primer vuelo con el capitán Pike al mando participa en una misión de ayuda en Vulcano, que está siendo víctima de una catástrofe geológica a nivel planetario y es precisamente Kirk quien reconoce la amenaza real, y constata que se trata en realidad de un ataque romulano que pretende destruir por completo la civilización de Vulcano.
Kirk a pesar de no gozar de mucha estima entre la mayor parte de los cadetes será quien se vaya haciendo con el liderazgo del grupo y después de la nave, pero antes sucederán muchas cosas y el enfrentamiento Kirk-Spock irá alcanzando cotas más altas.
La segunda parte de la película arranca con la presencia de Leonard Nimoy, verdadero hilo conductor de la misma, el Spock original, que con 123 años ha venido del futuro para ayudar a su legendaria civilización, Vulcano, y a conducir -como si fuera una presencia invisible- a Spock y a Kirk por el camino de reconocerse mutuamente, de hacerles ver que se necesitan, tanto a nivel emocional como para unir sus habilidades y fuerzas y conseguir combatir a Nero, el enemigo invencible.
No sólo le explica a Kirk que debe volver a la Enterprise y tomar el mando relevando al Spock joven (sin revelarle nada del futuro), aprovechando la directiva 619, sino que traslada a Scotty un descubrimiento que él mismo realizará en el futuro del otro Universo Trek. Se trata de la ecuación que permite la tele-transportación a velocidad de curvatura (transwarp), que será clave para derrotar a Nero. Pero para ello todos los personajes del puente, y especialmente Kirk y Spock deberán actuar en equipo y con la misma audacia e inteligencia que los personajes de la serie original. Y además se lo pasarán bien y nosotros con ellos.
Industrial, Light and Magic. Copyright: Paramount Pictures.
Un nuevo universo visual y sonoro. Luces, cámara, cosmos
Un nuevo universo y la actualización de los escenarios y de la tecnología fue uno de los retos y de las bazas de Abrams para hacer una película trekkie de éxito comercial, como lo fueron en mayor o menor medida “Star Trek: La película”, “La ira de Khan”, “Star Trek IV: The Voyage Home”, “Star Trek VI: Aquel país desconocido” y una de las secuelas “Star Trek VIII: First Contact”. Para ello ha contado con el inestimable concurso de Industrial, Light and Magic (ILM), la factoría de efectos visuales y especiales de Georges Lucas que ya habían participando en casi todas las películas de éxito de Star Trek, y de Star Wars. La historia de los efectos visuales casi es la historia de ILM, su marca de la casa es mejorar siempre cualquier película en la que participan.
Abrams ha sabido sacar de ILM lo mejor de sus dos mundos, el de los efectos por ordenador, y el de su extraordinario talento también en la recreación de escenarios y maquetas supersofisticadas. ILM ha hecho todas las maquetas de las naves Enterprise que en el mundo fílmico han sido.
Industrial Light & Magic y J.J. Abrams han creado la aventura más visualmente espectacular de Trek jamás vista, subiendo el listón en su descripción de las naves espaciales, los planetas, las explosiones y la mismísima geografía de las galaxias. Ese equipo estuvo dirigido por el supervisor de efectos visuales Roger Guyett.
Cuando llegó el momento de generar efectos visuales para las continuas batallas espaciales, persecución de monstruos y catástrofes planetarias, Abrams le dio a Guyett una directiva fundamental: realismo. “Quería darle una realidad física al hecho de viajar en la nave Enterprise, y quería crear espectáculo, pero al mismo tiempo no quería que los efectos pudieran parecer más importantes que los personajes de la nave”. Abrams le pidió a ILM que hiciese una recopilación con “lo mejor de lo mejor” de todos los efectos especiales utilizados en cada iteración de las películas Trek anteriores. “Aunque eran magníficos, rápidamente nos dimos cuenta de que lo que podemos hacer tecnológicamente hoy en día es superior a todo lo que se ha hecho antes”, dice Guyet.
Guyett utilizó todas las armas del arsenal de efectos especiales, explorando tanto las últimas tecnologías, como los efectos ópticos de la vieja escuela, utilizando miniaturas y perspectiva. En lo que se refiere a la nave Enterprise, el concepto primordial de Guyett era presentar la nave de una forma más emocional. “Pensaba en cómo Kubrik había creado emoción mediante la iluminación en ‘2.001’, hay mucha oscuridad, lo desconocido”, dice. “Utilizó un enfoque de iluminación bastante naturalista en ‘2.001’, algo que utilizamos como base bajo la guía de nuestro director de fotografía, Dan Mindel”.
Muchas películas Trek tienen un enfoque estilizado de la iluminación, pero ya desde el principio se decidió captar una cualidad más realista, que recordase más bien a las fotografías tomadas por la misión Apolo. La idea es que cuando se vea a la nave Enterprise flotando en el espacio, uno crea que es algo como lo que existirá en un futuro cercano”. La propia Tierra es vista de maneras distintas, un mundo familiar que dista un salto gigante de alta tecnología del nuestro propio. Se partió del hecho de que la fuente principal de luz en el espacio es la estrella más cercana, el sol del sistema planetario terrestre o vulcano, y de que hay muy poca luz que se refleje. La cara oscura de la nave Enterprise no está iluminada por ninguna luz de relleno, sólo se ven las claraboyas y las luces de posición de la nave. Las cosas se deslizan hacia la oscuridad donde desaparecen, como la Narada, la nave del enemigo, el romulano rebelde Nero.
También sucedió que Abrams no quería una situación de rodaje de actores continuamente delante de pantallas verdes sino que quería la “fisicidad” de los escenarios reales, por supuesto el puente, la sala de máquinas y otros espacios de las naves y el planeta helado, que fue recreado en los gigantescos aparcamientos del equipo de béisbol más famoso de Los Angeles, los Dodgers. Se trataba de que los actores estuvieran más dentro de su papel y se encontraran en espacios a gran escala, con una dimensión auténtica.
Otro de los retos fue el de renovar los efectos visuales de las películas y la serie original, de modo que fueran reconocibles por los fans, pero actualizados al nivel de la tecnología y del diseño de hoy. Uno de los aspectos mejor renovados es la “pantalla” de vuelo del puente. En la serie original era una pantalla mas que una ventana donde aparecían alternativamente imágenes retransmitidas o del espacio anterior.
En Star Trek 2009 es una verdadera ventana de realidad mixta, que se agrieta ante las ondas de gravedad de un agujero negro, que permite ver el espacio de manera panorámica y a la vez sobre el mismo material transparente aparecen distintos niveles de información, gráficos indicadores y pantallas de control en las zonas superiores de la ventana panorámica. Se puede ver el morro del platillo de la nave con el código de la flota NCC 1701 de la Enterprise impreso, como si fuera el capó de un coche que se extiende delante de uno al conducir. Como espectadores, en las escenas del puente parece que estamos conectados a una cámara constantemente en movimiento y conectados a la vez a la geografía del espacio.
El hermoso efecto de arco iris, algo totalmente kitch, que se producía hasta ahora cuando la Enterprise alcanzaba velocidad warp, la velocidad de curvatura que permite a la nave viajar a mayor velocidad que la luz a través del espacio curvado, en una burbuja subespacial propia, ha sido eliminado y se sustituye por un efecto más realista y contundente. Sin embargo se mantienen muchos de los sonidos y efectos de la serie original, convenientemente tratados, como cuando se utiliza el transportador o suena el comunicador.
ILM también trabajó a fondo en el efecto del transportador, pero no consigue sustituir eficazmente la versión clásica que se ve en las películas anteriores, ese grado de desmaterialización-materialización subatómica de los personajes, aunque sí consigue crear una sensación de mayor volumetría. También hay muchos otros aspectos “clásicos” que cambian, algunos polémicos para los trekkies, como el color de los colectores Bussard de los motores warp, que pasan del rojo al azul, o el anatema de que la Enterprise es construida en Tierra, en Iowa, en vez de en la órbita espacial de la Tierra. En este caso el guión lo justifica, es la visión de la construcción de la Enterprise en su tierra natal la que hace que Kirk tome la decisión definitiva de enrolarse en la flota al descubrir en la visión de la nave esa posibilidad de redención, de aventura, de grandeza.
Star Trek 11 es una película sorprendente, con muchísimos efectos especiales, más de mil. Tiene las mejores batallas espaciales que se recuerdan en enfrentamientos de naves pero sin el barroquismo de Star Wars, lo que es mejor en este caso. Guyet afirma que pasaron mucho tiempo desarrollando las pirotecnias virtuales de las batallas espaciales para asegurarse de que las explosiones sean las apropiadas a explosiones de verdad en el espacio. Se juega también con la excelente banda sonora y con los momentos de silencio espacial – ya sabemos que en el espacio vacío no se transmite el sonido- cuando se produce una descompresión por rotura del casco y algunos tripulantes y materiales son absorbidos por el espacio. Del mismo modo las llamaradas de las explosiones se apagan muy rápidamente, lo que contribuye al realismo, en el espacio no hay oxígeno, y son absorbidas al interior de la nave.
Un poco de Física de Star Trek
Como ya hemos comentado el gran físico teórico Stephen Hawking es un reconocido fan de Star Trek, como el famoso astrofísico Lawrence Krauss o Kip Thorne experto en Relatividad General y Gravedad cuántica y muchos otros científicos. Hawking ha dicho al respecto de la serie que “lo que hoy es ciencia ficción es posible que mañana sea ciencia real. La Física que subyace Star Trek es seguramente materia de investigación de valor. Confinar nuestra atención a materias terrenales podría limitar el espíritu humano”. Lawrence Krauss suele decir a sus alumnos “que si algo no está prohibido en las leyes de la naturaleza lo más probable es que encontremos que siempre acaba sucediendo”.
La tele-transportación, los viajes en el tiempo, los viajes a mayor velocidad que la luz, el haz tractor, la sala de hologramas sólidos, los bucles temporales, los agujeros de gusano, las singularidades desnudas, los escudos reflectores, universos paralelos como en Parallels (TNG) o Star Trek 2009…No está mal, ¿verdad?
En uno de los episodios de Star Trek The Next Generation (TNG) Hawking estaba jugando una partida de cartas con Data, Newton y Einstein e iba ganando esa mano hasta que una alerta roja le impidió recoger las ganancias. En distintos textos de sus libros Hawking se pregunta si el futuro será como en Star Trek. Y en lo que se refiere a la nave Enterprise y a la probabilidad de viajar a mayor velocidad que la luz y en el tiempo parece congratularse en dejar totalmente abiertas las puertas. Las naves Trek digamos que viajan por atajos de las deformaciones inducidas en el propio tejido espacio-temporal del universo, por los atajos del espacio-tiempo.
La premisa central de la teoría de la Relatividad General de Einstein es que la curvatura del espacio-tiempo viene directamente determinada por la distribución de materia y energía contenida en él. El espacio puede curvarse sobre sí mismo, doblarse, y si una nave fuera capaz de aprovechar esos atajos o inducirlos y controlar su desplazamiento a través de ese espacio podría viajar de modo análogo a como lo hace la nave Enterprise. El espacio-tiempo de Einstein es curvo, los campos de curvatura o warp fields de Star Trek son su análogo, las trayectorias curvas temporales cerradas de la Gravedad cuántica son los bucles temporales de Star Trek, como en “Causa y Efecto” donde la Enterprise de la TNG revive una y otra vez una situación en un bucle temporal infinito.
Bajo la teoría de la Relatividad General se debe permitir que el espacio forme nudos y se pierda información en los pliegues. Cuando se pasa a través de un agujero de gusano como le sucede a la nave Narada de Nero puede suceder cualquier cosa, y aquí tenemos las nuevas aventuras Trek en un universo paralelo. Según Hawking para lo que sería la teoría completamente cuántica de la gravitación no sólo la materia sino también el tiempo y el espacio mismos son inciertos y fluctúan y no resulta claro ni cómo plantear la cuestión de viajar en el tiempo. En la nueva Star Trek el ingeniero Scotty, cuando habla de la ecuación “transcurvatura”, dice que nunca se lo habría imaginado así: “es el espacio el que se mueve”.
En el último episodio de Star Trek: La Nueva Generación, “All good things”, el capitán de la Enterprise Jean Luc Picard debe intentar evitar un fenómeno cósmico procedente del futuro y viajando hacia el pasado, que amenaza con destruir el origen de la vida en la Tierra. Picard se verá obligado a buscar una solución frente a la catástrofe en tres momentos diferentes de su vida, uno en el pasado, otro en el presente, y otro en el futuro, entremezclándose. Q le da una clave cuando le dice: “Qué comprensión tan limitada tienen los mortales del tiempo, ¿ piensas tú, Jean Luc, que debería ser lineal?
Quedémonos con esta reflexión final, y quien no lo haya hecho todavía que vaya a disfrutar de la nueva película de Star Trek.
Un nuevo universo y la actualización de los escenarios y de la tecnología fue uno de los retos y de las bazas de Abrams para hacer una película trekkie de éxito comercial, como lo fueron en mayor o menor medida “Star Trek: La película”, “La ira de Khan”, “Star Trek IV: The Voyage Home”, “Star Trek VI: Aquel país desconocido” y una de las secuelas “Star Trek VIII: First Contact”. Para ello ha contado con el inestimable concurso de Industrial, Light and Magic (ILM), la factoría de efectos visuales y especiales de Georges Lucas que ya habían participando en casi todas las películas de éxito de Star Trek, y de Star Wars. La historia de los efectos visuales casi es la historia de ILM, su marca de la casa es mejorar siempre cualquier película en la que participan.
Abrams ha sabido sacar de ILM lo mejor de sus dos mundos, el de los efectos por ordenador, y el de su extraordinario talento también en la recreación de escenarios y maquetas supersofisticadas. ILM ha hecho todas las maquetas de las naves Enterprise que en el mundo fílmico han sido.
Industrial Light & Magic y J.J. Abrams han creado la aventura más visualmente espectacular de Trek jamás vista, subiendo el listón en su descripción de las naves espaciales, los planetas, las explosiones y la mismísima geografía de las galaxias. Ese equipo estuvo dirigido por el supervisor de efectos visuales Roger Guyett.
Cuando llegó el momento de generar efectos visuales para las continuas batallas espaciales, persecución de monstruos y catástrofes planetarias, Abrams le dio a Guyett una directiva fundamental: realismo. “Quería darle una realidad física al hecho de viajar en la nave Enterprise, y quería crear espectáculo, pero al mismo tiempo no quería que los efectos pudieran parecer más importantes que los personajes de la nave”. Abrams le pidió a ILM que hiciese una recopilación con “lo mejor de lo mejor” de todos los efectos especiales utilizados en cada iteración de las películas Trek anteriores. “Aunque eran magníficos, rápidamente nos dimos cuenta de que lo que podemos hacer tecnológicamente hoy en día es superior a todo lo que se ha hecho antes”, dice Guyet.
Guyett utilizó todas las armas del arsenal de efectos especiales, explorando tanto las últimas tecnologías, como los efectos ópticos de la vieja escuela, utilizando miniaturas y perspectiva. En lo que se refiere a la nave Enterprise, el concepto primordial de Guyett era presentar la nave de una forma más emocional. “Pensaba en cómo Kubrik había creado emoción mediante la iluminación en ‘2.001’, hay mucha oscuridad, lo desconocido”, dice. “Utilizó un enfoque de iluminación bastante naturalista en ‘2.001’, algo que utilizamos como base bajo la guía de nuestro director de fotografía, Dan Mindel”.
Muchas películas Trek tienen un enfoque estilizado de la iluminación, pero ya desde el principio se decidió captar una cualidad más realista, que recordase más bien a las fotografías tomadas por la misión Apolo. La idea es que cuando se vea a la nave Enterprise flotando en el espacio, uno crea que es algo como lo que existirá en un futuro cercano”. La propia Tierra es vista de maneras distintas, un mundo familiar que dista un salto gigante de alta tecnología del nuestro propio. Se partió del hecho de que la fuente principal de luz en el espacio es la estrella más cercana, el sol del sistema planetario terrestre o vulcano, y de que hay muy poca luz que se refleje. La cara oscura de la nave Enterprise no está iluminada por ninguna luz de relleno, sólo se ven las claraboyas y las luces de posición de la nave. Las cosas se deslizan hacia la oscuridad donde desaparecen, como la Narada, la nave del enemigo, el romulano rebelde Nero.
También sucedió que Abrams no quería una situación de rodaje de actores continuamente delante de pantallas verdes sino que quería la “fisicidad” de los escenarios reales, por supuesto el puente, la sala de máquinas y otros espacios de las naves y el planeta helado, que fue recreado en los gigantescos aparcamientos del equipo de béisbol más famoso de Los Angeles, los Dodgers. Se trataba de que los actores estuvieran más dentro de su papel y se encontraran en espacios a gran escala, con una dimensión auténtica.
Otro de los retos fue el de renovar los efectos visuales de las películas y la serie original, de modo que fueran reconocibles por los fans, pero actualizados al nivel de la tecnología y del diseño de hoy. Uno de los aspectos mejor renovados es la “pantalla” de vuelo del puente. En la serie original era una pantalla mas que una ventana donde aparecían alternativamente imágenes retransmitidas o del espacio anterior.
En Star Trek 2009 es una verdadera ventana de realidad mixta, que se agrieta ante las ondas de gravedad de un agujero negro, que permite ver el espacio de manera panorámica y a la vez sobre el mismo material transparente aparecen distintos niveles de información, gráficos indicadores y pantallas de control en las zonas superiores de la ventana panorámica. Se puede ver el morro del platillo de la nave con el código de la flota NCC 1701 de la Enterprise impreso, como si fuera el capó de un coche que se extiende delante de uno al conducir. Como espectadores, en las escenas del puente parece que estamos conectados a una cámara constantemente en movimiento y conectados a la vez a la geografía del espacio.
El hermoso efecto de arco iris, algo totalmente kitch, que se producía hasta ahora cuando la Enterprise alcanzaba velocidad warp, la velocidad de curvatura que permite a la nave viajar a mayor velocidad que la luz a través del espacio curvado, en una burbuja subespacial propia, ha sido eliminado y se sustituye por un efecto más realista y contundente. Sin embargo se mantienen muchos de los sonidos y efectos de la serie original, convenientemente tratados, como cuando se utiliza el transportador o suena el comunicador.
ILM también trabajó a fondo en el efecto del transportador, pero no consigue sustituir eficazmente la versión clásica que se ve en las películas anteriores, ese grado de desmaterialización-materialización subatómica de los personajes, aunque sí consigue crear una sensación de mayor volumetría. También hay muchos otros aspectos “clásicos” que cambian, algunos polémicos para los trekkies, como el color de los colectores Bussard de los motores warp, que pasan del rojo al azul, o el anatema de que la Enterprise es construida en Tierra, en Iowa, en vez de en la órbita espacial de la Tierra. En este caso el guión lo justifica, es la visión de la construcción de la Enterprise en su tierra natal la que hace que Kirk tome la decisión definitiva de enrolarse en la flota al descubrir en la visión de la nave esa posibilidad de redención, de aventura, de grandeza.
Star Trek 11 es una película sorprendente, con muchísimos efectos especiales, más de mil. Tiene las mejores batallas espaciales que se recuerdan en enfrentamientos de naves pero sin el barroquismo de Star Wars, lo que es mejor en este caso. Guyet afirma que pasaron mucho tiempo desarrollando las pirotecnias virtuales de las batallas espaciales para asegurarse de que las explosiones sean las apropiadas a explosiones de verdad en el espacio. Se juega también con la excelente banda sonora y con los momentos de silencio espacial – ya sabemos que en el espacio vacío no se transmite el sonido- cuando se produce una descompresión por rotura del casco y algunos tripulantes y materiales son absorbidos por el espacio. Del mismo modo las llamaradas de las explosiones se apagan muy rápidamente, lo que contribuye al realismo, en el espacio no hay oxígeno, y son absorbidas al interior de la nave.
Un poco de Física de Star Trek
Como ya hemos comentado el gran físico teórico Stephen Hawking es un reconocido fan de Star Trek, como el famoso astrofísico Lawrence Krauss o Kip Thorne experto en Relatividad General y Gravedad cuántica y muchos otros científicos. Hawking ha dicho al respecto de la serie que “lo que hoy es ciencia ficción es posible que mañana sea ciencia real. La Física que subyace Star Trek es seguramente materia de investigación de valor. Confinar nuestra atención a materias terrenales podría limitar el espíritu humano”. Lawrence Krauss suele decir a sus alumnos “que si algo no está prohibido en las leyes de la naturaleza lo más probable es que encontremos que siempre acaba sucediendo”.
La tele-transportación, los viajes en el tiempo, los viajes a mayor velocidad que la luz, el haz tractor, la sala de hologramas sólidos, los bucles temporales, los agujeros de gusano, las singularidades desnudas, los escudos reflectores, universos paralelos como en Parallels (TNG) o Star Trek 2009…No está mal, ¿verdad?
En uno de los episodios de Star Trek The Next Generation (TNG) Hawking estaba jugando una partida de cartas con Data, Newton y Einstein e iba ganando esa mano hasta que una alerta roja le impidió recoger las ganancias. En distintos textos de sus libros Hawking se pregunta si el futuro será como en Star Trek. Y en lo que se refiere a la nave Enterprise y a la probabilidad de viajar a mayor velocidad que la luz y en el tiempo parece congratularse en dejar totalmente abiertas las puertas. Las naves Trek digamos que viajan por atajos de las deformaciones inducidas en el propio tejido espacio-temporal del universo, por los atajos del espacio-tiempo.
La premisa central de la teoría de la Relatividad General de Einstein es que la curvatura del espacio-tiempo viene directamente determinada por la distribución de materia y energía contenida en él. El espacio puede curvarse sobre sí mismo, doblarse, y si una nave fuera capaz de aprovechar esos atajos o inducirlos y controlar su desplazamiento a través de ese espacio podría viajar de modo análogo a como lo hace la nave Enterprise. El espacio-tiempo de Einstein es curvo, los campos de curvatura o warp fields de Star Trek son su análogo, las trayectorias curvas temporales cerradas de la Gravedad cuántica son los bucles temporales de Star Trek, como en “Causa y Efecto” donde la Enterprise de la TNG revive una y otra vez una situación en un bucle temporal infinito.
Bajo la teoría de la Relatividad General se debe permitir que el espacio forme nudos y se pierda información en los pliegues. Cuando se pasa a través de un agujero de gusano como le sucede a la nave Narada de Nero puede suceder cualquier cosa, y aquí tenemos las nuevas aventuras Trek en un universo paralelo. Según Hawking para lo que sería la teoría completamente cuántica de la gravitación no sólo la materia sino también el tiempo y el espacio mismos son inciertos y fluctúan y no resulta claro ni cómo plantear la cuestión de viajar en el tiempo. En la nueva Star Trek el ingeniero Scotty, cuando habla de la ecuación “transcurvatura”, dice que nunca se lo habría imaginado así: “es el espacio el que se mueve”.
En el último episodio de Star Trek: La Nueva Generación, “All good things”, el capitán de la Enterprise Jean Luc Picard debe intentar evitar un fenómeno cósmico procedente del futuro y viajando hacia el pasado, que amenaza con destruir el origen de la vida en la Tierra. Picard se verá obligado a buscar una solución frente a la catástrofe en tres momentos diferentes de su vida, uno en el pasado, otro en el presente, y otro en el futuro, entremezclándose. Q le da una clave cuando le dice: “Qué comprensión tan limitada tienen los mortales del tiempo, ¿ piensas tú, Jean Luc, que debería ser lineal?
Quedémonos con esta reflexión final, y quien no lo haya hecho todavía que vaya a disfrutar de la nueva película de Star Trek.