Los bebés nacidos en casa comienzan la vida con una microbiota intestinal más fuerte que los que nacen en un hospital, que les potencia el sistema inmunológico y el metabolismo en las primeras semanas de vida, según una investigación de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos.
El microbioma humano consiste en billones de bacterias, hongos y virus que viven en nuestros cuerpos, muchos de los cuales benefician nuestra salud y previenen enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, el asma y los trastornos inflamatorios intestinales. Los microbios transmitidos de madre al bebé ayudan a prevenir enfermedades crónicas.
Una particularidad de la microbiota o flora intestinal es que en su mayor parte es única para cada persona, y sólo una tercera parte es común para la mayoría de la gente. La mayoría de los microorganismos de la microbiota son buenos para la salud, especialmente los que las madres transmiten a sus bebés y que le ayudan a prevenir enfermedades crónicas.
Los autores de esta investigación, dirigida por Maria Gloria Dominguez-Bello, siguieron a 35 bebés y sus madres durante un mes después del nacimiento. Catorce bebés nacieron en casa (cuatro de ellos en agua) y 21 en el hospital.
Los 35 bebés nacieron por vía vaginal sin intervenciones (incluido el tratamiento con antibióticos no maternos) y sólo fueron alimentados con leche materna. Todos los bebés fueron asistidos por parteras que apoyaron a las madres, y todas tuvieron contacto piel con piel con sus bebés, y comenzaron a amamantarlos poco después del nacimiento. Lo único que parece diferenciar a algunos de ellos es que nacen en casa.
"No se conocen las razones de las diferencias entre los bebés nacidos en el hogar en comparación con los nacidos en los hospitales, pero especulamos que las intervenciones comunes en el hospital, como el baño infantil temprano y la profilaxis ocular con antibióticos o factores ambientales, como el entorno aséptico del hospital, pueden estar involucrados" explica Maria Gloria Domínguez-Bello, en un comunicado.
Comprender por qué los bebés nacidos en el hogar tienen una microbiota más diversa durante al menos un mes después del nacimiento, en comparación con los nacidos en un hospital, podría ayudar a prevenir enfermedades en el futuro.
El microbioma humano consiste en billones de bacterias, hongos y virus que viven en nuestros cuerpos, muchos de los cuales benefician nuestra salud y previenen enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, el asma y los trastornos inflamatorios intestinales. Los microbios transmitidos de madre al bebé ayudan a prevenir enfermedades crónicas.
Una particularidad de la microbiota o flora intestinal es que en su mayor parte es única para cada persona, y sólo una tercera parte es común para la mayoría de la gente. La mayoría de los microorganismos de la microbiota son buenos para la salud, especialmente los que las madres transmiten a sus bebés y que le ayudan a prevenir enfermedades crónicas.
Los autores de esta investigación, dirigida por Maria Gloria Dominguez-Bello, siguieron a 35 bebés y sus madres durante un mes después del nacimiento. Catorce bebés nacieron en casa (cuatro de ellos en agua) y 21 en el hospital.
Los 35 bebés nacieron por vía vaginal sin intervenciones (incluido el tratamiento con antibióticos no maternos) y sólo fueron alimentados con leche materna. Todos los bebés fueron asistidos por parteras que apoyaron a las madres, y todas tuvieron contacto piel con piel con sus bebés, y comenzaron a amamantarlos poco después del nacimiento. Lo único que parece diferenciar a algunos de ellos es que nacen en casa.
"No se conocen las razones de las diferencias entre los bebés nacidos en el hogar en comparación con los nacidos en los hospitales, pero especulamos que las intervenciones comunes en el hospital, como el baño infantil temprano y la profilaxis ocular con antibióticos o factores ambientales, como el entorno aséptico del hospital, pueden estar involucrados" explica Maria Gloria Domínguez-Bello, en un comunicado.
Comprender por qué los bebés nacidos en el hogar tienen una microbiota más diversa durante al menos un mes después del nacimiento, en comparación con los nacidos en un hospital, podría ayudar a prevenir enfermedades en el futuro.
Menos inflamación
Los investigadores también analizaron las muestras fecales de bebés de un mes de edad y observaron que los nacidos en un hospital mostraron una mayor expresión de genes inflamatorios en un modelo de células epiteliales humanas, en comparación con los bebés nacidos en el hogar. Las células epiteliales cubren los revestimientos de órganos, piel y boca.
Otra observación de esta investigación es que la microbiota vaginal de las madres en el momento del parto era mayor en las que estaban en el hospital que las que estaban en casa.
Los resultados de esta investigación sugieren que la hospitalización (intervenciones perinatales o el entorno hospitalario) puede afectar a la microbiota de la fuente vaginal y a la colonización inicial durante el parto y el postparto, con efectos que podrían persistir en la microbiota intestinal de los bebés hasta un mes después del nacimiento.
Si bien se necesita más investigación para determinar los factores específicos que alteran la transmisión bacteriana entre la madre y el bebé y las implicaciones a largo plazo para la salud de estas diferencias para el bebé en su desarrollo, los investigadores señalan que modernizar el entorno hospitalario, aproximándolo a las condiciones que se dan en los hogares, puede ser beneficioso para madres e hijos.
Los investigadores también analizaron las muestras fecales de bebés de un mes de edad y observaron que los nacidos en un hospital mostraron una mayor expresión de genes inflamatorios en un modelo de células epiteliales humanas, en comparación con los bebés nacidos en el hogar. Las células epiteliales cubren los revestimientos de órganos, piel y boca.
Otra observación de esta investigación es que la microbiota vaginal de las madres en el momento del parto era mayor en las que estaban en el hospital que las que estaban en casa.
Los resultados de esta investigación sugieren que la hospitalización (intervenciones perinatales o el entorno hospitalario) puede afectar a la microbiota de la fuente vaginal y a la colonización inicial durante el parto y el postparto, con efectos que podrían persistir en la microbiota intestinal de los bebés hasta un mes después del nacimiento.
Si bien se necesita más investigación para determinar los factores específicos que alteran la transmisión bacteriana entre la madre y el bebé y las implicaciones a largo plazo para la salud de estas diferencias para el bebé en su desarrollo, los investigadores señalan que modernizar el entorno hospitalario, aproximándolo a las condiciones que se dan en los hogares, puede ser beneficioso para madres e hijos.
Referencia
Differences in the fecal microbiota of neonates born at home or in the hospital. Joan L. Combellick et al. Scientific Reports, Volume 8, Article number: 15660 (2018) DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-018-33995-7
Differences in the fecal microbiota of neonates born at home or in the hospital. Joan L. Combellick et al. Scientific Reports, Volume 8, Article number: 15660 (2018) DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-018-33995-7