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Nuevas propuestas de integración del ser humano en la teoría estratégica

Reflexiones en torno al III Encuentro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación


La reformulación de la teoría estratégica, tal y como ahora la conocemos, es objeto en la actualidad de debate. El III Encuentro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación ha reunido a 36 expertos de 11 países en el marco de la Universidad Iberoamericana de México D.F, para estudiar la posibilidad/necesidad de construirla sobre las capacidades humanas. Y la de extender al ámbito social de la acción estratégica la nueva comprensión de la vida y del ser humano que ha surgido de la sistémica, de la teoría de la complejidad y, en general, de la revolución científica del siglo XX. Por Rafael Alberto Pérez.


Rafael Alberto Pérez
18/09/2005

Nuevas propuestas de integración del ser humano en la teoría estratégica
Il n'y a pas de stratégie sans stratège
Eric Fimbel
Marie-Léandre Gomez


Dado que el hombre es el objeto de muchas ciencias- debemos acotar que parte de la conducta humana constituye el objeto de estudio de la Estrategia. En los últimos años ha prosperado la tesis de que el Universo tiene una estructura profundamente matemática, explicable a partir de una billonésima de segundo después del Bing Bang, mediante unos pocos números y leyes matemáticas, que algunos autores (Rowan-Robison, 2002) reducen a 9 y otros incluso a menos.

Pero en un mundo en el que todo lo demás está determinado, con la vida aparece “una zona de indeterminación”. Allí donde las interacciones entre las aplicaciones del programa genético y los condicionantes del medio ambiente exigen nuevas repuestas, se abre para los seres vivientes un margen de maniobra. Lo llamamos adaptación. Es así como la vida no es mera ejecución del programa sino que necesariamente implica creación (Bergson), ruido (von Foester), autopoiesis (Maturana y Varela) y decisión (Morin). Pero esa “zona de indeterminación” no es la misma para todos los seres vivos: sabemos que aumenta en la medida en que se avanza en la filogénesis, y que en todo lo que podríamos llamar “mundo animal” ese margen de maniobra es muy escaso.

Pero, cuando llegamos al ser humano se produce un salto cualitativo- que no una discontinuidad- y con ese salto nace una zona mucho mas amplia de indeterminación. Ese nuevo margen de maniobra ya no es fruto de los genes sino de unos nuevos procesos que emergen con la condición humana. Nuestra estructura biológica continúa respondiendo a programas genéticos, pero nuestra capacidad simbólica (de la que dependen nuestras elecciones y nuestras acciones) nos permite salirnos del guión establecido y abrir nuestros propios caminos. “La diferencia entre los seres vivos totalmente programados y los seres humanos solo en parte programados puede parecer cuantitativamente mínima pero constituye un salto cualitativo radical” (Savater, 2003).

El ser humano que acabo de bosquejar es por tanto algo mas que genes y conducta; que computo y racionalidad. Ese hombre moderno que emerge es a la vez el homo simbolicus de Cassirer, el homo agens de Gehlen y el homo elector de Savater. Un ser complejo e imperfecto; polisémico y hermeneuta; simbólico y axiológico; cultural y relacional; prospectivo e imaginativo; cogitativo y agencial; narrativo y poiético; evaluador y elector; multidimensional y contradictorio. Capaz de la autorreflexión y del autoengaño, etc. etc. Lo que da pie para abrir nuevos caminos y le hace a veces, alta y peligrosamente imprevisible.

Lo que sostengo, es que no se pueden conocer las bases de cómo se forman las estrategias pensando únicamente en su instrumentalidad para los negocios o la política; ni a través de los procesos corporativos y organizacionales; ni tampoco pretendiendo racionalidad en las conductas de sus humanos protagonistas. La vía que propugno para aportar una explicación válida de los procesos estratégicos es estudiando como esos procesos se enraízan en el ser humano considerado como una totalidad.

Pero, dado que el hombre es el objeto de muchas ciencias debemos acotar que parte, en concreto, de la conducta humana, constituye el objeto de estudio de la Estrategia. Estamos hablando del homo strategicus.

La capacidad estratégica

Las ciencias del hombre nos enseñan que para resolver los problemas del vivir el hombre está dotado de una serie de capacidades naturales que fueron emergiendo junto con él y que forman parte de su condición humana. En anteriores trabajos me he referido a las capacidades cogitativas-comunicativas, prospectivas-imaginativas y electivo-estratégicas. Una teoría de la estrategia debería poner su foco sobre esta última, sin ignorar el resto, y sobre los procesos que la involucra.

La capacidad electivo-estratégica es aquella que nos permite resolver los conflictos/oportunidades eligiendo entre alternativas de acción. Pero no todas las elecciones son estratégicas. Entendemos que una elección es estratégica cuando en el calculo que hace el agente están presentes otras personas, fuerzas y sistemas que con su intervención pueden modificar favorable o negativamente el resultado que se pretende alcanzar. La teoría de la probabilidad dice que son estratégicas aquellas elecciones que se adoptan ante la incertidumbre estructurada: conocemos las acontecimientos que pueden ocurrir pero ignoramos su probabilidad.

No debemos entender la capacidad estratégica como un ente aislado que surge en el vacío. Hoy pensamos que forma parte- junto con otras capacidades: hermenéuticas, imaginativas, prospectivas, comunicativas, etc.- de un sistema operativo estructuralmente configurado y biológicamente articulado capaz de adoptar ante las presiones del vivir determinados cursos de acción que llamamos estrategias. Algunas de esas elecciones estratégicas se convierten en acciones. Es de esta forma como el hombre interviene sobre la realidad y construye su futuro. Es de esta forma también que el hombre se vuelve intencionalmente actor- o mejor co-partícipe- del transito de un estado de cosas presente a otro que se supone mejor o menos malo. Savater nos recuerda que “al actuar no solo se obra por una realidad sino que se activa la realidad misma, se pone en marcha de una forma que sin nuestra intervención nunca hubiera llegado a ocurrir”. Me gustaría que algunos políticos tuviesen en cuenta esta reflexión.

También aquí, lo que es relevante no es tanto “mi explicación” cuanto la necesidad epistemológica de disponer de “una explicación” de la capacidad humana de concebir/diseñar estrategias.

Nuevas propuestas de integración del ser humano en la teoría estratégica
Los procesos que involucra

Las capacidades se sustentan en determinados procesos operacionales. Por ello una vez identificada y descrita la capacidad estratégica, nuestro interés se vuelve hacia los procesos que involucra. Para ser mas concreto, hacia el sistema de “procesos operativos bio-fisiológicos y simbólicos que soportan el ejercicio de la capacidad estratégica“ y que podemos denominar de forma mas abreviada “procesos electivo-estratégicos” .

Las elecciones estratégicas deberían involucrar procesos mentales muy parecidos a los de cualquier otra elección, sino fuera que:

- las elecciones estratégicas se suelen referir a temas relevantes, cuando no vitales para la supervivencia o para la mejorvivencia; Generalmente, se trata de acciones o decisiones caracterizadas por su magnitud, por su difícil reversibilidad y por el alto número de posteriores acciones o decisiones que desencadena

- se adoptan bajo incertidumbre y

- los resultados no dependen sólo de nosotros.

Estas circunstancias hace que en los procesos electivo-estratégicos intervengan programas mentales adicionales orientados a asegurase- mas allá de lo habitual- la adecuación del curso de acción elegido con respecto a sus medios y, sobre todo, a sus objetivos. Estamos hablando de determinados procesos cognitivos, de vigilancia del entorno, anticipativos, adaptativos, interpretativos, imaginativos, prospectivos, evaluadores/electivos y volitivos/resolutores..

El investigador que asuma esta perspectiva ha de buscar las explicaciones a estos procesos en otras disciplinas. Si algo debería quedar claro es que las estas explicaciones no pueden ser ya el resultado de una única disciplina sino de un estudio intradisciplinar de los procesos estratégicos a la luz del conocimiento científico de inicios del S. XXI.

Y que el resultado esperado de esta línea de investigación basada en el ser humano, sus capacidades y procesos es una Teoría Unificada y General de la Estrategia, válida para todas las situaciones del vivir.



Rafael Alberto Pérez es Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Socio fundador de la firma Consultores QuantumLeap, es asimismo Presidente del Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación (FISEC); Consejero del Instituto de Pensamiento Estratégico (IPES) y Miembro del Consejo Editorial la revista electrónica Tendencias21. Este texto es un resumen de su intervención en el III Encuentro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación. El texto íntegro puede consultarse y descargarse desde el documento adjunto.



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