Foto: kathe. Morguefile.
Los matrimonios cuyos miembros se refieren a sí mismos como “nosotros”, utilizando más a menudo un pronombre que incluye a ambos en lugar de los pronombres individuales “yo” o “él o ella”, están más compenetrados.
Esto es lo que se desprende de un estudio realizado por un equipo de psicólogos de la Universidad de California en Berkeley (UCB), en Estados Unidos, en el que se analizaron conversaciones entre parejas de mediana edad y formadas por ancianos.
Según informa la Universidad de Berkeley en un comunicado, la correlación establecida en la investigación fue la siguiente: aquellas parejas cuyos miembros incluían más al otro cónyuge en sus expresiones, o que usaban más el “nosotros” en su lenguaje, demostraron ser más capaces de resolver conflictos unidos que aquellas parejas en las que no se daba esta situación.
Dos categorías léxicas
En un artículo publicado por los autores del estudio, el psicólogo Robert Levenson y sus colaboradores de la UCB, en la revista especializada Psychology and Aging, se explica que para la investigación se analizó en concreto la relación entre los pronombres utilizados durante las conversaciones de pareja y la calidad emocional y la satisfacción marital de cada una de las parejas estudiadas.
En total, en el estudio participaron 154 parejas de mediana edad y formadas por ancianos. A estas parejas se les sometió a una conversación conflictiva de 15 minutos de duración, durante la cual se registró continuamente el comportamiento emocional y fisiológico de sus componentes.
Las transcripciones textuales de estas conversaciones fueron clasificadas en dos categorías léxicas: palabras vinculadas a “nosotros” o pronombres relacionados con las parejas y palabras relacionadas con individualidad o pronombres relacionados con cada miembro de la pareja por separado.
Los análisis realizados posteriormente revelaron que una mayor presencia de palabras del primer tipo (pronombre “nosotros” o referencias similares) estaba relacionada con una serie de características deseables de la interacción (ritmo cardiovascular más bajo, comportamiento emocional menos negativo y más positivo).
Por el contrario, se constató que un lenguaje más “individualista” (mayor cantidad de pronombres en singular para referirse por separado a cada miembro de la pareja), se relacionaba con un perfil de relaciones menos deseable (con un comportamiento negativo más acentuado y una satisfacción marital más baja).
Identidad compartida
En definitiva, señalan los investigadores, se ha demostrado que en aquellas parejas en las que se pronuncia más a menudo el pronombre “nosotros” para referirse a ellos mismos hay un comportamiento más positivo entre los miembros que las componen, y también un nivel más bajo de estrés psicológico.
Por el contrario, las parejas que en su habla cotidiana ponen el acento en pronombres como “yo” o “tú” suelen ser matrimonios menos satisfechos.
Los investigadores explican que esta diferencia resultó aún más evidente entre las parejas mayores. En estos casos, el uso de pronombres en singular o individuales estaba más fuertemente relacionado con matrimonios infelices.
De cualquier forma, en el estudio se reveló que estas parejas ancianas utilizaban en general más el “nosotros” que las parejas de mediana edad, lo que sugiere que el haber afrontado obstáculos y superado desafíos juntos a lo largo de la vida, incluyendo sacar adelante a sus familias, aporta un mayor sentimiento de identidad compartida.
Compañerismo y confianza
Levenson señala que la individualidad es un valor profundamente inculcado en la sociedad norteamericana y en las sociedades occidentales en general pero lo cierto es que, al menos en el terreno del matrimonio, ser parte de un “nosotros” bien merece perder un poco del “yo”.
Estudios previos ya habían establecido que el uso del “nosotros” o del lenguaje “individualista” es un indicador claro de la satisfacción marital en parejas más jóvenes.
La investigación de Levenson y sus colaboradores demuestra, además, que la relación entre la forma en que se usa el lenguaje cotidiano y la felicidad conyugal es muy fuerte también en parejas muy estables y duraderas.
El lenguaje puede relacionarse, por tanto, con las emociones y respuestas fisiológicas que se producen en cada individuo cuando los miembros de una pareja hacen piña o, por el contrario, se polarizan en sus posturas de desacuerdo.
Según otro autor de la investigación, el psicólogo de la UCB Benjamin Seider, el uso del “nosotros” en el lenguaje es una consecuencia común derivada del sentimiento de compañerismo, de formar parte de un mismo equipo, y refleja la confianza en ser capaces de afrontar juntos los problemas.
Los científicos afirman que, en definitiva, los resultados del presente estudio indican que los aspectos emocionales de la calidad marital quedan expresados en el lenguaje natural de las parejas cuando éstas establecen cualquier conversación.
Esto es lo que se desprende de un estudio realizado por un equipo de psicólogos de la Universidad de California en Berkeley (UCB), en Estados Unidos, en el que se analizaron conversaciones entre parejas de mediana edad y formadas por ancianos.
Según informa la Universidad de Berkeley en un comunicado, la correlación establecida en la investigación fue la siguiente: aquellas parejas cuyos miembros incluían más al otro cónyuge en sus expresiones, o que usaban más el “nosotros” en su lenguaje, demostraron ser más capaces de resolver conflictos unidos que aquellas parejas en las que no se daba esta situación.
Dos categorías léxicas
En un artículo publicado por los autores del estudio, el psicólogo Robert Levenson y sus colaboradores de la UCB, en la revista especializada Psychology and Aging, se explica que para la investigación se analizó en concreto la relación entre los pronombres utilizados durante las conversaciones de pareja y la calidad emocional y la satisfacción marital de cada una de las parejas estudiadas.
En total, en el estudio participaron 154 parejas de mediana edad y formadas por ancianos. A estas parejas se les sometió a una conversación conflictiva de 15 minutos de duración, durante la cual se registró continuamente el comportamiento emocional y fisiológico de sus componentes.
Las transcripciones textuales de estas conversaciones fueron clasificadas en dos categorías léxicas: palabras vinculadas a “nosotros” o pronombres relacionados con las parejas y palabras relacionadas con individualidad o pronombres relacionados con cada miembro de la pareja por separado.
Los análisis realizados posteriormente revelaron que una mayor presencia de palabras del primer tipo (pronombre “nosotros” o referencias similares) estaba relacionada con una serie de características deseables de la interacción (ritmo cardiovascular más bajo, comportamiento emocional menos negativo y más positivo).
Por el contrario, se constató que un lenguaje más “individualista” (mayor cantidad de pronombres en singular para referirse por separado a cada miembro de la pareja), se relacionaba con un perfil de relaciones menos deseable (con un comportamiento negativo más acentuado y una satisfacción marital más baja).
Identidad compartida
En definitiva, señalan los investigadores, se ha demostrado que en aquellas parejas en las que se pronuncia más a menudo el pronombre “nosotros” para referirse a ellos mismos hay un comportamiento más positivo entre los miembros que las componen, y también un nivel más bajo de estrés psicológico.
Por el contrario, las parejas que en su habla cotidiana ponen el acento en pronombres como “yo” o “tú” suelen ser matrimonios menos satisfechos.
Los investigadores explican que esta diferencia resultó aún más evidente entre las parejas mayores. En estos casos, el uso de pronombres en singular o individuales estaba más fuertemente relacionado con matrimonios infelices.
De cualquier forma, en el estudio se reveló que estas parejas ancianas utilizaban en general más el “nosotros” que las parejas de mediana edad, lo que sugiere que el haber afrontado obstáculos y superado desafíos juntos a lo largo de la vida, incluyendo sacar adelante a sus familias, aporta un mayor sentimiento de identidad compartida.
Compañerismo y confianza
Levenson señala que la individualidad es un valor profundamente inculcado en la sociedad norteamericana y en las sociedades occidentales en general pero lo cierto es que, al menos en el terreno del matrimonio, ser parte de un “nosotros” bien merece perder un poco del “yo”.
Estudios previos ya habían establecido que el uso del “nosotros” o del lenguaje “individualista” es un indicador claro de la satisfacción marital en parejas más jóvenes.
La investigación de Levenson y sus colaboradores demuestra, además, que la relación entre la forma en que se usa el lenguaje cotidiano y la felicidad conyugal es muy fuerte también en parejas muy estables y duraderas.
El lenguaje puede relacionarse, por tanto, con las emociones y respuestas fisiológicas que se producen en cada individuo cuando los miembros de una pareja hacen piña o, por el contrario, se polarizan en sus posturas de desacuerdo.
Según otro autor de la investigación, el psicólogo de la UCB Benjamin Seider, el uso del “nosotros” en el lenguaje es una consecuencia común derivada del sentimiento de compañerismo, de formar parte de un mismo equipo, y refleja la confianza en ser capaces de afrontar juntos los problemas.
Los científicos afirman que, en definitiva, los resultados del presente estudio indican que los aspectos emocionales de la calidad marital quedan expresados en el lenguaje natural de las parejas cuando éstas establecen cualquier conversación.