El primer chip que permite a los teléfonos móviles funcionar en cualquier parte del mundo, navegar sobre la mayor parte de las redes inalámbricas, transformarse en sistema de posicionamiento por satélite o en un televisor en miniatura, estará en el mercado este año y en 2005 Siemens probablemente tenga disponibles los primeros aparatos con esta tecnología, según fuentes de la compañía.
Este chip se basa en la tecnología “software-defined radio” (SDR) y puede definirse como el sistema que permite la comunicación inalámbrica de múltiples aparatos y aplicaciones. Se llama también radio configurable o radio inteligente. Esta tecnología utiliza microchips generalistas capaces de pasar de un estándar a otro escogiendo en cada momento el programa adecuado.
Un teléfono móvil que tuviera esta tecnología podría en consecuencia acceder a cualquiera de las redes que existen en el mundo. Serviría tanto para los diferentes ejércitos, que en la actualidad utilizan protocolos separados, así como para los servicios de urgencia (policía, ambulancias, hospitales), cuyos sistemas de radio son incompatibles entre sí.
El chip SDR puede adaptarse también a las nuevas normas de la telefonía sin hilos, únicamente cargando un programa adecuado. Toda una revolución que multiplica las capacidades de estos minúsculos aparatos.
Ondas de radio comunes
Para comprender la importancia y el alcance de esta tecnología hay que tener en cuenta que las telecomunicaciones actuales se realizan en gran medida merced a las ondas de radio, que es el denominador común de casi todas ellas.
Por ejemplo, el televisor, el walkie-talkie, el teléfono móvil, el sistema de posicionamiento por satélite o la tarjeta Wi-Fi para un ordenador portátil, son máquinas capaces de captar o emitir ondas electromagnéticas y de decodificar las informaciones que transportan.
Estas funciones las cumplen gracias a chips electrónicos especializados, programados cada uno de ellos para gestionar una única gama de frecuencias según un estándar bien preciso.
Esta programación segmentada de los chips utilizados en cada uno de estos aparatos es la que impide que podamos ver la televisión por el móvil o que un walkie-talkie nos señale nuestra posición geográfica con la ayuda de un satélite, o que un bombero pueda comunicarse con la policía.
Ruptura tecnológica
La tecnología SDR viene a romper con estas limitaciones porque fabrica radios flexibles capaces de adaptarse a las diferentes frecuencias y estándares mediante la incorporación del programa adecuado, conectando entre sí a cada uno de los aparatos que usan ondas de radio para emitir o recibir información.
La utilidad de la SDR aumenta a medida que se multiplican los estándares de telecomunicaciones. Por ejemplo, la telefonía móvil tiene tres normas diferentes de segunda generación (GSM, Cdma y Tdma), dos normas 2,5G (Gprs, Edge) y tres normas 3G (el W-Cdma europeo, el Cdma americano y el TD-Cdma chino, todas ellas incompatibles entre sí.
A ellas hay que añadir el Bluetooth, una norma abierta que posibilita la conexión inalámbrica de corto alcance de voz y datos entre ordenadores de escritorio y portátiles, agendas digitales personales, teléfonos móviles, impresoras, escáneres, cámaras digitales e incluso dispositivos domésticos.
También hay que tener en cuenta la norma Wi-Fi (abreviatura de Wireless Fidelity), que permite la creación de redes de trabajo sin cables (conocidas como WLAN, Wireless Local Area Netwoks). Hay además otras normas en el horizonte, como la 4G o el Wimax.
La tecnología SDR hasta ahora ha estado limitada a los laboratorios de investigación, pero la industria está interesada en desarrollarla para que sea accesible al gran público, particularmente por lo que respecta al precio y al consumo de energía.
Milagro Sandbridge
El primer microchip SDR que es compatible con la mayor parte de los estándares de telefonía móvil de segunda y tercera generación, así como con Bluetooth, Wi-Fi y el sistema de localización por satélite GPS, ha sido fabricado por la empresa norteamericana Sandbridge. Este microchip SDR se llama Sandblaster.
El Sandblaster consume poco más que los chips actuales especializados y no es el único en perspectiva, ya que otras empresas, como Intel, están en el empeño de ofertar sus propuestas en muy poco tiempo.
La tecnología SDR en cualquier caso es todavía muy nueva y por lo tanto susceptible de recibir el impulso de sucesivas innovaciones potencialmente capaces de mejorar sus prestaciones, por lo que su real implantación puede tardar todavía unos cinco años, según algunos expertos.
El ejército de Estados Unidos, el más interesado en aplicar esta tecnología para poder comunicar entre sí a la Marina, al Ejército y la Aviación, está desarrollando un programa SDR que tardará 15 años en implantarse.
Una experiencia que, probablemente, da la medida de tiempo necesaria para que la sociedad se beneficie de esta nueva revolución tecnológica en el campo de las telecomunicaciones.
Este chip se basa en la tecnología “software-defined radio” (SDR) y puede definirse como el sistema que permite la comunicación inalámbrica de múltiples aparatos y aplicaciones. Se llama también radio configurable o radio inteligente. Esta tecnología utiliza microchips generalistas capaces de pasar de un estándar a otro escogiendo en cada momento el programa adecuado.
Un teléfono móvil que tuviera esta tecnología podría en consecuencia acceder a cualquiera de las redes que existen en el mundo. Serviría tanto para los diferentes ejércitos, que en la actualidad utilizan protocolos separados, así como para los servicios de urgencia (policía, ambulancias, hospitales), cuyos sistemas de radio son incompatibles entre sí.
El chip SDR puede adaptarse también a las nuevas normas de la telefonía sin hilos, únicamente cargando un programa adecuado. Toda una revolución que multiplica las capacidades de estos minúsculos aparatos.
Ondas de radio comunes
Para comprender la importancia y el alcance de esta tecnología hay que tener en cuenta que las telecomunicaciones actuales se realizan en gran medida merced a las ondas de radio, que es el denominador común de casi todas ellas.
Por ejemplo, el televisor, el walkie-talkie, el teléfono móvil, el sistema de posicionamiento por satélite o la tarjeta Wi-Fi para un ordenador portátil, son máquinas capaces de captar o emitir ondas electromagnéticas y de decodificar las informaciones que transportan.
Estas funciones las cumplen gracias a chips electrónicos especializados, programados cada uno de ellos para gestionar una única gama de frecuencias según un estándar bien preciso.
Esta programación segmentada de los chips utilizados en cada uno de estos aparatos es la que impide que podamos ver la televisión por el móvil o que un walkie-talkie nos señale nuestra posición geográfica con la ayuda de un satélite, o que un bombero pueda comunicarse con la policía.
Ruptura tecnológica
La tecnología SDR viene a romper con estas limitaciones porque fabrica radios flexibles capaces de adaptarse a las diferentes frecuencias y estándares mediante la incorporación del programa adecuado, conectando entre sí a cada uno de los aparatos que usan ondas de radio para emitir o recibir información.
La utilidad de la SDR aumenta a medida que se multiplican los estándares de telecomunicaciones. Por ejemplo, la telefonía móvil tiene tres normas diferentes de segunda generación (GSM, Cdma y Tdma), dos normas 2,5G (Gprs, Edge) y tres normas 3G (el W-Cdma europeo, el Cdma americano y el TD-Cdma chino, todas ellas incompatibles entre sí.
A ellas hay que añadir el Bluetooth, una norma abierta que posibilita la conexión inalámbrica de corto alcance de voz y datos entre ordenadores de escritorio y portátiles, agendas digitales personales, teléfonos móviles, impresoras, escáneres, cámaras digitales e incluso dispositivos domésticos.
También hay que tener en cuenta la norma Wi-Fi (abreviatura de Wireless Fidelity), que permite la creación de redes de trabajo sin cables (conocidas como WLAN, Wireless Local Area Netwoks). Hay además otras normas en el horizonte, como la 4G o el Wimax.
La tecnología SDR hasta ahora ha estado limitada a los laboratorios de investigación, pero la industria está interesada en desarrollarla para que sea accesible al gran público, particularmente por lo que respecta al precio y al consumo de energía.
Milagro Sandbridge
El primer microchip SDR que es compatible con la mayor parte de los estándares de telefonía móvil de segunda y tercera generación, así como con Bluetooth, Wi-Fi y el sistema de localización por satélite GPS, ha sido fabricado por la empresa norteamericana Sandbridge. Este microchip SDR se llama Sandblaster.
El Sandblaster consume poco más que los chips actuales especializados y no es el único en perspectiva, ya que otras empresas, como Intel, están en el empeño de ofertar sus propuestas en muy poco tiempo.
La tecnología SDR en cualquier caso es todavía muy nueva y por lo tanto susceptible de recibir el impulso de sucesivas innovaciones potencialmente capaces de mejorar sus prestaciones, por lo que su real implantación puede tardar todavía unos cinco años, según algunos expertos.
El ejército de Estados Unidos, el más interesado en aplicar esta tecnología para poder comunicar entre sí a la Marina, al Ejército y la Aviación, está desarrollando un programa SDR que tardará 15 años en implantarse.
Una experiencia que, probablemente, da la medida de tiempo necesaria para que la sociedad se beneficie de esta nueva revolución tecnológica en el campo de las telecomunicaciones.