Con tres décadas de datos de más de 475.000 personas, un nuevo estudio sobre el narcisismo realizado en la Universidad de Buffalo (Nueva York, EE:UU.) revela que los hombres, en promedio, son más narcisistas que las mujeres.
Publicado en la revista Psychological Bulletin, el estudio recopila 31 años de investigación sobre el narcisismo y revela que los hombres obtienen de forma sistemática notas más altas en narcisismo a lo largo de múltiples generaciones, y sin importar la edad.
"El narcisismo está relacionado con diversas disfunciones interpersonales, incluyendo la incapacidad de mantener relaciones saludables a largo plazo, el comportamiento poco ético y la agresión", señala en la información de la universidad la autora principal Emily Grijalva, profesora ayudante de organización y recursos humanos en la Escuela de Administración de Empresas.
"Al mismo tiempo, el narcisismo aumenta la autoestima, la estabilidad emocional y la tendencia a emerger como un líder", explica. "Examinando las diferencias de género en el narcisismo, puede que seamos capaces de explicarlas."
Los investigadores examinaron más de 355 artículos de revistas, tesis, manuscritos y manuales técnicos, y estudiaron las diferencias de género en los tres aspectos del narcisismo: liderazgo/autoridad, ostentación/exhibicionismo y la titularidad, es decir, el sentirse con derecho a ciertos privilegios.
Encontraron la mayor brecha en este último, lo que sugiere que los hombres son más propensos que las mujeres a explotar a los demás y sentirse con derecho a privilegios.
La segunda mayor diferencia estuvo en el liderazgo/autoridad. "En comparación con las mujeres, los hombres muestran más firmeza y deseo de poder", dice Grijalva. "Pero no hubo diferencia en el aspecto del exhibicionismo, es decir, que ambos sexos son igualmente propensos a mostrar vanidad."
Publicado en la revista Psychological Bulletin, el estudio recopila 31 años de investigación sobre el narcisismo y revela que los hombres obtienen de forma sistemática notas más altas en narcisismo a lo largo de múltiples generaciones, y sin importar la edad.
"El narcisismo está relacionado con diversas disfunciones interpersonales, incluyendo la incapacidad de mantener relaciones saludables a largo plazo, el comportamiento poco ético y la agresión", señala en la información de la universidad la autora principal Emily Grijalva, profesora ayudante de organización y recursos humanos en la Escuela de Administración de Empresas.
"Al mismo tiempo, el narcisismo aumenta la autoestima, la estabilidad emocional y la tendencia a emerger como un líder", explica. "Examinando las diferencias de género en el narcisismo, puede que seamos capaces de explicarlas."
Los investigadores examinaron más de 355 artículos de revistas, tesis, manuscritos y manuales técnicos, y estudiaron las diferencias de género en los tres aspectos del narcisismo: liderazgo/autoridad, ostentación/exhibicionismo y la titularidad, es decir, el sentirse con derecho a ciertos privilegios.
Encontraron la mayor brecha en este último, lo que sugiere que los hombres son más propensos que las mujeres a explotar a los demás y sentirse con derecho a privilegios.
La segunda mayor diferencia estuvo en el liderazgo/autoridad. "En comparación con las mujeres, los hombres muestran más firmeza y deseo de poder", dice Grijalva. "Pero no hubo diferencia en el aspecto del exhibicionismo, es decir, que ambos sexos son igualmente propensos a mostrar vanidad."
Edad
Además, el estudio analizó datos de estudiantes universitarios entre 1990 y 2013, y no encontró pruebas de que ninguno de los dos géneros se haya vuelto más narcisista con el tiempo.
La investigación ha demostrado que las diferencias de personalidad, como el narcisismo, pueden surgir de los estereotipos y las expectativas de género que se han arraigado en el tiempo. Los autores especulan que la persistente falta de mujeres en puestos de liderazgo de alto nivel puede provenir en parte de la disparidad entre los estereotipos de la feminidad y el liderazgo.
"Las personas tienden a observar y aprender los roles de género desde una edad temprana, y pueden encontrarse con rechazo si se desvían de las expectativas de la sociedad", explica Grijalva. "En particular, las mujeres suelen recibir duras críticas si son enérgicas o muestran autoridad, lo que presiona a las mujeres, más que a los hombres, para que repriman las manifestaciones de comportamiento narcisista."
Futuras investigaciones podrían analizar más a fondo los factores sociales, culturales o biológicos que contribuyen a estas diferencias de género.
Además, el estudio analizó datos de estudiantes universitarios entre 1990 y 2013, y no encontró pruebas de que ninguno de los dos géneros se haya vuelto más narcisista con el tiempo.
La investigación ha demostrado que las diferencias de personalidad, como el narcisismo, pueden surgir de los estereotipos y las expectativas de género que se han arraigado en el tiempo. Los autores especulan que la persistente falta de mujeres en puestos de liderazgo de alto nivel puede provenir en parte de la disparidad entre los estereotipos de la feminidad y el liderazgo.
"Las personas tienden a observar y aprender los roles de género desde una edad temprana, y pueden encontrarse con rechazo si se desvían de las expectativas de la sociedad", explica Grijalva. "En particular, las mujeres suelen recibir duras críticas si son enérgicas o muestran autoridad, lo que presiona a las mujeres, más que a los hombres, para que repriman las manifestaciones de comportamiento narcisista."
Futuras investigaciones podrían analizar más a fondo los factores sociales, culturales o biológicos que contribuyen a estas diferencias de género.
Referencia bibliográfica:
Emily Grijalva, Daniel A. Newman, Louis Tay, M. Brent Donnellan, P. D. Harms, Richard W. Robins, Taiyi Yan. Gender differences in narcissism: A meta-analytic review. Psychological Bulletin (2015). DOI: 10.1037/a0038231.
Emily Grijalva, Daniel A. Newman, Louis Tay, M. Brent Donnellan, P. D. Harms, Richard W. Robins, Taiyi Yan. Gender differences in narcissism: A meta-analytic review. Psychological Bulletin (2015). DOI: 10.1037/a0038231.