Un análisis global de los efectos potenciales del cambio climático sobre las cuencas de los ríos ha indicado que en el mundo hay demasiados ríos afectados por las presas o el desarrollo descontrolado. Los científicos señalan la necesidad de que se tomen medidas de gestión para proteger a los ecosistemas y a las poblaciones humanas, antes de que el problema vaya a mayores.
Así lo explica la revista especializada Frontiers in Ecology and The Environment, en un artículo en el que se señala que los principales ríos del planeta han experimentado una drástica transformación en su caudal, reduciendo su capacidad natural para ajustarse y adaptarse a los cambios.
Dadas las expectativas de caos en el clima global y de aumento de las necesidades de agua, este hecho podría originar serios problemas, incluidos la pérdida de biodiversidad y los riesgos para los ecosistemas y poblaciones humanas, por el aumento de las inundaciones y de las sequías.
Diversos escenarios
El análisis ha sido realizado por un grupo internacional de científicos de Estados Unidos, Suecia, Alemania y Australia y ha estado patrocinado por el Programa de Cambio Climático Global de la EPA (Agencia para la Protección Medioambiental de Estados Unidos), por el Consejo de Investigación Sueco y por la fundación DFG alemana de investigación, entre otras instituciones. Entre sus autores se encuentra Margaret Palmer, directora del Center for Environmental Science Chesapeake Biological Laboratory, de la Universidad norteamericana de Maryland.
En su análisis, los autores proyectaron la desembocadura de los ríos bajo diversos escenarios climáticos y de retirada del agua, y combinaron estos datos con otros acerca del impacto de las presas en las grandes cuencas de los ríos.
Los resultados han sido presentados en mapas globales que ilustran los posibles cambios que se producirán en dichas desembocaduras, así como la presión en el agua derivada del impacto de las presas y de los caudales descontrolados en las cuencas hidrográficas.
Las proyecciones indican que todas las cuencas pobladas del mundo experimentarán cambios en el flujo de los ríos, y se espera que algunas de ellas sufran grandes aumentos en los caudales, mientras que la presión demográfica podría ocasionar que en otras se produzca la escasez del agua. La magnitud de estos cambios ha sido utilizada para identificar las cuencas que probablemente necesiten una intervención preventiva o posterior de gestión.
Recomendaciones específicas
Por otro lado, el estudio ha puesto de relieve que casi mil millones de personas viven en áreas que parece que requerirán acciones para paliar el problema, y que aproximadamente 365 millones de personas viven en cuencas que casi con toda certeza necesitan ser gestionadas.
El estudio da recomendaciones específicas, de remodelación preventiva y de rehabilitación y de gestión para mejorar la capacidad de adaptación de los ríos y minimizar el impacto en los ecosistemas de las riberas. Las acciones preventivas incluyen la gestión de aguas pluviales y sedimentos, la reconfiguración de canales, la eliminación de presas y la atención a las riberas.
Según Palmer, el análisis llama la atención sobre un riesgo significativo porque de estos grandes ríos del mundo depende mucha gente, tanto para el suministro de agua como para el de alimentos.
Muchos de los riesgos pueden reducirse drásticamente si se toman medidas ahora, asegura la investigadora, que además afirma que los líderes políticos deberán decidir si avanzan o no hacia el siguiente paso, que sería poner en marcha programas diseñados para minimizar los impactos posibles.
Ríos que agonizan
El reciente estudio se viene a sumar al informe que en marzo pasado presentara la organización ecologista WWF/Adena con motivo del día Mundial del Agua, del que informó en un comunicado. En este informe se advertía que los grandes ríos del mundo agonizan como consecuencia del cambio climático, la contaminación y la construcción de presas, con las consecuentes amenazas para las diversas formas de vida que dependen de ellos.
El análisis de Adena hizo públicos los nombres de los diez ríos del mundo que actualmente se encuentran en mayor riesgo: el Yangtze (China), el Mekong (Vietnam), el Salween (Mianmar), el Ganges (India) y el Indo (Pakistán), el Danubio, en Europa; el río de La Plata y el río Bravo o río Grande, en América; el Nilo-Lago Victoria, en África; y el Murria-Darling, en Australia.
WWF/Adena advirtió de la necesidad de tomar medidas ahora y no cuando el problema de la falta de agua apremie. La continua pérdida de caudal indicaría que el agua podría no fluir en un futuro.
La organización ecologista denunció asimismo que embalses del Río Danubio han destruido el 80% de los humedales y llanuras de inundación de su cuenca, o que el Río Indo ya manifiesta una gran escasez, debido al exceso de extracción de agua para la agricultura.
Así lo explica la revista especializada Frontiers in Ecology and The Environment, en un artículo en el que se señala que los principales ríos del planeta han experimentado una drástica transformación en su caudal, reduciendo su capacidad natural para ajustarse y adaptarse a los cambios.
Dadas las expectativas de caos en el clima global y de aumento de las necesidades de agua, este hecho podría originar serios problemas, incluidos la pérdida de biodiversidad y los riesgos para los ecosistemas y poblaciones humanas, por el aumento de las inundaciones y de las sequías.
Diversos escenarios
El análisis ha sido realizado por un grupo internacional de científicos de Estados Unidos, Suecia, Alemania y Australia y ha estado patrocinado por el Programa de Cambio Climático Global de la EPA (Agencia para la Protección Medioambiental de Estados Unidos), por el Consejo de Investigación Sueco y por la fundación DFG alemana de investigación, entre otras instituciones. Entre sus autores se encuentra Margaret Palmer, directora del Center for Environmental Science Chesapeake Biological Laboratory, de la Universidad norteamericana de Maryland.
En su análisis, los autores proyectaron la desembocadura de los ríos bajo diversos escenarios climáticos y de retirada del agua, y combinaron estos datos con otros acerca del impacto de las presas en las grandes cuencas de los ríos.
Los resultados han sido presentados en mapas globales que ilustran los posibles cambios que se producirán en dichas desembocaduras, así como la presión en el agua derivada del impacto de las presas y de los caudales descontrolados en las cuencas hidrográficas.
Las proyecciones indican que todas las cuencas pobladas del mundo experimentarán cambios en el flujo de los ríos, y se espera que algunas de ellas sufran grandes aumentos en los caudales, mientras que la presión demográfica podría ocasionar que en otras se produzca la escasez del agua. La magnitud de estos cambios ha sido utilizada para identificar las cuencas que probablemente necesiten una intervención preventiva o posterior de gestión.
Recomendaciones específicas
Por otro lado, el estudio ha puesto de relieve que casi mil millones de personas viven en áreas que parece que requerirán acciones para paliar el problema, y que aproximadamente 365 millones de personas viven en cuencas que casi con toda certeza necesitan ser gestionadas.
El estudio da recomendaciones específicas, de remodelación preventiva y de rehabilitación y de gestión para mejorar la capacidad de adaptación de los ríos y minimizar el impacto en los ecosistemas de las riberas. Las acciones preventivas incluyen la gestión de aguas pluviales y sedimentos, la reconfiguración de canales, la eliminación de presas y la atención a las riberas.
Según Palmer, el análisis llama la atención sobre un riesgo significativo porque de estos grandes ríos del mundo depende mucha gente, tanto para el suministro de agua como para el de alimentos.
Muchos de los riesgos pueden reducirse drásticamente si se toman medidas ahora, asegura la investigadora, que además afirma que los líderes políticos deberán decidir si avanzan o no hacia el siguiente paso, que sería poner en marcha programas diseñados para minimizar los impactos posibles.
Ríos que agonizan
El reciente estudio se viene a sumar al informe que en marzo pasado presentara la organización ecologista WWF/Adena con motivo del día Mundial del Agua, del que informó en un comunicado. En este informe se advertía que los grandes ríos del mundo agonizan como consecuencia del cambio climático, la contaminación y la construcción de presas, con las consecuentes amenazas para las diversas formas de vida que dependen de ellos.
El análisis de Adena hizo públicos los nombres de los diez ríos del mundo que actualmente se encuentran en mayor riesgo: el Yangtze (China), el Mekong (Vietnam), el Salween (Mianmar), el Ganges (India) y el Indo (Pakistán), el Danubio, en Europa; el río de La Plata y el río Bravo o río Grande, en América; el Nilo-Lago Victoria, en África; y el Murria-Darling, en Australia.
WWF/Adena advirtió de la necesidad de tomar medidas ahora y no cuando el problema de la falta de agua apremie. La continua pérdida de caudal indicaría que el agua podría no fluir en un futuro.
La organización ecologista denunció asimismo que embalses del Río Danubio han destruido el 80% de los humedales y llanuras de inundación de su cuenca, o que el Río Indo ya manifiesta una gran escasez, debido al exceso de extracción de agua para la agricultura.