El Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A.C. (Ciatej), de México, está realizando un estudio de riesgo de rechazo por plaguicidas en cítricos destinados a la exportación, como una medida de precaución para vigilar el cumplimiento de la normativa internacional.
La importancia económica del proyecto es evidente, pero también lo es en el aspecto social y de salud; la doctora Nohemí del Carmen Reyes Vázquez, directora de la Unidad Nuevo León de Ciatej, explica en Investigación y Desarrollo, en noticia de la que se hace eco AlphaGalileo, que los plaguicidas se aplican en diversas etapas del cultivo para la protección contra plagas y durante la periodo post-cosecha a fin de preservar la calidad del fruto.
“La mayor parte de estas sustancias han sido clasificadas por diversos organismos internacionales como posibles cancerígenos para el ser humano; debido a esto se han desarrollado legislaciones que establecen la máxima concentración de plaguicida que puede ser aceptada en el fruto, esto es, límites máximos permitidos o MRLs (Maximum Residues Limits) que garantizan la inocuidad del fruto y que no generarán daño alguno a la salud del consumidor”.
“Analizar un amplio número de plaguicidas en una muestra de fruto a niveles sumamente bajos requiere una fuerte inversión en tecnología analítica y personal altamente calificado, lo cual ha sido la principal limitante en países en desarrollo que carecen de la infraestructura y el capital humano para vigilar sus productos agrícolas destinados a la exportación”, refiere la directora de Ciatej en Nuevo León, cuya sede se ubica en el Parque de Investigación e Innovación Tecnología, en Apodaca.
La importancia económica del proyecto es evidente, pero también lo es en el aspecto social y de salud; la doctora Nohemí del Carmen Reyes Vázquez, directora de la Unidad Nuevo León de Ciatej, explica en Investigación y Desarrollo, en noticia de la que se hace eco AlphaGalileo, que los plaguicidas se aplican en diversas etapas del cultivo para la protección contra plagas y durante la periodo post-cosecha a fin de preservar la calidad del fruto.
“La mayor parte de estas sustancias han sido clasificadas por diversos organismos internacionales como posibles cancerígenos para el ser humano; debido a esto se han desarrollado legislaciones que establecen la máxima concentración de plaguicida que puede ser aceptada en el fruto, esto es, límites máximos permitidos o MRLs (Maximum Residues Limits) que garantizan la inocuidad del fruto y que no generarán daño alguno a la salud del consumidor”.
“Analizar un amplio número de plaguicidas en una muestra de fruto a niveles sumamente bajos requiere una fuerte inversión en tecnología analítica y personal altamente calificado, lo cual ha sido la principal limitante en países en desarrollo que carecen de la infraestructura y el capital humano para vigilar sus productos agrícolas destinados a la exportación”, refiere la directora de Ciatej en Nuevo León, cuya sede se ubica en el Parque de Investigación e Innovación Tecnología, en Apodaca.
La investigación
Esta unidad de Ciatej cuenta con infraestructura analítica que permite la detección simultánea de cientos de moléculas de plaguicidas a niveles de microgramos en cualquier matriz alimentaria.
La investigación implementa métodos analíticos para detectar simultáneamente un elevado número de plaguicidas en fruto cítrico a niveles por debajo de lo que marcan las normas internacionales, así como la evaluación muti-residual de plaguicidas en muestras de naranja de huertas en período de cosecha, lo que genera un diagnóstico de la contaminación de plaguicidas en la región citrícola de Nuevo León.
Gracias a esta investigación se han beneficiado a los productores de Nuevo León, para quienes ofrecer cítricos inocuos es una prioridad e introducirse en el mercado extranjero se vislumbra como una opción viable. La región citrícola de Nuevo León comprende los municipios de Montemorelos, General Terán, Allende, Cadereyta y Hualahuises.
Esta unidad de Ciatej cuenta con infraestructura analítica que permite la detección simultánea de cientos de moléculas de plaguicidas a niveles de microgramos en cualquier matriz alimentaria.
La investigación implementa métodos analíticos para detectar simultáneamente un elevado número de plaguicidas en fruto cítrico a niveles por debajo de lo que marcan las normas internacionales, así como la evaluación muti-residual de plaguicidas en muestras de naranja de huertas en período de cosecha, lo que genera un diagnóstico de la contaminación de plaguicidas en la región citrícola de Nuevo León.
Gracias a esta investigación se han beneficiado a los productores de Nuevo León, para quienes ofrecer cítricos inocuos es una prioridad e introducirse en el mercado extranjero se vislumbra como una opción viable. La región citrícola de Nuevo León comprende los municipios de Montemorelos, General Terán, Allende, Cadereyta y Hualahuises.