En este programa de Visión Geopolítica, Pedro Baños, analista geopolítico, dialoga con dos expertos que dan sus puntos de vista sobre la actual crisis de refugiados: Rosa Meneses, periodista y redactora internacional de El Mundo, especializada en temas de Oriente Próximo y Magreb, y Haizam Amirah, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor asociado del Instituto de Empresa.
Hoy en día, nos encontramos ante un éxodo masivo, un flujo de personas que nunca ha parado y que no hace más que aumentar con la guerra de Siria. Con más de 12 millones de refugiados que salen de su país para salvar sus vidas, buscando un futuro.
Repartiendo personas
En este coloquio se nos muestra la compleja situación que está viviendo Siria y su impacto en los países del entorno. Estos países se encuentran presionados, mientras la guerra se sigue extendiendo hacia la costa mediterránea, a la par que la violencia y la radicalización no ven su fin.
Los países vecinos no dan más de sí, presionados porque no alcanzan a ayudar a tantas personas. Esto lleva a los refugiados a buscar otras vías de escape, como emigrar a Europa.
Mientras los países del entorno, como Turquía, acogen a millones de refugiados, en la UE se están planteando como repartírselos. Esto demuestra la desunión que existe en Europa y muestra una imagen negativa hacia el resto del mundo, destacan los expertos.
Añaden que la UE debe ser un poder pacificador, pero a pesar de ello ha permitido que la guerra haya llegado a este extremo, pensando que no conllevaría un coste.
La realidad de mirar hacia otro lado
Los especialistas explican que los dirigentes europeos no han presentado la realidad de estos años a sus ciudadanos. Esta falta de honestidad y de mirar hacia otro lado ha llevado a Siria a la actual situación, con unas consecuencias negativas y destructivas no solo en Siria sino también en territorios de alrededor como Líbano o Jordania.
Todo esto ha llevado a la radicalización, muy presente en estos países y que sigue extendiéndose a la par que la guerra, a consecuencia de la cual los habitantes de Siria tienen que abandonar sus hogares.
Con esta situación, tarde o temprano, la UE sabía que iba a verse arrastrada a intervenir pero lo que no pensaron es que cuanto más tarde, más costes supondría, señalan los expertos.
También explican que dentro de esta unión existen varios países reacios a acoger refugiados, como Croacia, Hungría o República Checa. Estos países argumentan que fueron los que pararon en su momento la expansión del Imperio Otomano y, por ende, del Islam. En definitiva, son razones de soberanía nacional.
“Esto no está justificado, son personas, son familias, no son inmigrantes económicos, no se encuentra justificada la imagen de Hungría con los militares tirando comida a los refugiados desde unas vallas” defiende Rosa Meneses, “UE debería garantizar la asistencia de estos refugiados”
Por todo ello, para los expertos, la clave de esta crisis no es repartirse sirios, sino cambiar las condiciones del terreno para que puedan volver a su casa y que dejen de huir de su país. Ellos no quieren irse de sus hogares, ni venir a Europa a vivir. Ellos quieren que termine la guerra y poder recuperar su vida de nuevo. Los refugiados son seres humanos desesperados por sobrevivir.
Siria: Extremos de violencia
Durante todo el programa se detalla la situación de Siria, se comentan las imágenes de la destrucción y la guerra que no se han visto, destacándose que lo que se ha difundido son las imágenes propagandísticas de Daesh y sus decapitaciones.
“Al-asad es el responsable y el problema de lo que sucede, mientras los países le siguen sosteniendo” asegura Rosa. Mientras para Haizam: “Estamos ante una falsa dicotomía, es un mal menor frente a esos bárbaros (DAESH), pero él también es muy responsable”.
De esta situación de salvajismo y violencia no se libra nadie, pero hay dimensiones. Además del régimen de Bashar al-Asad, existen otros 20 grupo radicales organizados por el territorio.
Asimismo, los especialistas aseguran que Siria no es el único lugar de donde huyen refugiados: existen otros escenarios iguales, pero en las cumbres y reuniones solo se habla de inmigrantes o emigrantes, no quedando claro de quienes hablan. Estas sucesivas olas migratorias están formadas por refugiados en su mayoría (60%) que huyen de diferentes conflictos armados.
La guerra de Siria lleva ya 4 años, hay que actuar de forma inmediata y crear las condiciones para que el conflicto acabe. “Estamos perdiendo mucho tiempo y si no nos damos prisa vamos a perder un país como Siria” asegura Rosa.
La crisis de los refugiados saca lo mejor y lo peor de las personas y los países. Por un lado, muchos países ayudan y se implican en la crisis de los refugiados, mientras por otro, se escuchan mentiras sobre lo peligrosas y desagradecidas que pueden ser las personas que llegan como refugiados.
La realidad de esto es que no importa lo que se piense: existen unos tratados internacionales a los que hay que atender, hay que acoger a la gente que lucha por su vida y cortar de raíz la guerra y los extremismos.
Europa debe garantizar la estabilidad y no fomentar la inestabilidad con negociaciones con Al asad que no llevan a ningún lado, mientras sigue teniendo una total impunidad en el país. Si la situación sigue así y no se hace nada, el siguiente paso es que estalle Oriente Medio.
Una apuesta de futuro, no una carga
En el debate se deja claro y se recalca en todo momento que los refugiados no son una carga, ya que forman parte de una sociedad preparada y educada que puede aportar sus conocimientos al país donde vayan. Los campamentos de refugiados del Líbano se encuentran llenos de gente preparada como profesores, médicos, etc. que pueden aportar mucho a nuestras sociedades. Además, los refugiados no quieren venir aquí, quieren un momento de tregua para poder sobrevivir a la guerra, para después volver a su país y reconstruir su sociedad.
Los que salen huyendo para salvar su vida y la de su familia no son parásitos, son luchadores. Estas personas pueden ser un futuro para cuando termine la guerra, ya que hay que pensar a largo plazo, nos encontramos en sociedades envejecidas en las que estos refugiados supondrán una ayuda futura, un interés económico.
A pesar de estas posibles aportaciones futuras, los países árabes más ricos no han acogido a tantos refugiados como otros, pero eso no justifica a Europa que tiene y debe cumplir sus propias políticas de refugiados. Los países que más han acogido son Líbano, Turquía, Jordania, Egipto, entre otros.
Los países ricos, es decir los del golfo, han dado donaciones, como es el caso de Kuwait, y podrían acoger a más personas, pero hay que tener en cuenta que algunos de estos países no tienen un régimen democrático, como es el ejemplo de Arabia Saudí. No se parecen ni en política ni en religión y esto puede ser una complicación más a la situación que ya están viviendo, concluyen los expertos.
Hoy en día, nos encontramos ante un éxodo masivo, un flujo de personas que nunca ha parado y que no hace más que aumentar con la guerra de Siria. Con más de 12 millones de refugiados que salen de su país para salvar sus vidas, buscando un futuro.
Repartiendo personas
En este coloquio se nos muestra la compleja situación que está viviendo Siria y su impacto en los países del entorno. Estos países se encuentran presionados, mientras la guerra se sigue extendiendo hacia la costa mediterránea, a la par que la violencia y la radicalización no ven su fin.
Los países vecinos no dan más de sí, presionados porque no alcanzan a ayudar a tantas personas. Esto lleva a los refugiados a buscar otras vías de escape, como emigrar a Europa.
Mientras los países del entorno, como Turquía, acogen a millones de refugiados, en la UE se están planteando como repartírselos. Esto demuestra la desunión que existe en Europa y muestra una imagen negativa hacia el resto del mundo, destacan los expertos.
Añaden que la UE debe ser un poder pacificador, pero a pesar de ello ha permitido que la guerra haya llegado a este extremo, pensando que no conllevaría un coste.
La realidad de mirar hacia otro lado
Los especialistas explican que los dirigentes europeos no han presentado la realidad de estos años a sus ciudadanos. Esta falta de honestidad y de mirar hacia otro lado ha llevado a Siria a la actual situación, con unas consecuencias negativas y destructivas no solo en Siria sino también en territorios de alrededor como Líbano o Jordania.
Todo esto ha llevado a la radicalización, muy presente en estos países y que sigue extendiéndose a la par que la guerra, a consecuencia de la cual los habitantes de Siria tienen que abandonar sus hogares.
Con esta situación, tarde o temprano, la UE sabía que iba a verse arrastrada a intervenir pero lo que no pensaron es que cuanto más tarde, más costes supondría, señalan los expertos.
También explican que dentro de esta unión existen varios países reacios a acoger refugiados, como Croacia, Hungría o República Checa. Estos países argumentan que fueron los que pararon en su momento la expansión del Imperio Otomano y, por ende, del Islam. En definitiva, son razones de soberanía nacional.
“Esto no está justificado, son personas, son familias, no son inmigrantes económicos, no se encuentra justificada la imagen de Hungría con los militares tirando comida a los refugiados desde unas vallas” defiende Rosa Meneses, “UE debería garantizar la asistencia de estos refugiados”
Por todo ello, para los expertos, la clave de esta crisis no es repartirse sirios, sino cambiar las condiciones del terreno para que puedan volver a su casa y que dejen de huir de su país. Ellos no quieren irse de sus hogares, ni venir a Europa a vivir. Ellos quieren que termine la guerra y poder recuperar su vida de nuevo. Los refugiados son seres humanos desesperados por sobrevivir.
Siria: Extremos de violencia
Durante todo el programa se detalla la situación de Siria, se comentan las imágenes de la destrucción y la guerra que no se han visto, destacándose que lo que se ha difundido son las imágenes propagandísticas de Daesh y sus decapitaciones.
“Al-asad es el responsable y el problema de lo que sucede, mientras los países le siguen sosteniendo” asegura Rosa. Mientras para Haizam: “Estamos ante una falsa dicotomía, es un mal menor frente a esos bárbaros (DAESH), pero él también es muy responsable”.
De esta situación de salvajismo y violencia no se libra nadie, pero hay dimensiones. Además del régimen de Bashar al-Asad, existen otros 20 grupo radicales organizados por el territorio.
Asimismo, los especialistas aseguran que Siria no es el único lugar de donde huyen refugiados: existen otros escenarios iguales, pero en las cumbres y reuniones solo se habla de inmigrantes o emigrantes, no quedando claro de quienes hablan. Estas sucesivas olas migratorias están formadas por refugiados en su mayoría (60%) que huyen de diferentes conflictos armados.
La guerra de Siria lleva ya 4 años, hay que actuar de forma inmediata y crear las condiciones para que el conflicto acabe. “Estamos perdiendo mucho tiempo y si no nos damos prisa vamos a perder un país como Siria” asegura Rosa.
La crisis de los refugiados saca lo mejor y lo peor de las personas y los países. Por un lado, muchos países ayudan y se implican en la crisis de los refugiados, mientras por otro, se escuchan mentiras sobre lo peligrosas y desagradecidas que pueden ser las personas que llegan como refugiados.
La realidad de esto es que no importa lo que se piense: existen unos tratados internacionales a los que hay que atender, hay que acoger a la gente que lucha por su vida y cortar de raíz la guerra y los extremismos.
Europa debe garantizar la estabilidad y no fomentar la inestabilidad con negociaciones con Al asad que no llevan a ningún lado, mientras sigue teniendo una total impunidad en el país. Si la situación sigue así y no se hace nada, el siguiente paso es que estalle Oriente Medio.
Una apuesta de futuro, no una carga
En el debate se deja claro y se recalca en todo momento que los refugiados no son una carga, ya que forman parte de una sociedad preparada y educada que puede aportar sus conocimientos al país donde vayan. Los campamentos de refugiados del Líbano se encuentran llenos de gente preparada como profesores, médicos, etc. que pueden aportar mucho a nuestras sociedades. Además, los refugiados no quieren venir aquí, quieren un momento de tregua para poder sobrevivir a la guerra, para después volver a su país y reconstruir su sociedad.
Los que salen huyendo para salvar su vida y la de su familia no son parásitos, son luchadores. Estas personas pueden ser un futuro para cuando termine la guerra, ya que hay que pensar a largo plazo, nos encontramos en sociedades envejecidas en las que estos refugiados supondrán una ayuda futura, un interés económico.
A pesar de estas posibles aportaciones futuras, los países árabes más ricos no han acogido a tantos refugiados como otros, pero eso no justifica a Europa que tiene y debe cumplir sus propias políticas de refugiados. Los países que más han acogido son Líbano, Turquía, Jordania, Egipto, entre otros.
Los países ricos, es decir los del golfo, han dado donaciones, como es el caso de Kuwait, y podrían acoger a más personas, pero hay que tener en cuenta que algunos de estos países no tienen un régimen democrático, como es el ejemplo de Arabia Saudí. No se parecen ni en política ni en religión y esto puede ser una complicación más a la situación que ya están viviendo, concluyen los expertos.
Perfiles
Haizam Amirah Fernández es licenciado por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Estudios Árabes y Ciencias Políticas por la Universidad de Georgetown, en Washington DC. Es investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor asociado del Instituto Empresa.
Rosa Meneses es periodista y redactora de internacional de El Mundo, especializada en temas de Oriente Próximo y Magreb desde hace 16 años. En 2006, cubrió la guerra del Líbano y en los últimos años ha cubierto sobre el terreno las revoluciones árabes de Túnez, Libia y Siria.
Rosa Meneses es periodista y redactora de internacional de El Mundo, especializada en temas de Oriente Próximo y Magreb desde hace 16 años. En 2006, cubrió la guerra del Líbano y en los últimos años ha cubierto sobre el terreno las revoluciones árabes de Túnez, Libia y Siria.