«Charlie Chaplin» de P.D Jankens - Fred Chess. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.
Si quieres que alguien se abra, hazle reír. El hecho de compartir risas hace que las personas se predispongan a hablar a otros sobre sí mismas, sin siquiera ser conscientes de que lo están haciendo.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio dirigido por Alan Gray, de la University College de Londres, en el Reino Unido; y cuyos resultados aparecen en la revista Human Nature.
El acto de abrirse verbalmente a alguien es una de las bases de la construcción de nuevas relaciones, así como de intensificación de los lazos sociales ya existentes.
Este tipo de "autorrevelación" puede ser de naturaleza muy sensible (por ejemplo, sobre convicciones religiosas o temores personales), pero también de naturaleza más superficial, como cuando contamos chismes o hablamos de nuestra comida favorita.
Características del estudio
Para investigar el papel y la influencia de la risa en la socialización humana, Gray y sus colaboradores reunieron a 112 estudiantes de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y los dividieron en grupos de cuatro.
Los estudiantes no se conocían entre sí y vieron un video de 10 minutos juntos, sin comunicarse unos contros. Los videos diferían en la cantidad de risas que provocaban y en la cantidad de sentimientos positivos o emociones que suscitaban.
Uno de ellos incluía imágenes de una comedia, otro exponía una clase de golf ; y el tercero era un episodio de un documental de naturaleza de la BBC.
A continuación, los científicos midieron los niveles de risa y el estado emocional de los participantes después de ver el video. Cada miembro de cada grupo también tuvo que escribir un mensaje a otro participante, con el objetivo de que se conocieran mejor unos a otros.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio dirigido por Alan Gray, de la University College de Londres, en el Reino Unido; y cuyos resultados aparecen en la revista Human Nature.
El acto de abrirse verbalmente a alguien es una de las bases de la construcción de nuevas relaciones, así como de intensificación de los lazos sociales ya existentes.
Este tipo de "autorrevelación" puede ser de naturaleza muy sensible (por ejemplo, sobre convicciones religiosas o temores personales), pero también de naturaleza más superficial, como cuando contamos chismes o hablamos de nuestra comida favorita.
Características del estudio
Para investigar el papel y la influencia de la risa en la socialización humana, Gray y sus colaboradores reunieron a 112 estudiantes de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y los dividieron en grupos de cuatro.
Los estudiantes no se conocían entre sí y vieron un video de 10 minutos juntos, sin comunicarse unos contros. Los videos diferían en la cantidad de risas que provocaban y en la cantidad de sentimientos positivos o emociones que suscitaban.
Uno de ellos incluía imágenes de una comedia, otro exponía una clase de golf ; y el tercero era un episodio de un documental de naturaleza de la BBC.
A continuación, los científicos midieron los niveles de risa y el estado emocional de los participantes después de ver el video. Cada miembro de cada grupo también tuvo que escribir un mensaje a otro participante, con el objetivo de que se conocieran mejor unos a otros.
Resultados obtenidos
Resultó que los participantes que habían reído juntos viendo el primer vídeo compartieron información significativamente más íntima con sus compañeros que los individuos que vieron los otros videos.
Gray sugiere que esto no es solo porque los primeros compartieron una experiencia positiva, sino también debido a la fisiología de una buena risa: esta provoca la liberación de la llamada "hormona de la felicidad", la endorfina, similar a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar.
Curiosamente, las personas que revelaron esa información más íntima rara vez fueron conscientes de que lo habían hecho. Solo el receptor de tales mensajes se dio cuenta de ello.
"Esto parece estar en línea con la idea de que la risa está vinculada específicamente a fomentar comportamientos que favorezcan el desarrollo de relaciones", explica Gray. "Estos resultados sugieren que la risa debe ser un tema serio para los interesados en el desarrollo de las relaciones sociales", concluye el investigador.
La mejor risa para las relaciones sociales
Un estudio previo, realizado en 2013 por investigadores de la Universidad de Tubinga (Alemania), matiza aún más estos resultados, al señalar el tipo de risa que mejor nos viene para fomentar nuevas relaciones sociales.
Al parecer, distintos tipos de risa activarían distintas partes del cerebro, por lo que no todos ellos valen igual para tal fin. Por ejemplo, la risa de las cosquillas no nos valdría, pues extrañamente activa la parte del cerebro ocupada de los sonidos, que es poco importante desde un punto de vista social.
En cambio, como cualquiera puede intuir, la risa de burla o la de alegría activan aquellas zonas del cerebro más relacionadas con las relaciones sociales. Aunque, como advirtieron entonces los investigadores alemanes, nunca se debe olvidar que "reírse de alguien y reírse con alguien provoca diferentes consecuencias sociales".
Resultó que los participantes que habían reído juntos viendo el primer vídeo compartieron información significativamente más íntima con sus compañeros que los individuos que vieron los otros videos.
Gray sugiere que esto no es solo porque los primeros compartieron una experiencia positiva, sino también debido a la fisiología de una buena risa: esta provoca la liberación de la llamada "hormona de la felicidad", la endorfina, similar a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar.
Curiosamente, las personas que revelaron esa información más íntima rara vez fueron conscientes de que lo habían hecho. Solo el receptor de tales mensajes se dio cuenta de ello.
"Esto parece estar en línea con la idea de que la risa está vinculada específicamente a fomentar comportamientos que favorezcan el desarrollo de relaciones", explica Gray. "Estos resultados sugieren que la risa debe ser un tema serio para los interesados en el desarrollo de las relaciones sociales", concluye el investigador.
La mejor risa para las relaciones sociales
Un estudio previo, realizado en 2013 por investigadores de la Universidad de Tubinga (Alemania), matiza aún más estos resultados, al señalar el tipo de risa que mejor nos viene para fomentar nuevas relaciones sociales.
Al parecer, distintos tipos de risa activarían distintas partes del cerebro, por lo que no todos ellos valen igual para tal fin. Por ejemplo, la risa de las cosquillas no nos valdría, pues extrañamente activa la parte del cerebro ocupada de los sonidos, que es poco importante desde un punto de vista social.
En cambio, como cualquiera puede intuir, la risa de burla o la de alegría activan aquellas zonas del cerebro más relacionadas con las relaciones sociales. Aunque, como advirtieron entonces los investigadores alemanes, nunca se debe olvidar que "reírse de alguien y reírse con alguien provoca diferentes consecuencias sociales".
Referencia bibliográfica:
Gray, A.W. et al. Laughter's Influence on the Intimacy of Self-Disclosure. Human Nature (2015). DOI 10.1007/s12110-015-9225-8.
Gray, A.W. et al. Laughter's Influence on the Intimacy of Self-Disclosure. Human Nature (2015). DOI 10.1007/s12110-015-9225-8.