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Los viajes humanos a Marte conllevarán un conflicto ético

Los riesgos para la salud de los astronautas excederían los límites establecidos para viajes espaciales, señala el Institute of Medicine de Estados Unidos


Viajar a Marte es un sueño que abraza la humanidad desde hace años, especialmente desde que el sueño se está volviendo más realista. La evolución de los programas espaciales de la NASA en esta dirección sigue avanzando. Pero estos traslados entrañan un grave peligro para la salud de los astronautas. Según el Institute of Medicine de EEUU, en este sentido, los viajes a Marte sobrepasarían los límites éticos establecidos actualmente para viajes espaciales de larga duración. ¿Qué hará la NASA si consigue superar los desafíos técnicos para la década de 2030, como prevé? Por Yaiza Martínez.


03/04/2014

Viajar a Marte es un sueño que abraza la humanidad desde hace años, especialmente desde que el sueño se está volviendo más realista.

La evolución de los programas espaciales sigue avanzando. Ha permitido ya, por ejemplo, estancias duraderas en la Estación Espacial Internacional. La Expedición 1 o Expedición Uno fue la primera de ellas. En esta, la tripulación, formada por tres personas, permaneció a bordo de la estación durante 136 días, entre noviembre de 2000 y marzo de 2001, algo más de tres meses. Se calcula que ir a Marte llevaría unos 18 meses, un periodo de tiempo bastante más extenso, pero quizá tecnológicamente abordable.

Sin embargo, hay otro factor en juego, tal vez insuperable: viajar el planeta rojo podría resultar altamente nocivo para la salud de los astronautas.

Ya se ha planteado esta cuestión en diversas ocasiones. El pasado mes de mayo, la revista Science publicaba que las personas que viajaran a Marte absorberían -solo durante el viaje de ida y el de vuelta- una cantidad de radiación más de seis veces mayor a la recomendada en la Tierra durante un año. Este dato fue obtenido por un grupo de científicos a partir de mediciones realizadas por el rover Curiosity.

La investigación de Mars 500, el mayor simulacro de un viaje a Marte, demostró asimismo a principios de 2013 que los astronautas se volverían más sedentarios y “adormecidos”, durante un traslado de estas características.

El destino del hombre

A pesar de todo, la Agencia Espacial estadounidense ha seguido insistiendo en los últimos tiempos. Ha llegado incluso a afirmar que en el "destino del hombre" está escrito enviar seres humanos al planeta Marte.

“El interés en mandar humanos a Marte jamás ha sido mayor”, ha asegurado el administrador general de la NASA, el exastronauta Charles Bolden.

La Agencia calcula que los primeros astronautas pondrán pie en Marte en las dos próximas décadas. Para conseguirlo, está trabajando en un nuevo cohete y una cápsula que deberían permitir llegar a Marte en los primeros años de la década de 2030.

En este contexto, y a pesar de su aparente convicción, la NASA ha pedido una opinión versada. Según publica la revista Physorg, ha solicitado al Institute of Medicine (IOM) estadounidense que defina principios y prácticas éticas que deberían aplicarse a su toma de decisiones para futuras misiones de exploración de larga duración.

En otras palabras, dados los inciertos riesgos que podrían derivarse de la exploración del espacio como nunca antes se ha hecho, la NASA ha pedido al IOM que desarrolle un marco ético para orientar sus decisiones.

Respuesta del IOM

Los expertos del Institute of Medicine han señalado lo siguiente: Enviar humanos a Marte probablemente exponga a éstos a riesgos para la salud que sobrepasan los límites permitidos por la NASA en la actualidad.

Por lo tanto, según el IOM, cualquier exploración de larga duración al espacio profundo requerirá de un nivel especial de escrutinio ético. "Es probable que este tipo de misiones exponga a las tripulaciones a niveles de riesgo conocido que sobrepasan lo permitido por normas actuales de la salud, así como a una serie de peligros no están bien caracterizados, inciertos, y quizás imprevisibles", señala el informe del IOM.

Entre los peligros conocidos estarían las náuseas, la debilidad, la visión borrosa, todos ellos síntomas constatados en viajes espaciales cortos. A largo plazo los peligros son mayores, pues hay riesgo de padecer cáncer inducido por la radiación o pérdida de masa ósea.

La única solución a esta situación, según el propio IOM, sería hacer una excepción a las normas de salud existentes. Pero la NASA tendría que determinar si eso resulta éticamente aceptable.

En todo caso, si se llegan a programar estos viajes, la Agencia debería permitir que los astronautas puedan tomar sus propias decisiones sobre si participar o no, así como elegir misiones que proporcionen beneficios para la sociedad; y buscar un equilibrio favorable entre riesgo y beneficio.

Por otra parte, la NASA también debería garantizar la igualdad de oportunidades en la selección de la tripulación; y proporcionar atención sanitaria de por vida y protección a los astronautas, concluye el informe.

Recreación de una colonia humana en Marte. Fuente: Mars One.
Recreación de una colonia humana en Marte. Fuente: Mars One.
Iniciativas privadas

La distancia entre la Tierra y Marte varía según el movimiento de los planetas alrededor del Sol, de manera que puede llegar a ser de 102 millones de kilómetros y, la más corta, de 59 millones. En función de esa distancia, el viaje podría tardar entre los 18 meses mencionados y los tres años.

Acortar el tiempo del vuelo resultará esencial, no sólo para la salud (a menos tiempo, menor cantidad de radiación recibirían los viajeros) sino también desde un punto de vista técnico. Por ejemplo, cuanto más largo sea el trayecto, más se incrementará la cantidad de suministros para el viaje, y en consecuencia también el tamaño del cohete que los lleva, han explicado los expertos.

En 2004, la NASA destinó una partida de fondos a investigadores de la Universidad de Washington para que estos desarrollasen un sistema de propulsión espacial basado en plasma magnetizado (o mag-beam) que, se supone, elevaría la velocidad de las naves espaciales hasta el equivalente de los 42.000 kilómetros por hora de la escala terrestre. Con este sistema, el viaje a Marte podría hacerse en unos 90 días. En la actualidad, esta investigación la está desarrollando el astronauta costarricense Franklin Chang-Díaz.

En cuanto a la salud, paralelamente, los científicos continúan trabajando en otros factores, como el cultivo de plantas en el espacio o el control nutricional y el ejercicio físico que los astronautas deben seguir para evitar la pérdida de masa muscular y densidad ósea que produce la falta de gravedad.

Entretanto, en los últimos tiempos han aparecido también iniciativas privadas que, muy entusiastas, claman no sólo la proximidad del primer viaje humano a Marte, sino incluso la colonización del planeta rojo. Es el caso del proyecto del multimillonario turista espacial Dennis Tito, que pretende mandar una pareja a Marte en 2018; o el de la compañía holandesa Mars One, decidida a comenzar la colonización del planeta rojo en 2023. En julio de 2013, Mars One comenzó a seleccionar a los voluntarios para hacer un supuesto viaje sin retorno.



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1.Publicado por SergioFarras el 09/07/2014 22:44
Hola ¿Es posible ir a Marte y crear colonias en un futuro a corto plazo? ¿Cómo lo ves? Un placer si deseas dejar tu comentario. Un saludo. Sergio Farras, escritor y articulista de LaVanguardia.com.
http://blogs-lectores.lavanguardia.com/el-tremendismo-de-la-vida/?p=625

2.Publicado por Daniel Jose Rossello el 28/06/2016 18:53
me gustaria formar parte del grupo tripulado a Marte.Que debo presentar ? Espero novedades

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