En los años setenta del siglo XX, un científico australiano llamado Don Graff describió las “plantas que resucitan ” o reviviscentes, un tipo de plantas que puede sobrevivir durante meses e incluso años a la deshidratación extrema. Aparentemente, estas plantas mueren como todas como consecuencia de la sequía, pero en cuanto se les echa agua de nuevo ‘reviven’ en unas horas, a diferencia de otras.
Aunque, en su momento, el trabajo de Don Graff pasó desapercibido para la comunidad científica; no está sucediendo lo mismo con las investigaciones que a este respecto realiza actualmente Jill Farrant, catedrática de Fisiología Molecular de Plantas del Departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de El Cabo (Sudáfrica).
Por ejemplo, el pasado mes de diciembre, la BBC publicaba un vídeo sobre Farrant y su trabajo y, un mes antes, hablaba de Farrant y de sus estudios sobre las plantas que resucitan la revista Physorg.
Buscando soluciones
Farrant investiga este tipo de plantas –de las que, en todo el mundo hay unas 130 especies- porque cree que, en un futuro, podrían ayudarnos a sobrevivir al cambio climático. Su idea es desarrollar cultivos que imiten la extraordinaria capacidad de supervivencia de estas plantas.
Por ahora, la científica ha descubierto que, en semillas, raíces y hojas de las plantas que resucitan, funcionan un mismo grupo de genes. Ahora trata de encontrar la manera de ‘encender’ o activar dichos genes en los cultivos de trigo, arroz y maíz, para que estos puedan sobrevivir a las sequías.
Ya se ha hecho antes. Con ingeniería genética, diversos grupos de investigación han conseguido, por ejemplo, crear plantas resistentes a enfermedades; con mayor calidad nutricional o más resistentes a determinados factores ambientales, como el frío.
Aunque, en su momento, el trabajo de Don Graff pasó desapercibido para la comunidad científica; no está sucediendo lo mismo con las investigaciones que a este respecto realiza actualmente Jill Farrant, catedrática de Fisiología Molecular de Plantas del Departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de El Cabo (Sudáfrica).
Por ejemplo, el pasado mes de diciembre, la BBC publicaba un vídeo sobre Farrant y su trabajo y, un mes antes, hablaba de Farrant y de sus estudios sobre las plantas que resucitan la revista Physorg.
Buscando soluciones
Farrant investiga este tipo de plantas –de las que, en todo el mundo hay unas 130 especies- porque cree que, en un futuro, podrían ayudarnos a sobrevivir al cambio climático. Su idea es desarrollar cultivos que imiten la extraordinaria capacidad de supervivencia de estas plantas.
Por ahora, la científica ha descubierto que, en semillas, raíces y hojas de las plantas que resucitan, funcionan un mismo grupo de genes. Ahora trata de encontrar la manera de ‘encender’ o activar dichos genes en los cultivos de trigo, arroz y maíz, para que estos puedan sobrevivir a las sequías.
Ya se ha hecho antes. Con ingeniería genética, diversos grupos de investigación han conseguido, por ejemplo, crear plantas resistentes a enfermedades; con mayor calidad nutricional o más resistentes a determinados factores ambientales, como el frío.
Cómo son
Durante una sequía, las plantas que resucitan actúan como semillas, pasando a tener un aspecto tan seco que parecen muertas.
Sin embargo, cuando finalmente llueve y sobre ellas cae agua del cielo, estas plantas "vuelven a la vida", y de nuevo se ponen verdes y robustas. El proceso dura de recuperación se produce en tan sólo unas horas.
Algunos ejemplos de plantas reviviscentes son la llamada Rosa de Jericó (cuyas ramas se contraen con la sequedad durante muchísimos años, volviendo a abrirse al contacto con el agua para recobrar toda su frescura y belleza), la Selaginella lepidophylla de América del Norte o la Myrothamnus flabellifolius . Esta última produce unos antioxidantes que la protegen durante la sequía que han sido incorporados a la línea de cosméticos de Giorigio Armani.
Jill Farrant descubrió las plantas que resucitan cuando tenía nueve años y vivía en una granja de Sudáfrica. Curiosamente, como las plantas que estudia, Farran padeció en una ocasión un estado de “muerte clínica temporal”, debido a una hemorragia cerebral, de la que se recuperó para seguir con su vida.
Desde 1994 está especializada en las platas que resucitan, y ha llegado a ser la principal experta del mundo en este campo. Por trabajos fue galardonada en 2012 con el premio L’Oreal-UNESCO La Mujer y la ciencia.
Durante una sequía, las plantas que resucitan actúan como semillas, pasando a tener un aspecto tan seco que parecen muertas.
Sin embargo, cuando finalmente llueve y sobre ellas cae agua del cielo, estas plantas "vuelven a la vida", y de nuevo se ponen verdes y robustas. El proceso dura de recuperación se produce en tan sólo unas horas.
Algunos ejemplos de plantas reviviscentes son la llamada Rosa de Jericó (cuyas ramas se contraen con la sequedad durante muchísimos años, volviendo a abrirse al contacto con el agua para recobrar toda su frescura y belleza), la Selaginella lepidophylla de América del Norte o la Myrothamnus flabellifolius . Esta última produce unos antioxidantes que la protegen durante la sequía que han sido incorporados a la línea de cosméticos de Giorigio Armani.
Jill Farrant descubrió las plantas que resucitan cuando tenía nueve años y vivía en una granja de Sudáfrica. Curiosamente, como las plantas que estudia, Farran padeció en una ocasión un estado de “muerte clínica temporal”, debido a una hemorragia cerebral, de la que se recuperó para seguir con su vida.
Desde 1994 está especializada en las platas que resucitan, y ha llegado a ser la principal experta del mundo en este campo. Por trabajos fue galardonada en 2012 con el premio L’Oreal-UNESCO La Mujer y la ciencia.