La compañía aérea SAS ha puesto en marcha un innovador sistema de aterrizaje que ahorra 100 kg de combustible en cada maniobra, además de que reduce emisiones y niveles de ruido y dos minutos de tiempo de vuelo durante las operaciones corrientes.
Es ya indiscutible que el cambio climático está originado por la actividad humana. Y el sector de los transportes en todo el mundo es responsable de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se envían a la atmósfera, por lo que no puede eludir su responsabilidad.
En este sector se incluyen las compañías aéreas ya que, según datos del IPCC relativos al impacto ambiental del transporte aéreo, difundidos por la Federación Europea de Transporte y Medioambiente (T&E, la aviación contribuyó, en 1990, con un 3,5% de las emisiones al calentamiento global, cifra que podría alcanzar el 10% en 2050, si no se controlan la contaminación generada por las aeronaves.
La Comisión Europea aseguró recientemente que las aerolíneas deberán someterse, al igual que los sectores industrial y energético, a impuestos por emisiones a partir de 2011. Por tanto, deben buscar alternativas y soluciones, señala la T&E en otro comunicado.
El caso de SAS
SAS es la primera aerolínea del mundo que, anticipándose a las posibles medidas europeas, ha comenzado a practicar los llamados aterrizajes ecológicos, con los que, gracias a una tecnología informática avanzada, se consigue ahorrar 100 kg de combustible en cada aterrizaje.
El primer aterrizaje de este tipo fue llevado a cabo el 19 de enero del año pasado en un vuelo entre Luleå y Estocolmo. Desde entonces se han efectuado unos 600 aterrizajes de este tipo en el aeropuerto de Estocolmo, señala SAS en un comunicado.
La compañía señala que, además del ahorro de combustible y la reducción de emisiones y del nivel de ruido, se ahorran de media dos minutos de tiempo de vuelo durante las operaciones corrientes, en caso de tráfico escaso o medio.
SAS intenta ganar clientes gracias a la nueva tecnología, afirmando que volar con esta aerolínea permite a los usuarios contribuir a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (314 kg por vuelo), y de óxido de nitrógeno (1,1 kg por vuelo).
El aterrizaje ecológico
El aterrizaje ecológico consiste básicamente en iniciar el descenso de la aeronave hacia tierra antes de lo normal, permitiendo que los motores se desaceleren. Con esta maniobra, el aparato reduce en alrededor de 100 kg su consumo de queroseno.
No es mucho si se consideran los 70.000 litros de combustible que necesita un avión medio como el airbus A310 de 200 plazas. Pero, si la medida se aplicara a los muy numerosos aterrizajes diarios en el mundo, se comprende su importancia.
Este proyecto de SAS pretende incrementar la eficiencia y la seguridad de los vuelos a un tiempo que reducir los efectos medioambientales de éstos, y ha sido fruto de la cooperación entre la compañía, las autoridades suecas de aviación civil, Boeing y Airbus, en el marco del proyecto NUP2+ de la EU.
Por ahora, estos aterrizajes se practican sólo en Suecia, con todos los Boeing 737 de la flota de SAS. El periodo de pruebas comenzado el 19 de enero de 2006 continuará hasta junio de 2007, fecha en que la compañía pretende imponer el sistema como procedimiento estándar de aterrizaje.
Labor de equipo
Para poder llevar a cabo el procedimiento, es necesario un minucioso trabajo en equipo: la comunicación entre los pilotos y los controladores aéreos para la transmisión de datos debe ser extremadamente precisa con el fin de saber en que momento el aparato puede abandonar la altitud de crucero e iniciar la fase de vuelo de planeo hasta la pista de aterrizaje.
Las revoluciones de los motores se ralentizan, éstos consumen menos energía y combustible, y así también se reducen las emisiones. Con una precisión al segundo, el piloto y los controladores del tráfico aéreo deciden cuando la aeronave puede tocar suelo en la pista de aterrizaje.
Por otro lado, SAS señala que considerando que su compañía realiza una media de 330 vuelos diarios, el efecto de los aterrizajes ecológicos para el medioambiente y el ahorro de combustible debe ser considerado como sustancial.
Es ya indiscutible que el cambio climático está originado por la actividad humana. Y el sector de los transportes en todo el mundo es responsable de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se envían a la atmósfera, por lo que no puede eludir su responsabilidad.
En este sector se incluyen las compañías aéreas ya que, según datos del IPCC relativos al impacto ambiental del transporte aéreo, difundidos por la Federación Europea de Transporte y Medioambiente (T&E, la aviación contribuyó, en 1990, con un 3,5% de las emisiones al calentamiento global, cifra que podría alcanzar el 10% en 2050, si no se controlan la contaminación generada por las aeronaves.
La Comisión Europea aseguró recientemente que las aerolíneas deberán someterse, al igual que los sectores industrial y energético, a impuestos por emisiones a partir de 2011. Por tanto, deben buscar alternativas y soluciones, señala la T&E en otro comunicado.
El caso de SAS
SAS es la primera aerolínea del mundo que, anticipándose a las posibles medidas europeas, ha comenzado a practicar los llamados aterrizajes ecológicos, con los que, gracias a una tecnología informática avanzada, se consigue ahorrar 100 kg de combustible en cada aterrizaje.
El primer aterrizaje de este tipo fue llevado a cabo el 19 de enero del año pasado en un vuelo entre Luleå y Estocolmo. Desde entonces se han efectuado unos 600 aterrizajes de este tipo en el aeropuerto de Estocolmo, señala SAS en un comunicado.
La compañía señala que, además del ahorro de combustible y la reducción de emisiones y del nivel de ruido, se ahorran de media dos minutos de tiempo de vuelo durante las operaciones corrientes, en caso de tráfico escaso o medio.
SAS intenta ganar clientes gracias a la nueva tecnología, afirmando que volar con esta aerolínea permite a los usuarios contribuir a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (314 kg por vuelo), y de óxido de nitrógeno (1,1 kg por vuelo).
El aterrizaje ecológico
El aterrizaje ecológico consiste básicamente en iniciar el descenso de la aeronave hacia tierra antes de lo normal, permitiendo que los motores se desaceleren. Con esta maniobra, el aparato reduce en alrededor de 100 kg su consumo de queroseno.
No es mucho si se consideran los 70.000 litros de combustible que necesita un avión medio como el airbus A310 de 200 plazas. Pero, si la medida se aplicara a los muy numerosos aterrizajes diarios en el mundo, se comprende su importancia.
Este proyecto de SAS pretende incrementar la eficiencia y la seguridad de los vuelos a un tiempo que reducir los efectos medioambientales de éstos, y ha sido fruto de la cooperación entre la compañía, las autoridades suecas de aviación civil, Boeing y Airbus, en el marco del proyecto NUP2+ de la EU.
Por ahora, estos aterrizajes se practican sólo en Suecia, con todos los Boeing 737 de la flota de SAS. El periodo de pruebas comenzado el 19 de enero de 2006 continuará hasta junio de 2007, fecha en que la compañía pretende imponer el sistema como procedimiento estándar de aterrizaje.
Labor de equipo
Para poder llevar a cabo el procedimiento, es necesario un minucioso trabajo en equipo: la comunicación entre los pilotos y los controladores aéreos para la transmisión de datos debe ser extremadamente precisa con el fin de saber en que momento el aparato puede abandonar la altitud de crucero e iniciar la fase de vuelo de planeo hasta la pista de aterrizaje.
Las revoluciones de los motores se ralentizan, éstos consumen menos energía y combustible, y así también se reducen las emisiones. Con una precisión al segundo, el piloto y los controladores del tráfico aéreo deciden cuando la aeronave puede tocar suelo en la pista de aterrizaje.
Por otro lado, SAS señala que considerando que su compañía realiza una media de 330 vuelos diarios, el efecto de los aterrizajes ecológicos para el medioambiente y el ahorro de combustible debe ser considerado como sustancial.