O’Collegian
Nos consideramos buenas personas, tolerantes y abiertos. Creemos que aceptamos a todo el mundo como es y que no hacemos diferencias porque otra persona sea de otra etnia, raza o estatus social. Pero no es así. Nuestra conciencia nos dicta unos sentimientos y, sin embargo, nuestro inconsciente se rige por otros gustos y preferencias.
Un sencillo test denominado Prueba de Asociación Implícita (IAT son sus siglas en inglés) publicado en Internet ha abierto el debate. Creado por los investigadores y psicólogos Brian Nosek, de la universidad de Virginia, Mahzarin R. Banaji, de la universidad de Harvard, y Tony Greenwald, de la universidad de Washington, su finalidad es medir las actitudes inconscientes que se esconden en lo más profundo de nuestra mente.
Tres millones de personas han hecho ya esta prueba, cuyos resultados han sido muy aireados en los últimos tiempos, por sus supuestas implicaciones morales. Por ejemplo, se ha descubierto que tres cuartas partes de los blancos y de los asiáticos estadounidenses que han hecho el test muestran una tendencia inconsciente a valorar más a los blancos que a los negros.
Asimismo, la mitad de los encuestados negros también valoraron más a los blancos. Muchas personas que completaron la prueba prefirieron implícitamente más a los jóvenes que a los ancianos, así como favorecieron inconscientemente a los hombres frente a las mujeres.
Valores ocultos
De esta investigación se desprende que las personas no conocemos tan bien los estereotipos y actitudes sociales que realmente albergamos bajo la capa visible de nuestra conciencia. Realizar el test sorprende: se rechaza la homosexualidad, se cree que los obesos son “malos” y se relaciona más al hombre que a la mujer con el pensamiento científico. Por fuera, sin embargo, creemos que estamos libres de cualquier tipo de prejuicio.
La prueba resalta así que existen “valores ocultos” que están más profundamente arraigados de lo que nos pensamos, y cuyo origen es social. Estos valores permanecen “a la sombra”, pero una sencilla prueba los pone de relieve.
Los resultados han provocado un gran revuelo en Estados Unidos, donde algunos psicólogos resaltan su importancia, mientras otros señalan que los valores ocultos realmente no implican que se desarrolle un tipo u otro de comportamiento en contra de los negros, ancianos, mujeres u obesos.
La web oficial del IAT permite probar las preferencias individuales en más de 90 temas, como mascotas, política, deporte, música o etnias. Sin embargo, el test de las razas ha sido el que más ha llamado la atención.
¿Datos fiables?
En el test de las razas se puede comprobar que la mayoría de la gente relaciona con mayor facilidad (se mide por la rapidez de las respuestas) palabras positivas con fotos de blancos, y palabras de significación negativa con fotos de negros, de lo que se infiere un sustrato cultural de escasa valoración social de estos últimos.
Por supuesto, esta constatación no gusta a nadie. Sin embargo, los datos obtenidos podrían tener cierta base. De hecho, se ha demostrado que aquellas personas que suelen describirse en el cuestionario inicial a sí mismas como “neutras” ante una persona de color pero que, por el contrario, luego suelen demostrar prejuicios implícitos hacia los negros mayores que otros participantes, tienen una mayor tendencia a ser antipáticos o desagradables con los negros, según se demostró experimentalmente.
Esta comprobación, sin embargo, aún no ha sido demasiado estudiada, por lo que no se pueden extraer todavía conclusiones definitivas acerca de si las medidas resultantes del IAT pueden tener o no efectos en los comportamientos de nuestra vida diaria. Ciertas puntuaciones señalan que los prejuicios raciales pueden ser completamente inconscientes y que, por lo tanto, no conllevarían un efecto notable en nuestras actitudes.
Un experimento publicado por la revista Journal of Experimental Social Psychology y realizado por un grupo de investigadores, ha demostrado que existe una correspondencia entre las asociaciones inconscientes del IAT y los comportamientos.
Se reveló que una serie de participantes que aportaron información personal que no coincidía con sus actitudes, realmente tenían comportamientos afectados por sus resultados en la Prueba de Asociación Implícita.
Todo ello apunta a que, a pesar de lo que pensemos de nosotros mismos, existe una red inconsciente de valores que condiciona lo que creemos de los demás, y que esas creencias pueden salir a la luz en determinadas situaciones.
Un sencillo test denominado Prueba de Asociación Implícita (IAT son sus siglas en inglés) publicado en Internet ha abierto el debate. Creado por los investigadores y psicólogos Brian Nosek, de la universidad de Virginia, Mahzarin R. Banaji, de la universidad de Harvard, y Tony Greenwald, de la universidad de Washington, su finalidad es medir las actitudes inconscientes que se esconden en lo más profundo de nuestra mente.
Tres millones de personas han hecho ya esta prueba, cuyos resultados han sido muy aireados en los últimos tiempos, por sus supuestas implicaciones morales. Por ejemplo, se ha descubierto que tres cuartas partes de los blancos y de los asiáticos estadounidenses que han hecho el test muestran una tendencia inconsciente a valorar más a los blancos que a los negros.
Asimismo, la mitad de los encuestados negros también valoraron más a los blancos. Muchas personas que completaron la prueba prefirieron implícitamente más a los jóvenes que a los ancianos, así como favorecieron inconscientemente a los hombres frente a las mujeres.
Valores ocultos
De esta investigación se desprende que las personas no conocemos tan bien los estereotipos y actitudes sociales que realmente albergamos bajo la capa visible de nuestra conciencia. Realizar el test sorprende: se rechaza la homosexualidad, se cree que los obesos son “malos” y se relaciona más al hombre que a la mujer con el pensamiento científico. Por fuera, sin embargo, creemos que estamos libres de cualquier tipo de prejuicio.
La prueba resalta así que existen “valores ocultos” que están más profundamente arraigados de lo que nos pensamos, y cuyo origen es social. Estos valores permanecen “a la sombra”, pero una sencilla prueba los pone de relieve.
Los resultados han provocado un gran revuelo en Estados Unidos, donde algunos psicólogos resaltan su importancia, mientras otros señalan que los valores ocultos realmente no implican que se desarrolle un tipo u otro de comportamiento en contra de los negros, ancianos, mujeres u obesos.
La web oficial del IAT permite probar las preferencias individuales en más de 90 temas, como mascotas, política, deporte, música o etnias. Sin embargo, el test de las razas ha sido el que más ha llamado la atención.
¿Datos fiables?
En el test de las razas se puede comprobar que la mayoría de la gente relaciona con mayor facilidad (se mide por la rapidez de las respuestas) palabras positivas con fotos de blancos, y palabras de significación negativa con fotos de negros, de lo que se infiere un sustrato cultural de escasa valoración social de estos últimos.
Por supuesto, esta constatación no gusta a nadie. Sin embargo, los datos obtenidos podrían tener cierta base. De hecho, se ha demostrado que aquellas personas que suelen describirse en el cuestionario inicial a sí mismas como “neutras” ante una persona de color pero que, por el contrario, luego suelen demostrar prejuicios implícitos hacia los negros mayores que otros participantes, tienen una mayor tendencia a ser antipáticos o desagradables con los negros, según se demostró experimentalmente.
Esta comprobación, sin embargo, aún no ha sido demasiado estudiada, por lo que no se pueden extraer todavía conclusiones definitivas acerca de si las medidas resultantes del IAT pueden tener o no efectos en los comportamientos de nuestra vida diaria. Ciertas puntuaciones señalan que los prejuicios raciales pueden ser completamente inconscientes y que, por lo tanto, no conllevarían un efecto notable en nuestras actitudes.
Un experimento publicado por la revista Journal of Experimental Social Psychology y realizado por un grupo de investigadores, ha demostrado que existe una correspondencia entre las asociaciones inconscientes del IAT y los comportamientos.
Se reveló que una serie de participantes que aportaron información personal que no coincidía con sus actitudes, realmente tenían comportamientos afectados por sus resultados en la Prueba de Asociación Implícita.
Todo ello apunta a que, a pesar de lo que pensemos de nosotros mismos, existe una red inconsciente de valores que condiciona lo que creemos de los demás, y que esas creencias pueden salir a la luz en determinadas situaciones.