Imagen: Design. Photoxpress.
Se suele creer que las aspiraciones humanas al liderazgo tienen su origen en el deseo de dominar a otros y en el anhelo de poder. Sin embargo, una investigación reciente ha revelado que muchas personas pueden liderar y lideran por un interés altruista: ayudar a otros e impulsar la coordinación.
Aunque el presente estudio no niega que algunos individuos pretendan liderar con el fin de ganar estatus y capacidad de dominio, los resultados obtenidos en él contradicen las teorías tradicionales sobre el liderazgo, y desafían las hipótesis principales sobre los motivos y la personalidad de los líderes.
Comportamiento pro-social
Hasta ahora, la mayoría de los biólogos evolutivos y de los psicólogos han considerado el liderazgo como el resultado de una competición por el estatus, de una pelea en la que los aspirantes a líderes compiten por el derecho a dominar y a explotar a los demás.
Estas hipótesis presuponen, por tanto, que los líderes tienen una personalidad egoísta, y que deben ser muy ególatras. En el estudio que nos ocupa, en cambio, se han revelado aspectos muy diferentes de los individuos que lideran.
El estudio fue desarrollado por los investigadores Edward Cartwright (de la Universidad de Kent, en el Reino Unido ), Joris Gillet (de la Universidad de Osnabrueck, en Alemania), y Mark van Vugt www.professormarkvanvugt.com/ (de la Universidad VU, de Amsterdam), e incluyó una serie de experimentos que se desarrollaron en la Universidad de Kent.
Los experimentos se basaron en dos juegos de coordinación económica, en los que participaron grupos de cuatro personas. A través de estos juegos, los científicos analizaron los rasgos de personalidad de los individuos que ejercieron como líderes. De esta forma, se pudo constatar que estos individuos tendían más a ser pro-sociales que a ser egoístas, informa la Universidad de Kent en un comunicado.
Aunque el presente estudio no niega que algunos individuos pretendan liderar con el fin de ganar estatus y capacidad de dominio, los resultados obtenidos en él contradicen las teorías tradicionales sobre el liderazgo, y desafían las hipótesis principales sobre los motivos y la personalidad de los líderes.
Comportamiento pro-social
Hasta ahora, la mayoría de los biólogos evolutivos y de los psicólogos han considerado el liderazgo como el resultado de una competición por el estatus, de una pelea en la que los aspirantes a líderes compiten por el derecho a dominar y a explotar a los demás.
Estas hipótesis presuponen, por tanto, que los líderes tienen una personalidad egoísta, y que deben ser muy ególatras. En el estudio que nos ocupa, en cambio, se han revelado aspectos muy diferentes de los individuos que lideran.
El estudio fue desarrollado por los investigadores Edward Cartwright (de la Universidad de Kent, en el Reino Unido ), Joris Gillet (de la Universidad de Osnabrueck, en Alemania), y Mark van Vugt www.professormarkvanvugt.com/ (de la Universidad VU, de Amsterdam), e incluyó una serie de experimentos que se desarrollaron en la Universidad de Kent.
Los experimentos se basaron en dos juegos de coordinación económica, en los que participaron grupos de cuatro personas. A través de estos juegos, los científicos analizaron los rasgos de personalidad de los individuos que ejercieron como líderes. De esta forma, se pudo constatar que estos individuos tendían más a ser pro-sociales que a ser egoístas, informa la Universidad de Kent en un comunicado.
Voluntad de sacrificio
Por otro lado, aquéllos que habían elegido liderar ganaron menos dinero en el juego que los participantes que eligieron ser seguidores: los líderes tendieron más a sacrificar sus propias ganancias a favor de las ganancias de los otros, aseguran los investigadores.
Por ultimo, los participantes más sociales eligieron más a menudo ser líderes que los participantes egoístas, y no se encontró relación entre el comportamiento de liderazgo y el interés personal por dominar, según explican los científicos en un artículo aparecido en la revista Personality and Individual Differences.
Según Cartwright, los resultados obtenidos sugieren que el liderazgo es una forma de ayudar a la gente, y de impulsar la coordinación y la cooperación entre otras personas. Esto conlleva una visión mucho más positiva del liderazgo, en comparación con la que hasta ahora se tenía.
Los propios investigadores se quedaron sorprendidos de la claridad de los datos recopilados en ambos juegos: cada aspecto estudiado redundó en la idea de que los líderes son individuos generosos, y no todo lo contrario.
Esto no significa que los líderes no hayan abusado de su poder una vez logrado éste, de hecho, muchos lo han hecho. Pero por cada dictador habría un líder mucho más cercano al ideal de líder: servicial, inspirador, honrado, asegura por su parte Mark Van Vugt.
Liderazgo beneficioso
En un libro publicado en 2004 por diversos especialistas en el estudio del liderazgo, bajo el título de “The Nature of Lidership”, se detallan otros aspectos del liderazgo revelados por estudios de los últimos años, algunos de los cuales también contradicen la idea tradicional sobre los líderes.
Por ejemplo, experimentos realizados en laboratorio por el propio Van Vugt y sus colaboradores demostraron en 2009 que los grupos humanos con líderes funcionaban mucho mejor que los grupos sin líderes.
En definitiva, todas estas investigaciones redundarían en la idea de que el liderazgo emergió en las sociedades humanas por resultar beneficioso para éstas, es decir, que sería un fenómeno con un origen evolutivo.
Por eso, la elección de nuestros líderes aún conserva restos de nuestro pasado evolutivo y el liderazgo humano aún comparte características del liderazgo de otras especies, aunque haya ido evolucionando, tal y como explicaron el año pasado científicos del Reino Unido en la revista Current Biology.
Por otro lado, aquéllos que habían elegido liderar ganaron menos dinero en el juego que los participantes que eligieron ser seguidores: los líderes tendieron más a sacrificar sus propias ganancias a favor de las ganancias de los otros, aseguran los investigadores.
Por ultimo, los participantes más sociales eligieron más a menudo ser líderes que los participantes egoístas, y no se encontró relación entre el comportamiento de liderazgo y el interés personal por dominar, según explican los científicos en un artículo aparecido en la revista Personality and Individual Differences.
Según Cartwright, los resultados obtenidos sugieren que el liderazgo es una forma de ayudar a la gente, y de impulsar la coordinación y la cooperación entre otras personas. Esto conlleva una visión mucho más positiva del liderazgo, en comparación con la que hasta ahora se tenía.
Los propios investigadores se quedaron sorprendidos de la claridad de los datos recopilados en ambos juegos: cada aspecto estudiado redundó en la idea de que los líderes son individuos generosos, y no todo lo contrario.
Esto no significa que los líderes no hayan abusado de su poder una vez logrado éste, de hecho, muchos lo han hecho. Pero por cada dictador habría un líder mucho más cercano al ideal de líder: servicial, inspirador, honrado, asegura por su parte Mark Van Vugt.
Liderazgo beneficioso
En un libro publicado en 2004 por diversos especialistas en el estudio del liderazgo, bajo el título de “The Nature of Lidership”, se detallan otros aspectos del liderazgo revelados por estudios de los últimos años, algunos de los cuales también contradicen la idea tradicional sobre los líderes.
Por ejemplo, experimentos realizados en laboratorio por el propio Van Vugt y sus colaboradores demostraron en 2009 que los grupos humanos con líderes funcionaban mucho mejor que los grupos sin líderes.
En definitiva, todas estas investigaciones redundarían en la idea de que el liderazgo emergió en las sociedades humanas por resultar beneficioso para éstas, es decir, que sería un fenómeno con un origen evolutivo.
Por eso, la elección de nuestros líderes aún conserva restos de nuestro pasado evolutivo y el liderazgo humano aún comparte características del liderazgo de otras especies, aunque haya ido evolucionando, tal y como explicaron el año pasado científicos del Reino Unido en la revista Current Biology.