Imagen: atp_tyreseus. Fuente: Flickr.
Cuando los miembros de un coro cantan juntos sus corazones se coordinan y comienzan a latir al unísono. El ritmo cardiaco aumenta o disminuye simultáneamente siguiendo la música.
Esto es lo que han observado científicos de Suecia, cuyos hallazgos han aparecido detallados en un artículo de Frontiers of Neuroscience.
El estudio forma parte del proyecto “Partitura del cuerpo” que analiza cómo la música afecta al cuerpo y la salud en términos puramente biológicos, y cuyo objetivo es descubrir posibles aplicaciones de la música en medicina preventiva o rehabilitación, informa SINC.
"Cantar regula la actividad del nervio vago, que está implicado en nuestra vida emocional y nuestra comunicación con otros”, explica Björn Vickhoff autor del estudio. Este nervio va desde el tronco del encéfalo al corazón y con la canción se activa rítmicamente.
Voluntad colectiva
El ritmo cardiaco aumenta durante la inhalación y se reduce al expirar, cuando se activa el nervio vago que ralentiza al corazón. Este proceso, según los autores, es más marcado en jóvenes y gente en buena condición física.
“Nuestra hipótesis es que la canción regula la respiración, ya que se exhala durante las frases y se inhala entre ellas”, explica el investigador.
Los investigadores creen que la música podría ayudar a reducir el dolor, la ansiedad antes de una operación o aumentar su motivación por la rehabilitación.
Cantar en conjunto es una expresión de voluntad colectiva según los autores. “Solo hace falta pensar en los estadios de fútbol, canciones de trabajo, himnos, procesiones en festivales, coros religiosos o desfiles militares. Las investigaciones muestran que rituales sincronizados contribuyen a la solidaridad del grupo”, explica Vickhoff.
Esto es lo que han observado científicos de Suecia, cuyos hallazgos han aparecido detallados en un artículo de Frontiers of Neuroscience.
El estudio forma parte del proyecto “Partitura del cuerpo” que analiza cómo la música afecta al cuerpo y la salud en términos puramente biológicos, y cuyo objetivo es descubrir posibles aplicaciones de la música en medicina preventiva o rehabilitación, informa SINC.
"Cantar regula la actividad del nervio vago, que está implicado en nuestra vida emocional y nuestra comunicación con otros”, explica Björn Vickhoff autor del estudio. Este nervio va desde el tronco del encéfalo al corazón y con la canción se activa rítmicamente.
Voluntad colectiva
El ritmo cardiaco aumenta durante la inhalación y se reduce al expirar, cuando se activa el nervio vago que ralentiza al corazón. Este proceso, según los autores, es más marcado en jóvenes y gente en buena condición física.
“Nuestra hipótesis es que la canción regula la respiración, ya que se exhala durante las frases y se inhala entre ellas”, explica el investigador.
Los investigadores creen que la música podría ayudar a reducir el dolor, la ansiedad antes de una operación o aumentar su motivación por la rehabilitación.
Cantar en conjunto es una expresión de voluntad colectiva según los autores. “Solo hace falta pensar en los estadios de fútbol, canciones de trabajo, himnos, procesiones en festivales, coros religiosos o desfiles militares. Las investigaciones muestran que rituales sincronizados contribuyen a la solidaridad del grupo”, explica Vickhoff.
La música también sincroniza los cerebros
Y también provocarían una sincronización fisiológia, según se desprende de un estudio previo, en este caso realizado por científicos de la Universidad de Dinamarca, en el que se constató que los rituales pueden provocar una sincronización del ritmo cardiaco de sus protagonistas y de sus espectadores.
Los resultados obtenidos por Vickhoff y sus colaboradores guardan relación con los arrojados por otra investigación sobre el cerebro de los músicos, cuando éstos interpretan piezas conjuntas.
Según este otro estudio, llevado a cabo por investigadores del Instituto Max Planck de Alemania, cuando los músicos tocan con otros músicos la actividad de las ondas cerebrales de todos ellos se sincronizan.
La causa de esta sincronización radicaría en que la coordinación musical hace emerger pequeñas redes en los cerebros y entre los cerebros, que posibilitan la alineación temporal de acciones.
Y también provocarían una sincronización fisiológia, según se desprende de un estudio previo, en este caso realizado por científicos de la Universidad de Dinamarca, en el que se constató que los rituales pueden provocar una sincronización del ritmo cardiaco de sus protagonistas y de sus espectadores.
Los resultados obtenidos por Vickhoff y sus colaboradores guardan relación con los arrojados por otra investigación sobre el cerebro de los músicos, cuando éstos interpretan piezas conjuntas.
Según este otro estudio, llevado a cabo por investigadores del Instituto Max Planck de Alemania, cuando los músicos tocan con otros músicos la actividad de las ondas cerebrales de todos ellos se sincronizan.
La causa de esta sincronización radicaría en que la coordinación musical hace emerger pequeñas redes en los cerebros y entre los cerebros, que posibilitan la alineación temporal de acciones.
Referencia bibliográfica:
Björn Vickhoff, Helge Malmgren, Rickard Åström, Gunnar Nyberg, Seth-Reino Ekström, Mathias Engwall, Johan Snygg,Michael Nilsson and Rebecka Jörnsten. Music structure determines heart rate variability of singers. Frontiers in Neuroscience (2013). DOI: 10.3389/fpsyg.2013.00334/abstract.
Björn Vickhoff, Helge Malmgren, Rickard Åström, Gunnar Nyberg, Seth-Reino Ekström, Mathias Engwall, Johan Snygg,Michael Nilsson and Rebecka Jörnsten. Music structure determines heart rate variability of singers. Frontiers in Neuroscience (2013). DOI: 10.3389/fpsyg.2013.00334/abstract.