Los niños pequeños aprenden mucho más rápido que los simios debido a que imitan a sus congéneres, ha descubierto un estudio realizado con 105 niños de dos años y medio, 106 chimpancés y 32 orangutanes, cuyos resultados publica la revista Science.
Tal como explica la AAAS en un comunicado, el estudio, realizado por Esther Herrmann y sus colegas del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en la ciudad alemana de Leipzig, enfatiza la importancia de la inteligencia social.
“Comparamos tres especies para determinar qué habilidades y destrezas son claramente humanas”, explicó Esther Herrmann del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology en Leipzig, Alemania, y autora principal del artículo de investigación.
Para los autores de la investigación, los niños están más dotados que otras especies para las relaciones sociales y es esta aptitud la que marca la diferencia entre la capacidad de aprendizaje de los humanos y la de los grandes simios.
La comunicación es la base
El experimento puso de manifiesto que cuando se trata de buscar un recipiente que oculta comida, los niños no son mejores que los simios. Más bien en esta actividad los chimpancés se muestran más hábiles que los niños.
Sin embargo, cuando la comunicación con los directores del experimento es necesaria para cumplir una misión, por ejemplo seguir su mirada para encontrar un objeto, o sencillamente imitar uno de sus gestos, los niños superan en habilidad a los simios.
Para los investigadores, los niños tienen más facultades para aprender del otro, mirándole e imitándole, si bien el hecho de la proximidad entre niños e investigadores, que pertenecen a la misma especie, puede haber influido en los resultados, reconocen los autores.
Los investigadores alemanes se proponen aplicar los mismos tests a otras especies, como bonobos y gorilas, con la finalidad de perfilar la evolución de sus actitudes cognitivas.
Metodología del experimento
En uno de los experimentos, un investigador mostró cómo abrir una caja y sacar de ella un alimento o un juguete escondido. Los niños observaron la acción y la imitaron. En cambio, los chimpancés y orangutanes no lo hicieron, sino que intentaron destruir el tubo o sacar su contenido con los dientes.
En otros experimentos, los especialistas comprobaron que los niños, a diferencia de los simios, podían captar la comunicación no verbal, por ejemplo la gestual. Los científicos escondieron un objeto debajo de uno de los vasos y lo señalaron con la mano. Los niños reconocían esa señal y hallaron el juguete escondido.
En cambio, cuando se trataba de habilidades físicas, como por ejemplo el empleo de herramientas, los chimpancés y orangutanes eran igual de buenos o mejores que los niños. Estos monos lograban capturar con un palo alimento que se encontraba lejos. Sin embargo, los niños tenían problemas para alcanzar un juguete que no estaba a su alcance con alguna herramienta.
También en otro experimento los monos superaron a los niños. En este caso, los expertos escondieron golosinas debajo de uno de tres vasos y los cambiaron de lugar. Los chimpancés hallaron los dulces con más frecuencia que los niños. “Esto no lo hubiésemos esperado”, dijo Herrmann.
Ventajas de los simios
Los chimpancés hallaron más rápidamente alimentos escondidos, sumaron mejor pequeñas cifras y utilizaron con más frecuencia herramientas. Sin embargo, los seres humanos pueden recuperar rápidamente estas deficiencias a través del aprendizaje.
“Debido a que aprendemos de otros, copiamos comportamientos y los imitamos, podemos ser más inteligentes y más rápidos que los monos”, dijo el director del proyecto Michael Tomasello, quien presume que un hombre en una isla desierta, que viva solo y sin cultura, se quedaría siempre en el nivel de los monos, ya que no podría aprender de nadie.
Herrmann explicó: “A través del aprendizaje social, los niños pequeños pueden apropiarse con más facilidad nuevas capacidades, al imitar lo que se les enseña. Sin estas habilidades, no tendrían un desarrollo mucho mayor que los monos”.
Esta es la primera prueba exhaustiva que compara las habilidades sociales y físicas de niños, chimpancés y orangutanes, explicó Herrmann, añadiendo que estos hallazgos proveen una importante comprensión de la evolución de la cognición humana.
Inteligencia social
Los hallazgos apoyan la hipótesis de la inteligencia social, que sugiere que los humanos tienen habilidades cognoscitivas sociales características para interactuar en grupos culturales, dijo Herrmann.
Una hipótesis alternativa sugiere que los humanos difieren de los simios de manera uniforme en tareas físicas y sociales cognoscitivas porque tienen una inteligencia general mayor.
Aproximadamente 230 sujetos –chimpancés, orangutanes y niños de 2 años y medio— fueron comparados utilizando una serie de pruebas y encontraron que todos estaban más o menos igual en las aptitudes cognoscitivas físicas de espacio, cantidades y causalidad.
En las habilidades sociales de comunicación, aprendizaje social y aptitudes de teoría de la mente, los niños respondieron correctamente en aproximadamente 74 por ciento de las pruebas, mientras que las dos especies de simios respondieron acertadamente sólo un 33 por ciento del tiempo.
Los humanos difieren de sus parientes los grandes simios porque los cerebros humanos son alrededor de tres veces el tamaño de aquel de los parientes primates más cercanos y los humanos cuentan con un lenguaje, matemáticas simbólicas y razonamiento científico.
“Las aptitudes cognoscitivas sociales son críticas para el aprendizaje”, dijo Herrmann. Los niños son mucho mejores que los simios para entender comunicaciones no verbales, imitar la solución de otro a un problema y el comprender las intenciones de otros”, dijo.
Tal como explica la AAAS en un comunicado, el estudio, realizado por Esther Herrmann y sus colegas del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en la ciudad alemana de Leipzig, enfatiza la importancia de la inteligencia social.
“Comparamos tres especies para determinar qué habilidades y destrezas son claramente humanas”, explicó Esther Herrmann del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology en Leipzig, Alemania, y autora principal del artículo de investigación.
Para los autores de la investigación, los niños están más dotados que otras especies para las relaciones sociales y es esta aptitud la que marca la diferencia entre la capacidad de aprendizaje de los humanos y la de los grandes simios.
La comunicación es la base
El experimento puso de manifiesto que cuando se trata de buscar un recipiente que oculta comida, los niños no son mejores que los simios. Más bien en esta actividad los chimpancés se muestran más hábiles que los niños.
Sin embargo, cuando la comunicación con los directores del experimento es necesaria para cumplir una misión, por ejemplo seguir su mirada para encontrar un objeto, o sencillamente imitar uno de sus gestos, los niños superan en habilidad a los simios.
Para los investigadores, los niños tienen más facultades para aprender del otro, mirándole e imitándole, si bien el hecho de la proximidad entre niños e investigadores, que pertenecen a la misma especie, puede haber influido en los resultados, reconocen los autores.
Los investigadores alemanes se proponen aplicar los mismos tests a otras especies, como bonobos y gorilas, con la finalidad de perfilar la evolución de sus actitudes cognitivas.
Metodología del experimento
En uno de los experimentos, un investigador mostró cómo abrir una caja y sacar de ella un alimento o un juguete escondido. Los niños observaron la acción y la imitaron. En cambio, los chimpancés y orangutanes no lo hicieron, sino que intentaron destruir el tubo o sacar su contenido con los dientes.
En otros experimentos, los especialistas comprobaron que los niños, a diferencia de los simios, podían captar la comunicación no verbal, por ejemplo la gestual. Los científicos escondieron un objeto debajo de uno de los vasos y lo señalaron con la mano. Los niños reconocían esa señal y hallaron el juguete escondido.
En cambio, cuando se trataba de habilidades físicas, como por ejemplo el empleo de herramientas, los chimpancés y orangutanes eran igual de buenos o mejores que los niños. Estos monos lograban capturar con un palo alimento que se encontraba lejos. Sin embargo, los niños tenían problemas para alcanzar un juguete que no estaba a su alcance con alguna herramienta.
También en otro experimento los monos superaron a los niños. En este caso, los expertos escondieron golosinas debajo de uno de tres vasos y los cambiaron de lugar. Los chimpancés hallaron los dulces con más frecuencia que los niños. “Esto no lo hubiésemos esperado”, dijo Herrmann.
Ventajas de los simios
Los chimpancés hallaron más rápidamente alimentos escondidos, sumaron mejor pequeñas cifras y utilizaron con más frecuencia herramientas. Sin embargo, los seres humanos pueden recuperar rápidamente estas deficiencias a través del aprendizaje.
“Debido a que aprendemos de otros, copiamos comportamientos y los imitamos, podemos ser más inteligentes y más rápidos que los monos”, dijo el director del proyecto Michael Tomasello, quien presume que un hombre en una isla desierta, que viva solo y sin cultura, se quedaría siempre en el nivel de los monos, ya que no podría aprender de nadie.
Herrmann explicó: “A través del aprendizaje social, los niños pequeños pueden apropiarse con más facilidad nuevas capacidades, al imitar lo que se les enseña. Sin estas habilidades, no tendrían un desarrollo mucho mayor que los monos”.
Esta es la primera prueba exhaustiva que compara las habilidades sociales y físicas de niños, chimpancés y orangutanes, explicó Herrmann, añadiendo que estos hallazgos proveen una importante comprensión de la evolución de la cognición humana.
Inteligencia social
Los hallazgos apoyan la hipótesis de la inteligencia social, que sugiere que los humanos tienen habilidades cognoscitivas sociales características para interactuar en grupos culturales, dijo Herrmann.
Una hipótesis alternativa sugiere que los humanos difieren de los simios de manera uniforme en tareas físicas y sociales cognoscitivas porque tienen una inteligencia general mayor.
Aproximadamente 230 sujetos –chimpancés, orangutanes y niños de 2 años y medio— fueron comparados utilizando una serie de pruebas y encontraron que todos estaban más o menos igual en las aptitudes cognoscitivas físicas de espacio, cantidades y causalidad.
En las habilidades sociales de comunicación, aprendizaje social y aptitudes de teoría de la mente, los niños respondieron correctamente en aproximadamente 74 por ciento de las pruebas, mientras que las dos especies de simios respondieron acertadamente sólo un 33 por ciento del tiempo.
Los humanos difieren de sus parientes los grandes simios porque los cerebros humanos son alrededor de tres veces el tamaño de aquel de los parientes primates más cercanos y los humanos cuentan con un lenguaje, matemáticas simbólicas y razonamiento científico.
“Las aptitudes cognoscitivas sociales son críticas para el aprendizaje”, dijo Herrmann. Los niños son mucho mejores que los simios para entender comunicaciones no verbales, imitar la solución de otro a un problema y el comprender las intenciones de otros”, dijo.