En 50 años, los veranos en la mayor parte del mundo podrían ser regularmente más calientes que cualquier verano experimentado hasta ahora por las personas vivas, de acuerdo con un estudio realizado por científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de EE.UU.
Si el cambio climático continúa en su trayectoria actual, la probabilidad de que cualquier verano entre 2061 y 2080 sea más caliente que el más cálido registrado es del 80 por ciento, a lo largo de las áreas de tierra del mundo, excluyendo la Antártida, que no se estudió.
Si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sin embargo, la probabilidad se reduce a un 41 por ciento, según el estudio.
"Los veranos extremadamente calientes siempre suponen un reto para la sociedad", dice el científico del NCAR Flavio Lehner, autor principal del estudio, en la información oficial. "Pueden aumentar el riesgo de problemas de salud, pero también pueden dañar los cultivos y profundizar las sequías. Tales veranos son una verdadera prueba de nuestra capacidad de adaptación al aumento de las temperaturas."
El estudio, que está disponible en línea, es parte de un próximo número especial de la revista Climatic Change que se centrará en la cuantificación de los beneficios de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La investigación fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU. (NSF) y la Fundación Nacional de Ciencia de Suiza.
Simulación
El equipo de investigación, que incluye a las científicas del NCAR Clara Deser y Benjamin Sanderson, utilizó dos conjuntos existentes de modelos de simulación para investigar cómo podrían ser los veranos futuros. Ambos se habían creado ejecutando 15 veces el Modelo de Sistema Comunidad Tierra, de NCAR, suponiendo en un caso que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen sin disminuir y en el otro, que la sociedad reduce las emisiones.
El Modelo está financiado por el Departamento de Energía de EE.UU. y por la NSF. Las simulaciones se ejecutan en el sistema de Yellowstone, en el Centro de Supercomputación de NCAR-Wyoming.
Usando simulaciones que se crearon ejecutando el mismo modelo varias veces, con sólo unas pequeñas diferencias en las condiciones iniciales de partida, los científicos pudieron examinar la gama de temperaturas de verano que podríamos esperar en el futuro.
Si el cambio climático continúa en su trayectoria actual, la probabilidad de que cualquier verano entre 2061 y 2080 sea más caliente que el más cálido registrado es del 80 por ciento, a lo largo de las áreas de tierra del mundo, excluyendo la Antártida, que no se estudió.
Si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sin embargo, la probabilidad se reduce a un 41 por ciento, según el estudio.
"Los veranos extremadamente calientes siempre suponen un reto para la sociedad", dice el científico del NCAR Flavio Lehner, autor principal del estudio, en la información oficial. "Pueden aumentar el riesgo de problemas de salud, pero también pueden dañar los cultivos y profundizar las sequías. Tales veranos son una verdadera prueba de nuestra capacidad de adaptación al aumento de las temperaturas."
El estudio, que está disponible en línea, es parte de un próximo número especial de la revista Climatic Change que se centrará en la cuantificación de los beneficios de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La investigación fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU. (NSF) y la Fundación Nacional de Ciencia de Suiza.
Simulación
El equipo de investigación, que incluye a las científicas del NCAR Clara Deser y Benjamin Sanderson, utilizó dos conjuntos existentes de modelos de simulación para investigar cómo podrían ser los veranos futuros. Ambos se habían creado ejecutando 15 veces el Modelo de Sistema Comunidad Tierra, de NCAR, suponiendo en un caso que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen sin disminuir y en el otro, que la sociedad reduce las emisiones.
El Modelo está financiado por el Departamento de Energía de EE.UU. y por la NSF. Las simulaciones se ejecutan en el sistema de Yellowstone, en el Centro de Supercomputación de NCAR-Wyoming.
Usando simulaciones que se crearon ejecutando el mismo modelo varias veces, con sólo unas pequeñas diferencias en las condiciones iniciales de partida, los científicos pudieron examinar la gama de temperaturas de verano que podríamos esperar en el futuro.
Resultados
Los científicos compararon los resultados con las temperaturas veraniegas registradas entre 1920 y 2014, así como con 15 series de temperaturas veraniegas simuladas para el mismo período histórico -haciendo un total de 1.400 veranos-.
Mediante la simulación de veranos pasados los científicos establecieron un amplio rango de temperaturas que podrían haber ocurrido de forma natural en las mismas condiciones, incluyendo las concentraciones de gases de efecto invernadero y las erupciones volcánicas.
Los científicos encontraron que entre 2061 y 2080, los veranos en grandes partes de América del Norte y del Sur, Europa Central, Asia y África tienen una probabilidad superior al 90 por ciento de ser más calientes que cualquier verano del registro histórico si las emisiones continúan igual. Esto significa que prácticamente cada verano sería tan caliente como el más caliente hasta la fecha.
En algunas regiones, la probabilidad de que los veranos sean más calientes que cualquier otro del registro histórico se mantuvo por debajo del 50 por ciento, pero en esos lugares -incluido Alaska, el centro de Estados Unidos, Escandinavia, Siberia y Australia continental- las temperaturas del verano varían mucho de forma natural, lo que hace más difícil detectar el impacto del cambio climático.
Reducir las emisiones reducirían la probabilidad global de que los futuros veranos sean más caliente que cualquier otro del pasado, pero los beneficios no se extenderían uniformemente. En algunas regiones, incluida la costa este de EE.UU. y gran parte de los trópicos, la probabilidad de récord de calor se mantendría por encima del 90 por ciento, incluso si se reducen las emisiones.
Sin embargo, sería una ayuda considerable para otras regiones del mundo. Partes de Brasil, Europa central y el este de China verían una reducción de más de 50 puntos porcentuales en la probabilidad de que los futuros veranos fueran más calientes que el área de distribución histórica. Dado que estas áreas están habitadas densamente, una gran parte de la población mundial se beneficiaría significativamente de la mitigación del cambio climático.
Los científicos compararon los resultados con las temperaturas veraniegas registradas entre 1920 y 2014, así como con 15 series de temperaturas veraniegas simuladas para el mismo período histórico -haciendo un total de 1.400 veranos-.
Mediante la simulación de veranos pasados los científicos establecieron un amplio rango de temperaturas que podrían haber ocurrido de forma natural en las mismas condiciones, incluyendo las concentraciones de gases de efecto invernadero y las erupciones volcánicas.
Los científicos encontraron que entre 2061 y 2080, los veranos en grandes partes de América del Norte y del Sur, Europa Central, Asia y África tienen una probabilidad superior al 90 por ciento de ser más calientes que cualquier verano del registro histórico si las emisiones continúan igual. Esto significa que prácticamente cada verano sería tan caliente como el más caliente hasta la fecha.
En algunas regiones, la probabilidad de que los veranos sean más calientes que cualquier otro del registro histórico se mantuvo por debajo del 50 por ciento, pero en esos lugares -incluido Alaska, el centro de Estados Unidos, Escandinavia, Siberia y Australia continental- las temperaturas del verano varían mucho de forma natural, lo que hace más difícil detectar el impacto del cambio climático.
Reducir las emisiones reducirían la probabilidad global de que los futuros veranos sean más caliente que cualquier otro del pasado, pero los beneficios no se extenderían uniformemente. En algunas regiones, incluida la costa este de EE.UU. y gran parte de los trópicos, la probabilidad de récord de calor se mantendría por encima del 90 por ciento, incluso si se reducen las emisiones.
Sin embargo, sería una ayuda considerable para otras regiones del mundo. Partes de Brasil, Europa central y el este de China verían una reducción de más de 50 puntos porcentuales en la probabilidad de que los futuros veranos fueran más calientes que el área de distribución histórica. Dado que estas áreas están habitadas densamente, una gran parte de la población mundial se beneficiaría significativamente de la mitigación del cambio climático.
Referencia bibliográfica:
Flavio Lehner, Clara Deser, Benjamin M. Sanderson: Future risk of record-breaking summer temperatures and its mitigation. Climatic Change (2016). DOI: 10.1007/s10584-016-1616-2.
Flavio Lehner, Clara Deser, Benjamin M. Sanderson: Future risk of record-breaking summer temperatures and its mitigation. Climatic Change (2016). DOI: 10.1007/s10584-016-1616-2.