Unas estructuras pilosas que los delfines pierden al crecer dejan igualmente una serie de hoyos en los ejemplares adultos: estos les permiten percibir la electricidad con suficiente sensibilidad como para ayudarlos a pescar o navegar por el océano. Este electrosentido no es tan preciso como el de los tiburones, pero alcanza para que los delfines desarrollen una suerte de “mapa magnético”, que les permite orientarse en la inmensidad del océano.
Fuente : https://www.levante-emv.com/tendencias21/2023/12/0...
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