Eduardo Rojas Briales, Responsable Forestal de FAO. © XXIII IUFRO World Congress
Seúl, Corea del Sur.
Yeray Martínez Montesdeoca (Enviado Especial)
Cerca de 2.700 participantes de más de 90 países han participado en el XXIII Congreso Mundial de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO por sus siglas en inglés) celebrado en Seúl la semana pasada. Durante 6 días se han desarrollado 170 sesiones en las que se han presentado más de 1.900 trabajos de investigación en campos como el cambio climático, biodiversidad y uso sostenible del bosque, bosques, comunidad y culturas o bosques, salud y seguridad ambiental.
El asunto más importante que está llevando los bosques a la primera escena mundial es el papel que éstos juegan frente al cambio global: los bosques son un gran almacén de CO2 y la deforestación y degradación son responsables, hoy día, de una quinta parte de las emisiones mundiales. Esta cifra es más que la de todo el sector mundial del transporte.
El reconocimiento de esta relevancia fue la única victoria ambiental tangible surgida de la Cumbre sobre Cambio Climático (COP 15) celebrada en Copenhague en diciembre de 2009, con la creación de incentivos a la conservación de los bosques a través del mecanismo REDD+ (Reducción de Emisiones debidas a la Deforestación y Degradación de los Bosques).
Tal es así que un mes más tarde el Fondo Monetario Internacional anunció la creación de un fondo de inversión de más 100.000 millones de dólares a destinar en estos proyectos.
Pero los bosques pueden ayudar en la lucha contra el cambio climático no sólo mediante la conservación de las áreas forestales que existen. También el uso sostenible de productos del bosque para la construcción o la producción de energía, contribuye a reducir las emisiones al sustituir otras fuentes de mayores tasas de emisión (acero, hormigón, plásticos).
El responsable Forestal de FAO, Eduardo Rojas, afirmó que un uso adecuado de los recursos forestales podría llevarnos a recuperar los niveles de CO2 atmosféricos de la era preindustrial en sólo 100 o 150 años.
Una gran oportunidad, una solución compleja
Las inversiones en REDD+ suponen una gran oportunidad para la mejora de los bosques del mundo, pero ésta no es una solución sencilla.
Por un lado abre la puerta a un gran número de sinergias. Conservar los bosques y evitar su degradación es también una buena noticia para la biodiversidad. Los bosques son uno de los lugares dónde más variedad de especies habitan.
Además, estas inversiones son una oportunidad para la mejora de las condiciones de vida de los países en vías de desarrollo. Es en ellos dónde se concentran las mayores tasas de deforestación y degradación.
Pero por otro lado, que esas inversiones consigan los resultados deseados conlleva que las personas que viven en y de los bosques sean beneficiarios directos de esas inversiones. Este hecho ha sido ampliamente contrastado por la ciencia forestal.
Así lo afirmaron en las sesiones plenarias del congreso Frances Seymour y José Joaquín Campos, directores de los centros de investigación forestal de relevancia mundial CIFOR y CATIE.
Reducir la deforestación requiere de la participación activa de las comunidades asociadas a ellos, la regulación de los derechos sobre la tierra, la mejora de las condiciones de gobernanza, la integración de los actores y escalas locales, regionales y nacionales y el manejo de los recursos a escala de paisaje. En definitiva, requiere un enfoque sistémico.
Generar los mecanismos que hagan posible esta vinculación entre las necesidades mundiales para con los bosques y las comunidades que los habitan y aprovechan requiere del desarrollo de proyectos complejos. Inversiones con un elevado coste de transacción. Y, como afirmó José Joaquín Campos, “no hay alternativa al enfoque sistémico”.
Por su parte los grupos indígenas observan REDD+ con desconfianza y recelo pues ven en este interés económico por los bosques una nueva amenaza a su soberanía sobre los recursos que manejan desde tiempos inmemoriales.
Bosques para la mitigación, pero también para la adaptación
Además, los bosques también han de afrontar los efectos del cambio global. Los cambios en las condiciones climáticas producirán variaciones en las especies que conforman los bosques, quizás demasiado rápidos para posibilitar su adaptación. Y la previsión del incremento de los eventos adversos, que parece confirmarse, también conllevará efectos significativos: incendios o daños por vendavales, episodios de sequía e inundaciones.
La adaptación de los bosques a estos cambios es crucial para mantener los servicios que prestan y, por tanto, al bienestar de las comunidades vinculadas a ellos.
Yeray Martínez Montesdeoca (Enviado Especial)
Cerca de 2.700 participantes de más de 90 países han participado en el XXIII Congreso Mundial de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO por sus siglas en inglés) celebrado en Seúl la semana pasada. Durante 6 días se han desarrollado 170 sesiones en las que se han presentado más de 1.900 trabajos de investigación en campos como el cambio climático, biodiversidad y uso sostenible del bosque, bosques, comunidad y culturas o bosques, salud y seguridad ambiental.
El asunto más importante que está llevando los bosques a la primera escena mundial es el papel que éstos juegan frente al cambio global: los bosques son un gran almacén de CO2 y la deforestación y degradación son responsables, hoy día, de una quinta parte de las emisiones mundiales. Esta cifra es más que la de todo el sector mundial del transporte.
El reconocimiento de esta relevancia fue la única victoria ambiental tangible surgida de la Cumbre sobre Cambio Climático (COP 15) celebrada en Copenhague en diciembre de 2009, con la creación de incentivos a la conservación de los bosques a través del mecanismo REDD+ (Reducción de Emisiones debidas a la Deforestación y Degradación de los Bosques).
Tal es así que un mes más tarde el Fondo Monetario Internacional anunció la creación de un fondo de inversión de más 100.000 millones de dólares a destinar en estos proyectos.
Pero los bosques pueden ayudar en la lucha contra el cambio climático no sólo mediante la conservación de las áreas forestales que existen. También el uso sostenible de productos del bosque para la construcción o la producción de energía, contribuye a reducir las emisiones al sustituir otras fuentes de mayores tasas de emisión (acero, hormigón, plásticos).
El responsable Forestal de FAO, Eduardo Rojas, afirmó que un uso adecuado de los recursos forestales podría llevarnos a recuperar los niveles de CO2 atmosféricos de la era preindustrial en sólo 100 o 150 años.
Una gran oportunidad, una solución compleja
Las inversiones en REDD+ suponen una gran oportunidad para la mejora de los bosques del mundo, pero ésta no es una solución sencilla.
Por un lado abre la puerta a un gran número de sinergias. Conservar los bosques y evitar su degradación es también una buena noticia para la biodiversidad. Los bosques son uno de los lugares dónde más variedad de especies habitan.
Además, estas inversiones son una oportunidad para la mejora de las condiciones de vida de los países en vías de desarrollo. Es en ellos dónde se concentran las mayores tasas de deforestación y degradación.
Pero por otro lado, que esas inversiones consigan los resultados deseados conlleva que las personas que viven en y de los bosques sean beneficiarios directos de esas inversiones. Este hecho ha sido ampliamente contrastado por la ciencia forestal.
Así lo afirmaron en las sesiones plenarias del congreso Frances Seymour y José Joaquín Campos, directores de los centros de investigación forestal de relevancia mundial CIFOR y CATIE.
Reducir la deforestación requiere de la participación activa de las comunidades asociadas a ellos, la regulación de los derechos sobre la tierra, la mejora de las condiciones de gobernanza, la integración de los actores y escalas locales, regionales y nacionales y el manejo de los recursos a escala de paisaje. En definitiva, requiere un enfoque sistémico.
Generar los mecanismos que hagan posible esta vinculación entre las necesidades mundiales para con los bosques y las comunidades que los habitan y aprovechan requiere del desarrollo de proyectos complejos. Inversiones con un elevado coste de transacción. Y, como afirmó José Joaquín Campos, “no hay alternativa al enfoque sistémico”.
Por su parte los grupos indígenas observan REDD+ con desconfianza y recelo pues ven en este interés económico por los bosques una nueva amenaza a su soberanía sobre los recursos que manejan desde tiempos inmemoriales.
Bosques para la mitigación, pero también para la adaptación
Además, los bosques también han de afrontar los efectos del cambio global. Los cambios en las condiciones climáticas producirán variaciones en las especies que conforman los bosques, quizás demasiado rápidos para posibilitar su adaptación. Y la previsión del incremento de los eventos adversos, que parece confirmarse, también conllevará efectos significativos: incendios o daños por vendavales, episodios de sequía e inundaciones.
La adaptación de los bosques a estos cambios es crucial para mantener los servicios que prestan y, por tanto, al bienestar de las comunidades vinculadas a ellos.
Se confirma el binomio bosques-salud. Foto: YMM
Pero no sólo cambio climático
El XXIII Congreso Munidal de IUFRO ha abordado múltiples temas, como el equilibrio necesario entre el aprovechamiento y la conservación, los servicios ambientales o el valor de los productos forestales para un futuro más verde.
Además ha habido sesiones específicas para el futuro de los bosques de Asia, las tecnologías emergentes en el sector forestal, la salud de los bosques y árboles, la relación de los bosques con las comunidades y culturas o los bosques urbanos.
Han sido de especial interés, asimismo, las aportaciones relacionadas con los bosques, la salud y la seguridad ambiental. Se presentaron evidencias científicas que constatan el binomio bosques y salud.
La Nippon Medical School ha demostrado que 2 o 3 días en la naturaleza aumentan los niveles de serotonina, un neurotransmisor que reduce la depresión, los desordenes digestivos y la agresividad.
También se está realizando un gran número de estudios relacionados con la búsqueda de aplicaciones y productos de utilidad para la salud, como los llevados a cabo activamente por el Instituto de Investigación Forestal de Malasia.
Asimismo, Peter Shaw Aston, de la Universidad de Harvard y especialista en los bosques tropicales de Asia, afirmó que en la increíble biodiversidad de los bosques tropicales puede encontrarse la solución a las plagas de los cultivos actuales y futuros.
El XXIII Congreso Munidal de IUFRO ha abordado múltiples temas, como el equilibrio necesario entre el aprovechamiento y la conservación, los servicios ambientales o el valor de los productos forestales para un futuro más verde.
Además ha habido sesiones específicas para el futuro de los bosques de Asia, las tecnologías emergentes en el sector forestal, la salud de los bosques y árboles, la relación de los bosques con las comunidades y culturas o los bosques urbanos.
Han sido de especial interés, asimismo, las aportaciones relacionadas con los bosques, la salud y la seguridad ambiental. Se presentaron evidencias científicas que constatan el binomio bosques y salud.
La Nippon Medical School ha demostrado que 2 o 3 días en la naturaleza aumentan los niveles de serotonina, un neurotransmisor que reduce la depresión, los desordenes digestivos y la agresividad.
También se está realizando un gran número de estudios relacionados con la búsqueda de aplicaciones y productos de utilidad para la salud, como los llevados a cabo activamente por el Instituto de Investigación Forestal de Malasia.
Asimismo, Peter Shaw Aston, de la Universidad de Harvard y especialista en los bosques tropicales de Asia, afirmó que en la increíble biodiversidad de los bosques tropicales puede encontrarse la solución a las plagas de los cultivos actuales y futuros.
Retos futuros de la ciencia forestal
La directiva de IUFRO aportó asimismo, al cierre del congreso, los retos de cara al futuro para la ciencia forestal:
- comunicación para la puesta en valor de los bosques y la ciencia forestal. En este sentido destaca el IV Día de los Bosques, un evento paralelo a la próxima Cumbre del Clima (COP 16) en Cancún, y la declaración de 2011 como Año Internacional de los Bosques
- implantación de proyectos REDD: mecanismos de financiación, titularidad de tierras, seguimiento y evaluación de stocks, gobernanza, comunidades y biodiversidad
- selvicultura y mejora genética para una demanda múltiple y creciente de los servicios de los bosques: madera, productos no maderables, bioenergía, biodiversidad, captura de carbono o agua
- adaptación al cambio climático: sustitución de especies, resiliencia, resistencia a vendavales, incendios, inundaciones
- extensión de las plagas y enfermedades por la globalización: el flujo de mercancías está llevando a la aparición de plagas y enfermedades extrañas a los ecosistemas, causando daños severos.
- mejorar la transversalidad en la investigación forestal, tanto entre los diferentes grupos de IUFRO, como entre los investigadores forestales y aquellos de otras ramas de la ciencia (ciencias sociales, salud, economía, política).
En definitiva, tal y como rezaba el lema del congreso, el reto es conservar y promover los “Bosques para el Futuro, sosteniendo a la Sociedad y al Medio Ambiente”.
Yeray Martínez Montesdeoca es Ingeniero de Montes, Consultor Forestal y Director Técnico de Genea Consultores
La directiva de IUFRO aportó asimismo, al cierre del congreso, los retos de cara al futuro para la ciencia forestal:
- comunicación para la puesta en valor de los bosques y la ciencia forestal. En este sentido destaca el IV Día de los Bosques, un evento paralelo a la próxima Cumbre del Clima (COP 16) en Cancún, y la declaración de 2011 como Año Internacional de los Bosques
- implantación de proyectos REDD: mecanismos de financiación, titularidad de tierras, seguimiento y evaluación de stocks, gobernanza, comunidades y biodiversidad
- selvicultura y mejora genética para una demanda múltiple y creciente de los servicios de los bosques: madera, productos no maderables, bioenergía, biodiversidad, captura de carbono o agua
- adaptación al cambio climático: sustitución de especies, resiliencia, resistencia a vendavales, incendios, inundaciones
- extensión de las plagas y enfermedades por la globalización: el flujo de mercancías está llevando a la aparición de plagas y enfermedades extrañas a los ecosistemas, causando daños severos.
- mejorar la transversalidad en la investigación forestal, tanto entre los diferentes grupos de IUFRO, como entre los investigadores forestales y aquellos de otras ramas de la ciencia (ciencias sociales, salud, economía, política).
En definitiva, tal y como rezaba el lema del congreso, el reto es conservar y promover los “Bosques para el Futuro, sosteniendo a la Sociedad y al Medio Ambiente”.
Yeray Martínez Montesdeoca es Ingeniero de Montes, Consultor Forestal y Director Técnico de Genea Consultores