Las amistades que comienzan en la infancia son las más eficientes para la transmisión cultural en redes sociales humanas. Imagen: cherylholt. Fuente: Pixabay.
Las amistades cercanas facilitan el intercambio de información y cultura, y hacen que las redes sociales sean más eficaces para la transmisión cultural, según una investigación de la University College de Londres (UCL).
En el estudio, se utilizó tecnología de seguimiento inalámbrico para mapear las interacciones sociales en poblaciones remotas de cazadores y recolectores.
La investigación demuestra cómo el aumento de la eficiencia de la red social se logra a través de la inversión en unos pocos lazos fuertes entre amigos no familiares, que conectan a familias no relacionadas; y muestra que las amistades fuertes son más importantes que los lazos familiares para predecir los niveles de conocimiento compartido entre individuos.
Los cazadores-recolectores fueron escogidos para este estudio porque ejemplifican estilos de vida y organizaciones sociales humanas del pasado. De esta forma, proporcionan ideas vitales sobre la historia evolutiva humana.
Cómo se hizo
Para mapear las redes sociales de las poblaciones de cazadores-recolectores Agta, de Filipinas, y BaYaka del Congo, los investigadores, del Proyecto Hunter-Gatherer Resilience de la UCL, usaron unos dispositivos llamados motes (nodo sensor).
Los motes son una tecnología de detección inalámbrica que puede registrar las interacciones de personas reuniendo información sensible y comunicándola con otros nodos conectados en red. Los participantes en el estudio portaron sus motes en forma de brazalete.
De esta forma, los motes pudieron registrar todas sus interacciones a intervalos de dos minutos, durante 15 horas al día, y durante una semana. Los registros se hicieron en seis poblaciones Agta de Filipinas (con 200 individuos y un total de 7.210 interacciones) y en tres poblaciones de BaYaka en el Congo (132 individuos, 3.397 Interacciones). A partir de estos datos, los científicos pudieron reconstruir y examinar las redes sociales de ambos grupos, con un nivel de detalle sin precedentes.
En el estudio, se utilizó tecnología de seguimiento inalámbrico para mapear las interacciones sociales en poblaciones remotas de cazadores y recolectores.
La investigación demuestra cómo el aumento de la eficiencia de la red social se logra a través de la inversión en unos pocos lazos fuertes entre amigos no familiares, que conectan a familias no relacionadas; y muestra que las amistades fuertes son más importantes que los lazos familiares para predecir los niveles de conocimiento compartido entre individuos.
Los cazadores-recolectores fueron escogidos para este estudio porque ejemplifican estilos de vida y organizaciones sociales humanas del pasado. De esta forma, proporcionan ideas vitales sobre la historia evolutiva humana.
Cómo se hizo
Para mapear las redes sociales de las poblaciones de cazadores-recolectores Agta, de Filipinas, y BaYaka del Congo, los investigadores, del Proyecto Hunter-Gatherer Resilience de la UCL, usaron unos dispositivos llamados motes (nodo sensor).
Los motes son una tecnología de detección inalámbrica que puede registrar las interacciones de personas reuniendo información sensible y comunicándola con otros nodos conectados en red. Los participantes en el estudio portaron sus motes en forma de brazalete.
De esta forma, los motes pudieron registrar todas sus interacciones a intervalos de dos minutos, durante 15 horas al día, y durante una semana. Los registros se hicieron en seis poblaciones Agta de Filipinas (con 200 individuos y un total de 7.210 interacciones) y en tres poblaciones de BaYaka en el Congo (132 individuos, 3.397 Interacciones). A partir de estos datos, los científicos pudieron reconstruir y examinar las redes sociales de ambos grupos, con un nivel de detalle sin precedentes.
Amistad desde la infancia y cultura
Muchos rasgos humanos únicos -como nuestra capacidad cognitiva superior, nuestra cultura acumulativa o nuestro alto nivel de cooperación- han evolucionado gracias a patrones de organización social únicos en nuestra especie.
El primer autor del estudio, el Dr. Andrea Migliano explica a este respecto que: "Hacer amigos y tener una red de amistad es una importante adaptación humana, que nos ha ayudado a desarrollar la cultura acumulativa".
"Lo que vemos en estos campamentos de cazadores-recolectores es que las personas tienen relaciones muy fuertes con sus amigos, y esas relaciones son tan fuertes como las de la familia. Estos amigos conectan los diferentes hogares, facilitando el intercambio de información y cultura. Son conexiones que hacen que una red sea eficiente", añade Migliano.
Por otra parte, los análisis demostraron que la aleatorización de las interacciones entre familiares cercanos o familiares lejanos no afecta a la eficiencia de las redes de cazadores-recolectores.
Como contraste, la asignación al azar de los amigos (relaciones de no parentesco) reduce en gran medida la eficacia de dichas redes. De hecho, los investigadores encontraron evidencia de que las amistades más importantes para la eficiencia de la transmisión cultural en las redes sociales son aquellas que comienzan muy temprano en la niñez. Esto se constató en en todas las poblaciones analizadas.
Migliano cree que: "En la sociedad contemporánea, tenemos la tecnología para expandir estas redes sociales, aumentando el flujo de información sobre un número mucho mayor de personas, lo que permite a los seres humanos cooperar y trabajar juntos para construir cosas maravillosas, ya que (la cooperación) es uno de los secretos del éxito de los seres humanos como especie".
También es importante para la inteligencia
Además de facilitar la transmisión cultural, la amistad también sería buena para la inteligencia. Según otro estudio realizado en 2010 por especialistas de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, hablar con otras personas de manera amistosa aumenta la capacidad intelectual, concretamente, la llamada “función ejecutiva”, que engloba la memoria de trabajo, la inhibición de la conducta o la concentración.
Basta con 10 minutos de interacción social para que nuestra inteligencia se desarrolle. Por el contrario, participar en una conversación competitiva no nos hace más inteligentes.
Muchos rasgos humanos únicos -como nuestra capacidad cognitiva superior, nuestra cultura acumulativa o nuestro alto nivel de cooperación- han evolucionado gracias a patrones de organización social únicos en nuestra especie.
El primer autor del estudio, el Dr. Andrea Migliano explica a este respecto que: "Hacer amigos y tener una red de amistad es una importante adaptación humana, que nos ha ayudado a desarrollar la cultura acumulativa".
"Lo que vemos en estos campamentos de cazadores-recolectores es que las personas tienen relaciones muy fuertes con sus amigos, y esas relaciones son tan fuertes como las de la familia. Estos amigos conectan los diferentes hogares, facilitando el intercambio de información y cultura. Son conexiones que hacen que una red sea eficiente", añade Migliano.
Por otra parte, los análisis demostraron que la aleatorización de las interacciones entre familiares cercanos o familiares lejanos no afecta a la eficiencia de las redes de cazadores-recolectores.
Como contraste, la asignación al azar de los amigos (relaciones de no parentesco) reduce en gran medida la eficacia de dichas redes. De hecho, los investigadores encontraron evidencia de que las amistades más importantes para la eficiencia de la transmisión cultural en las redes sociales son aquellas que comienzan muy temprano en la niñez. Esto se constató en en todas las poblaciones analizadas.
Migliano cree que: "En la sociedad contemporánea, tenemos la tecnología para expandir estas redes sociales, aumentando el flujo de información sobre un número mucho mayor de personas, lo que permite a los seres humanos cooperar y trabajar juntos para construir cosas maravillosas, ya que (la cooperación) es uno de los secretos del éxito de los seres humanos como especie".
También es importante para la inteligencia
Además de facilitar la transmisión cultural, la amistad también sería buena para la inteligencia. Según otro estudio realizado en 2010 por especialistas de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, hablar con otras personas de manera amistosa aumenta la capacidad intelectual, concretamente, la llamada “función ejecutiva”, que engloba la memoria de trabajo, la inhibición de la conducta o la concentración.
Basta con 10 minutos de interacción social para que nuestra inteligencia se desarrolle. Por el contrario, participar en una conversación competitiva no nos hace más inteligentes.
Referencia bibliográfica:
A. B. Migliano, A. E. Page, J. Gómez-Gardeñes, G. D. Salali, S. Viguier, M. Dyble, J. Thompson, Nikhill Chaudhary, D. Smith, J. Strods, R. Mace, M. G. Thomas, V. Latora, L. Vinicius. Characterization of hunter-gatherer networks and implications for cumulative culture. Nature Human Behaviour (2017). DOI: 10.1038/s41562-016-0043.
A. B. Migliano, A. E. Page, J. Gómez-Gardeñes, G. D. Salali, S. Viguier, M. Dyble, J. Thompson, Nikhill Chaudhary, D. Smith, J. Strods, R. Mace, M. G. Thomas, V. Latora, L. Vinicius. Characterization of hunter-gatherer networks and implications for cumulative culture. Nature Human Behaviour (2017). DOI: 10.1038/s41562-016-0043.