Imagen: John Consoli. Fuente: Universidad de Maryland.
Aunque los teléfonos móviles se usan para conectar unas personas con otras, también pueden reducir las conductas prosociales.
Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por especialistas de la Escuela de Negocios Robert H. Smith de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, en el que se analizó el efecto de los móviles en el comportamiento prosocial de los usuarios.
Las profesoras de marketing de dicha universidad, Anastasiya Pocheptsova y Rosellina Ferraro, ayudadas por un estudiante llamado, Ajay T. Abraham, llevaron a cabo una serie de experimentos con grupos de usuarios de teléfonos móviles, para determinar el efecto de estos dispositivos en la prosociablidad humana.
Efecto casi inmediato
En el estudio, se definió como conducta prosocial el comportamiento destinado a beneficiar a otras personas o a la sociedad como un todo.
Este tipo de conducta entraña acciones como ayudar, compartir, donar, cooperar u ofrecerse como voluntario, que son motivadas por la empatía y por la preocupación por el bienestar o los derechos de otros. Estudios realizados sugieren que la prosociabilidad resulta clave para el bienestar de los grupos sociales.
Según publica la Universidad de Maryland en un comunicado, en los experimentos realizados con usuarios de móviles, las investigadoras constataron que, tras un breve periodo de tiempo de uso de estos dispositivos, los participantes en el estudio se mostraron menos dispuestos que otros participantes de un grupo de control a ofrecerse como voluntarios para un servicio a la comunidad, cuando éste les fue planteado.
Además, los voluntarios que usaron los teléfonos fueron también menos perseverantes a la hora de resolver una serie de problemas presentados por las investigadoras, a pesar de que sabían que sus respuestas se traducirían en una donación monetaria a la beneficencia.
Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por especialistas de la Escuela de Negocios Robert H. Smith de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, en el que se analizó el efecto de los móviles en el comportamiento prosocial de los usuarios.
Las profesoras de marketing de dicha universidad, Anastasiya Pocheptsova y Rosellina Ferraro, ayudadas por un estudiante llamado, Ajay T. Abraham, llevaron a cabo una serie de experimentos con grupos de usuarios de teléfonos móviles, para determinar el efecto de estos dispositivos en la prosociablidad humana.
Efecto casi inmediato
En el estudio, se definió como conducta prosocial el comportamiento destinado a beneficiar a otras personas o a la sociedad como un todo.
Este tipo de conducta entraña acciones como ayudar, compartir, donar, cooperar u ofrecerse como voluntario, que son motivadas por la empatía y por la preocupación por el bienestar o los derechos de otros. Estudios realizados sugieren que la prosociabilidad resulta clave para el bienestar de los grupos sociales.
Según publica la Universidad de Maryland en un comunicado, en los experimentos realizados con usuarios de móviles, las investigadoras constataron que, tras un breve periodo de tiempo de uso de estos dispositivos, los participantes en el estudio se mostraron menos dispuestos que otros participantes de un grupo de control a ofrecerse como voluntarios para un servicio a la comunidad, cuando éste les fue planteado.
Además, los voluntarios que usaron los teléfonos fueron también menos perseverantes a la hora de resolver una serie de problemas presentados por las investigadoras, a pesar de que sabían que sus respuestas se traducirían en una donación monetaria a la beneficencia.
Anastasiya Pocheptsova. Fuente: Universidad de Maryland.
La atención reducida hacia otros también fue constatada cuando a los participantes simplemente se les pidió que pintaran un dibujo de sus teléfonos móviles y que pensaran sobre el uso que le daban a estos dispositivos.
Importantes implicaciones sociales
En la investigación participaron grupos individuales de estudiantes universitarios, tanto varones como mujeres, todos ellos veinteañeros.
Sin embargo, Ferraro cree que “cabría esperar efectos con un patrón similar en grupos de personas de otras edades. Dada la creciente presencia de los teléfonos móviles (en la sociedad) este efecto presenta el potencial de conllevar implicaciones sociales importantes”.
Las autoras citan estudios previos que explican la causa que se encuentra en la raíz de sus hallazgos. Afirman que el teléfono móvil evoca en los usuarios, de manera directa, el sentimiento de estar conectados con otros y, por tanto, colma la necesidad humana básica de pertenencia.
Como consecuencia, provoca una reducción inmediata del deseo humano natural de conectar con otros individuos o de implicarse en un comportamiento prosocial o empático.
En una de las fases del estudio, las investigadoras compararon a los participantes en el experimento de los móviles con los usuarios de la red social Facebook. Las autoras descubrieron que los participantes se sentían más conectados a otros a través de sus teléfonos móviles que a través de sus cuentas de Facebook.
Por otro lado, las TICs aumentan la sociabilidad
Los resultados de la investigación de Ferraro y Pocheptsova sugieren, por tanto, que la empatía se ve reducida como consecuencia del uso de los móviles. Otros aspectos del comportamiento social humano, por el contrario, parecen salir beneficiados, tanto del uso de móviles como de otras TICs.
Al menos esto es lo que reveló en 2009 una encuesta realizada el Pew Internet and American Life Proyect a más de 2.500 adultos estadounidenses.
Las respuestas de los participantes revelaron que ni Internet ni los teléfonos móviles condicionan negativamente la vida social de los individuos sino que estarían relacionados con el aumento de la diversidad de las redes sociales y con el desarrollo de actividades sociales beneficiosas.
Importantes implicaciones sociales
En la investigación participaron grupos individuales de estudiantes universitarios, tanto varones como mujeres, todos ellos veinteañeros.
Sin embargo, Ferraro cree que “cabría esperar efectos con un patrón similar en grupos de personas de otras edades. Dada la creciente presencia de los teléfonos móviles (en la sociedad) este efecto presenta el potencial de conllevar implicaciones sociales importantes”.
Las autoras citan estudios previos que explican la causa que se encuentra en la raíz de sus hallazgos. Afirman que el teléfono móvil evoca en los usuarios, de manera directa, el sentimiento de estar conectados con otros y, por tanto, colma la necesidad humana básica de pertenencia.
Como consecuencia, provoca una reducción inmediata del deseo humano natural de conectar con otros individuos o de implicarse en un comportamiento prosocial o empático.
En una de las fases del estudio, las investigadoras compararon a los participantes en el experimento de los móviles con los usuarios de la red social Facebook. Las autoras descubrieron que los participantes se sentían más conectados a otros a través de sus teléfonos móviles que a través de sus cuentas de Facebook.
Por otro lado, las TICs aumentan la sociabilidad
Los resultados de la investigación de Ferraro y Pocheptsova sugieren, por tanto, que la empatía se ve reducida como consecuencia del uso de los móviles. Otros aspectos del comportamiento social humano, por el contrario, parecen salir beneficiados, tanto del uso de móviles como de otras TICs.
Al menos esto es lo que reveló en 2009 una encuesta realizada el Pew Internet and American Life Proyect a más de 2.500 adultos estadounidenses.
Las respuestas de los participantes revelaron que ni Internet ni los teléfonos móviles condicionan negativamente la vida social de los individuos sino que estarían relacionados con el aumento de la diversidad de las redes sociales y con el desarrollo de actividades sociales beneficiosas.