Un estudio realizado por la Universidad de Texas con 43 legumbres sugiere que los valores nutritivos de la fruta y la verdura se han reducido en las últimas décadas como consecuencia de las manipulaciones llevadas a cabo por los agricultores con el fin de aumentar ciertas características de sus productos.
El estudio, cuyos resultados han sido difundidos en un comunicado de esta Universidad, fue diseñado con el fin de investigar los efectos de los métodos de la agricultura moderna en los nutrientes contenidos en los alimentos. Los investigadores eligieron productos de huerta, mayoritariamente vegetales, aunque también estudiaron melones y fresas. Los datos nutricionales que se han tenido en cuenta para el estudio correspondían a 1950 y a 1999. Las legumbres y frutas fueron comparadas tanto individualmente como en grupo.
Balance de variaciones
El estudio, basado en los datos históricos acumulados por el Departamento Nacional de Agricultura norteamericano, ha sido publicado en el número de diciembre del Journal of the American College of Nutrition. Fue dirigido por el Dr. Donald Davis, del Insituto Bioquímico de la universidad, en el Departamento de Química y Bioquímica, y los Drs. Melvin Epp y Hugo Riordan, del Bio-Communications Research Institute en Wichita.
Según Davis, establecer cambios en el contenido nutricional en el intervalo de los últimos 50 años ha sido todo un reto. Los investigadores tuvieron que hacer balance de las variaciones de humedad que afectaban a las medidas de los nutrientes, teniendo en cuenta que existía la posibilidad de que las técnicas analíticas en sí mismas pudiesen afectar a los resultados en el caso de algunos nutrientes.
Davis señala que es mucho más fiable la observación de los cambios en un grupo que en un alimento concreto, debido a la ambigüedad de los valores de los datos tomados en 1950 y 1999. Por lo tanto, se ha concluido que, en conjunto, seis nutrientes de 13 han constatado su disminución entre 1950 y 1999.
Estos nutrientes incluyen las proteínas, el calcio, el fósforo, el hierro, la riboflavina, el ácido ascórbico o la vitamina C. Las partes observadas han perdido desde un 6% en el caso de las proteínas a un 38% en el de la riboflavina.
Una segunda revolución verde
Esta reducción es debida a las nuevas variedades de plantas que han sido modificadas para mejorar su resistencia o su crecimiento. Durante este periodo, recuerdan los investigadores, se han hecho intensos esfuerzos para crear nuevas variedades más resistentes a las plagas, a la sequía y, sobretodo, más productivas, en el marco de lo que se ha llamado “la revolución verde”. El problema, demuestran sus datos, es que aunque las plantas crecen más rápido que hace medio siglo, no tienen la capacidad de absorber o de producir los nutrientes a la misma velocidad acelerada.
Davis señala que, quizá, haya habido otras pérdidas en nutrientes que no han sido estudiados como consecuencia de la ausencia de datos de ellos de 1950: magnesio, zinc, vitamina B-6, vitamina E y fibra, por no hablar de la presencia de productos químicos en las legumbres y frutas.
Los resultados de este estudio, concluyen los investigadores, señalan la necesidad de hacer investigaciones más intensas acerca de otros grupos de alimentos importantes como la carne, la leche y los huevos, para poder evaluar verdaderamente el impacto en ellas de las técnicas agrícolas modernas.
Sobre todo teniendo en cuenta la llegada de los organismos genéticamente modificados y de la ingeniería genética, que supondrán una nueva revolución agrícola que podría tener también un impacto sobre el valor nutritivo de los alimentos de nuestra dieta.
El estudio, cuyos resultados han sido difundidos en un comunicado de esta Universidad, fue diseñado con el fin de investigar los efectos de los métodos de la agricultura moderna en los nutrientes contenidos en los alimentos. Los investigadores eligieron productos de huerta, mayoritariamente vegetales, aunque también estudiaron melones y fresas. Los datos nutricionales que se han tenido en cuenta para el estudio correspondían a 1950 y a 1999. Las legumbres y frutas fueron comparadas tanto individualmente como en grupo.
Balance de variaciones
El estudio, basado en los datos históricos acumulados por el Departamento Nacional de Agricultura norteamericano, ha sido publicado en el número de diciembre del Journal of the American College of Nutrition. Fue dirigido por el Dr. Donald Davis, del Insituto Bioquímico de la universidad, en el Departamento de Química y Bioquímica, y los Drs. Melvin Epp y Hugo Riordan, del Bio-Communications Research Institute en Wichita.
Según Davis, establecer cambios en el contenido nutricional en el intervalo de los últimos 50 años ha sido todo un reto. Los investigadores tuvieron que hacer balance de las variaciones de humedad que afectaban a las medidas de los nutrientes, teniendo en cuenta que existía la posibilidad de que las técnicas analíticas en sí mismas pudiesen afectar a los resultados en el caso de algunos nutrientes.
Davis señala que es mucho más fiable la observación de los cambios en un grupo que en un alimento concreto, debido a la ambigüedad de los valores de los datos tomados en 1950 y 1999. Por lo tanto, se ha concluido que, en conjunto, seis nutrientes de 13 han constatado su disminución entre 1950 y 1999.
Estos nutrientes incluyen las proteínas, el calcio, el fósforo, el hierro, la riboflavina, el ácido ascórbico o la vitamina C. Las partes observadas han perdido desde un 6% en el caso de las proteínas a un 38% en el de la riboflavina.
Una segunda revolución verde
Esta reducción es debida a las nuevas variedades de plantas que han sido modificadas para mejorar su resistencia o su crecimiento. Durante este periodo, recuerdan los investigadores, se han hecho intensos esfuerzos para crear nuevas variedades más resistentes a las plagas, a la sequía y, sobretodo, más productivas, en el marco de lo que se ha llamado “la revolución verde”. El problema, demuestran sus datos, es que aunque las plantas crecen más rápido que hace medio siglo, no tienen la capacidad de absorber o de producir los nutrientes a la misma velocidad acelerada.
Davis señala que, quizá, haya habido otras pérdidas en nutrientes que no han sido estudiados como consecuencia de la ausencia de datos de ellos de 1950: magnesio, zinc, vitamina B-6, vitamina E y fibra, por no hablar de la presencia de productos químicos en las legumbres y frutas.
Los resultados de este estudio, concluyen los investigadores, señalan la necesidad de hacer investigaciones más intensas acerca de otros grupos de alimentos importantes como la carne, la leche y los huevos, para poder evaluar verdaderamente el impacto en ellas de las técnicas agrícolas modernas.
Sobre todo teniendo en cuenta la llegada de los organismos genéticamente modificados y de la ingeniería genética, que supondrán una nueva revolución agrícola que podría tener también un impacto sobre el valor nutritivo de los alimentos de nuestra dieta.