Más de 350 millones de personas que viven en las ciudades más grandes del mundo se enfrentan a mortales las olas de calor cada año, incluso si se cumplen los objetivos de París para frenar el calentamiento global, según un estudio del que informa la universidad de Maynooth en un comunicado.
En diciembre de 2015, 195 países se comprometieron en París a mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales. Objetivo: reducir los riesgos y los efectos del cambio climático.
Investigadores británicos e irlandeses dicen que, incluso si el aumento de la temperatura global se limita a 2ºC, el 40 por ciento de las 44 megaciudades del mundo se verán afectadas con olas de calor anuales.
Las megaciudades se definen como áreas urbanas con una población de al menos 20 millones de personas. En 2015, miles de personas murieron en Karachi en Pakistán y Calcuta, en la India, como consecuencia de una mortal ola de calor.
En un mundo que sea 2ºC más cálido, estas ciudades podrían experimentar episodios de calor similares cada año, según un estudio publicado en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS).
Los científicos de la Universidad John Moores de Liverpool, de la Universidad de Loughborough en el Reino Unido y de la Universidad de Maynooth, en Irlanda, examinaron los datos de las recientes proyecciones sobre el cambio climático y el crecimiento demográfico. Descubrieron que las personas amenazadas cada año por la escalada de la temperatura superan los 350 millones de personas.
Las ciudades del sur de Asia serán, probablemente, las más acaloradas durante el próximo siglo, pero otras como Lagos en Nigeria y Shanghai en China podrían volver a sufrir episodios graves de calor en los próximos años.
Con un calentamiento global de 2,7ºC, que coincide con los actuales compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, la ciudad más grande del mundo, Tokio, sería la más afectada.
En diciembre de 2015, 195 países se comprometieron en París a mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales. Objetivo: reducir los riesgos y los efectos del cambio climático.
Investigadores británicos e irlandeses dicen que, incluso si el aumento de la temperatura global se limita a 2ºC, el 40 por ciento de las 44 megaciudades del mundo se verán afectadas con olas de calor anuales.
Las megaciudades se definen como áreas urbanas con una población de al menos 20 millones de personas. En 2015, miles de personas murieron en Karachi en Pakistán y Calcuta, en la India, como consecuencia de una mortal ola de calor.
En un mundo que sea 2ºC más cálido, estas ciudades podrían experimentar episodios de calor similares cada año, según un estudio publicado en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS).
Los científicos de la Universidad John Moores de Liverpool, de la Universidad de Loughborough en el Reino Unido y de la Universidad de Maynooth, en Irlanda, examinaron los datos de las recientes proyecciones sobre el cambio climático y el crecimiento demográfico. Descubrieron que las personas amenazadas cada año por la escalada de la temperatura superan los 350 millones de personas.
Las ciudades del sur de Asia serán, probablemente, las más acaloradas durante el próximo siglo, pero otras como Lagos en Nigeria y Shanghai en China podrían volver a sufrir episodios graves de calor en los próximos años.
Con un calentamiento global de 2,7ºC, que coincide con los actuales compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, la ciudad más grande del mundo, Tokio, sería la más afectada.
Estrés térmico global
Los investigadores concluyen que estos grandes aumentos en el estrés térmico global pueden explicarse por dos factores. En primer lugar, por la frecuencia de los temporales peligrosamente cálidos, que aumenta rápidamente, incluso con aumentos relativamente modestos de la temperatura media global del aire. En segundo lugar, porque se espera que la población crezca más rápido en los países de baja latitud, donde se viven climas relativamente calurosos y temperaturas cercanas a los umbrales "peligrosos".
Los científicos realizaron este estudio para explorar hasta qué punto los ambiciosos objetivos de cambio climático acordados en París pueden evitar impactos que podrían ser peligrosos para la sociedad. Sus conclusiones ponen de relieve que, incluso si estos ambiciosos objetivos de mitigación del calentamiento tienen éxito, queda mucho por hacer si la sociedad quiere evitar los peores efectos de estrés térmico causado por el aumento de las temperaturas.
El autor principal, Tom Matthews, explica al respecto: "Limitar el calentamiento global a 2°C es considerado un desafío muy severo para la sociedad global. Sin embargo, nuestro análisis muestra que incluso si tenemos éxito, el estrés térmico global es probable que suba como un riesgo social. Nuestros resultados muestran que en un clima más cálido, por encima de los 2°C, los habitantes de Karachi y Calcuta pueden esperar calores equivalentes al letal 2015 por lo menos una vez al año. Y si vamos a sobrepasar los acuerdos de París, ciudades como Nueva York pueden experimentar estrés por calor en un mundo cálido por encima de los 4ºC".
Conor Murphy, del Departamento de Geografía de la Universidad de Maynooth, añadió: "Estos resultados ponen de relieve cómo el estrés térmico es sensible al cambio climático. Demostramos que, incluso para crecimientos de temperatura moderadas, el impacto global del estrés por calor crecerá considerablemente. Debido a que la respuesta es 'no lineal', por cada fracción de grado que el clima se calienta, el aumento del estrés por calor es cada vez mayor. Eso se traduce en impactos cada vez más graves a nivel mundial si se incumplen los objetivos de París”.
Rob Wilby, de la Universidad de Loughborough, concluye: "Dada la magnitud del desafío que se avecina -aún si limitamos aún más el aumento de las temperaturas- todavía habrá necesidad de intervenciones urgentes para ayudar a gestionar los impactos del clima. La mejora de los sistemas de alerta temprana y el apoyo a los más expuestos a riesgos durante las olas de calor pueden ayudar a reducir los peligros que enfrentan las grandes poblaciones de las ciudades".
Los investigadores concluyen que estos grandes aumentos en el estrés térmico global pueden explicarse por dos factores. En primer lugar, por la frecuencia de los temporales peligrosamente cálidos, que aumenta rápidamente, incluso con aumentos relativamente modestos de la temperatura media global del aire. En segundo lugar, porque se espera que la población crezca más rápido en los países de baja latitud, donde se viven climas relativamente calurosos y temperaturas cercanas a los umbrales "peligrosos".
Los científicos realizaron este estudio para explorar hasta qué punto los ambiciosos objetivos de cambio climático acordados en París pueden evitar impactos que podrían ser peligrosos para la sociedad. Sus conclusiones ponen de relieve que, incluso si estos ambiciosos objetivos de mitigación del calentamiento tienen éxito, queda mucho por hacer si la sociedad quiere evitar los peores efectos de estrés térmico causado por el aumento de las temperaturas.
El autor principal, Tom Matthews, explica al respecto: "Limitar el calentamiento global a 2°C es considerado un desafío muy severo para la sociedad global. Sin embargo, nuestro análisis muestra que incluso si tenemos éxito, el estrés térmico global es probable que suba como un riesgo social. Nuestros resultados muestran que en un clima más cálido, por encima de los 2°C, los habitantes de Karachi y Calcuta pueden esperar calores equivalentes al letal 2015 por lo menos una vez al año. Y si vamos a sobrepasar los acuerdos de París, ciudades como Nueva York pueden experimentar estrés por calor en un mundo cálido por encima de los 4ºC".
Conor Murphy, del Departamento de Geografía de la Universidad de Maynooth, añadió: "Estos resultados ponen de relieve cómo el estrés térmico es sensible al cambio climático. Demostramos que, incluso para crecimientos de temperatura moderadas, el impacto global del estrés por calor crecerá considerablemente. Debido a que la respuesta es 'no lineal', por cada fracción de grado que el clima se calienta, el aumento del estrés por calor es cada vez mayor. Eso se traduce en impactos cada vez más graves a nivel mundial si se incumplen los objetivos de París”.
Rob Wilby, de la Universidad de Loughborough, concluye: "Dada la magnitud del desafío que se avecina -aún si limitamos aún más el aumento de las temperaturas- todavía habrá necesidad de intervenciones urgentes para ayudar a gestionar los impactos del clima. La mejora de los sistemas de alerta temprana y el apoyo a los más expuestos a riesgos durante las olas de calor pueden ayudar a reducir los peligros que enfrentan las grandes poblaciones de las ciudades".
Referencia
Communicating the deadly consequences of global warming for human heat stress. PNAS, DOI: 10.1073/pnas.1617526114
Communicating the deadly consequences of global warming for human heat stress. PNAS, DOI: 10.1073/pnas.1617526114