Un estudio reciente de los datos genealógicos franco-canadienses de los siglos XVII y XVIII ha demostrado que la selección natural desempeñó un papel fundamental en el crecimiento económico y el avance tecnológico previos a la industrialización.
La investigación, llevada a cabo en Estados Unidos por el profesor de Economía Oded Galor y el académico del Centro de Estudios y Capacitación sobre Población de la Universidad Brown, Marc Klemp, aporta pruebas que apoyan su propia teoría, formulada hace 17 años. En ella, defendían la hipótesis de que durante la era preindustrial, la selección natural de las personas genéticamente predispuestas a tener menos hijos contribuyeron a estimular la industrialización y el crecimiento económico sostenido.
"Los datos sugieren que, con el tiempo, la naturaleza seleccionó a individuos que tenían una predisposición a invertir en sus hijos", explica Galor en un comunicado. "Esto contribuyó a la transición de una época de estancamiento a una era de crecimiento económico sostenido".
Menos hijos, más recursos para cada uno
Antes de que comenzara la Revolución industrial en América del Norte a mediados de la década de 1700, la humanidad vivía en lo que Galor llama la época maltusiana. Durante miles de años, la humanidad tuvo una predisposición hacia la alta fertilidad.
El estudio de Galor y Kemp muestra que el patrón comenzó a cambiar en la era preindustrial, cuando aquellos con niveles más moderados de fecundidad comenzaron a obtener una ventaja evolutiva. A comienzos de la Revolución Industrial, su ventaja había crecido tanto que la población de alta fecundidad se convirtió en minoría, mientras que aquellos con fecundidad moderada comenzaron a dominar a la población.
Galor sostiene que este cambio creó condiciones ideales para el crecimiento económico durante la Revolución Industrial. A medida que la evolución comenzó a favorecer a las familias que eran menos fértiles y, por lo tanto, tenían menos hijos, esas familias tenían más recursos para dedicar a cada niño. Los niños que provenían de estas familias adquirieron más educación, un rasgo importante en una era que exigía una mayor capacidad cognitiva y creatividad para los avances tecnológicos.
La población se fue educando gradualmente, creando un "circuito de retroalimentación positiva" entre la educación y la tecnología y generando un crecimiento económico sostenido.
Ahora las pruebas respaldan la hipótesis de 2002. "Demostramos que aunque una mayor fecundidad maximiza el número de hijos sobrevivientes que alguien tendría después de una generación, la fecundidad moderada, y por lo tanto una mayor predisposición hacia la calidad del niño, generó un mayor éxito reproductivo a largo plazo y fue seleccionada por la naturaleza en el período preindustrial”, explica Galor.
Estudios genealógicos
Para llegar a su conclusión, los investigadores optaron por centrarse en un extenso registro genealógico de casi medio millón de personas en un área particular de Quebec (Canadá), donde casi todos los nacimientos, matrimonios y muertes se inscribieron en registros parroquiales católicos entre 1608 y 1800.
Centrándose en los cambios en la fecundidad o predisposición de las familias hacia la fertilidad, descubrieron que en esos siglos, aquellos que fueron capaces de concebir un hijo poco después del matrimonio (una medida de fecundidad), tuvieron más hijos sobrevivientes.
Sin embargo, el estudio descubrió que aquellos que concibieron meses después del matrimonio (una medida de fecundidad más moderada), tuvieron menos hijos pero un mayor número de descendientes sobrevivientes en las generaciones futuras, lo que les dio la ventaja evolutiva. Los investigadores también hallaron pruebas de que la población que estudió se volvió cada vez menos predispuesta a una alta fertilidad en el transcurso de esos dos siglos.
Los datos de este estudio reflejan los resultados preliminares de otro análisis que Galor y Klemp realizaron utilizando registros en Gran Bretaña entre 1541 y 1871. Según Galor, esto sugiere que el fenómeno puede haberse extendido más allá de Quebec y Gran Bretaña, como lo postuló en 2002.
"Mi esperanza", apunta Galor, "es que este estudio estimule un mayor interés en explorar el papel de los procesos evolutivos en el desarrollo económico".
Referencia
Human genealogy reveals a selective advantage to moderate fecundity. O. Galor, M. Klemp. Nature Ecology & Evolution, 1 April 2019. DOI: https://doi.org/10.1038/s41559-019-0846-x.