Un tratamiento con antibióticos durante el primer año de vida puede producir alguna enfermedad no deseada: la exposición a estos fármacos se asocia con un aumento en el diagnóstico de alergias alimentarias, según una nueva investigación de la Universidad de Carolina del Sur (EE.UU.).
Analizando datos administrativos del programa de seguros de salud para gente pobre (Medicaid) de Carolina del Sur entre 2007 y 2009, investigadores de Farmacia, Medicina y Salud Pública identificaron 1.504 casos de niños con alergias a los alimentos y 5.995 controles sin alergias a los alimentos.
Ajustando por factores que incluyen el nacimiento, la lactancia materna, tener asma, tener eczema, la edad materna y vivir en la ciudad, los investigadores encontraron que los niños con antibióticos prescritos dentro del primer año de vida eran 1,21 veces más propensos a ser diagnosticados con alergia a los alimentos que los niños que no habían recibido una prescripción de antibióticos.
La asociación entre la prescripción y el desarrollo de alergia a los alimentos a los antibióticos era estadísticamente significativa, y las probabilidades de un diagnóstico de alergia alimentaria aumentaban con el número de prescripciones de antibióticos que recibió el niño, pasando de un aumento del riesgo de 1,31 con tres recetas a 1,43 con cuatro recetas y 1,64 con cinco o más medicamentos.
El equipo de investigación interdisciplinar, dirigido por Bryan Love, doctor en Farmacia, encontró la asociación más fuerte entre los niños a los que se les prescribieron antibióticos de cefalosporina (1,50 de riesgo) y sulfonamidas (1,54), que son terapias de amplio espectro, en comparación con agentes de menor espectro tales como penicilinas y macrólidos.
El estudio se ha publicado en la revista Allergy, Asthma & Clinical Immunology, informa la universidad en una nota.
Esta investigación se basa en estudios previos que hallaron que la flora normal del intestino es fundamental para el desarrollo de la tolerancia del cuerpo a las proteínas extrañas, como los alimentos.
Analizando datos administrativos del programa de seguros de salud para gente pobre (Medicaid) de Carolina del Sur entre 2007 y 2009, investigadores de Farmacia, Medicina y Salud Pública identificaron 1.504 casos de niños con alergias a los alimentos y 5.995 controles sin alergias a los alimentos.
Ajustando por factores que incluyen el nacimiento, la lactancia materna, tener asma, tener eczema, la edad materna y vivir en la ciudad, los investigadores encontraron que los niños con antibióticos prescritos dentro del primer año de vida eran 1,21 veces más propensos a ser diagnosticados con alergia a los alimentos que los niños que no habían recibido una prescripción de antibióticos.
La asociación entre la prescripción y el desarrollo de alergia a los alimentos a los antibióticos era estadísticamente significativa, y las probabilidades de un diagnóstico de alergia alimentaria aumentaban con el número de prescripciones de antibióticos que recibió el niño, pasando de un aumento del riesgo de 1,31 con tres recetas a 1,43 con cuatro recetas y 1,64 con cinco o más medicamentos.
El equipo de investigación interdisciplinar, dirigido por Bryan Love, doctor en Farmacia, encontró la asociación más fuerte entre los niños a los que se les prescribieron antibióticos de cefalosporina (1,50 de riesgo) y sulfonamidas (1,54), que son terapias de amplio espectro, en comparación con agentes de menor espectro tales como penicilinas y macrólidos.
El estudio se ha publicado en la revista Allergy, Asthma & Clinical Immunology, informa la universidad en una nota.
Esta investigación se basa en estudios previos que hallaron que la flora normal del intestino es fundamental para el desarrollo de la tolerancia del cuerpo a las proteínas extrañas, como los alimentos.
Infecciones
Los antibióticos son conocidos por alterar la composición de la flora intestinal, y los niños estadounidenses de entre tres meses y tres años de edad reciben 2,2 prescripciones anuales de antimicrobianos en promedio, de acuerdo con la literatura.
Los resultados del estudio sugieren un posible vínculo entre el aumento de las prescripciones de antibióticos a los niños pequeños y el aumento en el diagnóstico de alergias alimentarias.
Teniendo en cuenta los resultados del estudio y otras investigaciones que sugieren que los antibióticos se prescriben frecuentemente de forma inadecuada para tratar infecciones virales, Love dice que los médicos deben tener cuidado antes de ordenar antibióticos para niños pequeños, pero señala que puede ser difícil distinguir entre las infecciones virales y las bacterianas.
"Necesitamos mejores herramientas de diagnóstico para ayudar a identificar a los niños que realmente necesitan antibióticos", dice. "El uso excesivo de antibióticos crea más oportunidades para que haya efectos secundarios, incluido el posible desarrollo de alergias a los alimentos, y puede fomentar la resistencia a los antibacterianos".
El equipo de investigación está ampliando el alcance de su estudio, analizando datos de varios estados para determinar si sus hallazgos se mantienen en una gran población de pacientes.
Los antibióticos son conocidos por alterar la composición de la flora intestinal, y los niños estadounidenses de entre tres meses y tres años de edad reciben 2,2 prescripciones anuales de antimicrobianos en promedio, de acuerdo con la literatura.
Los resultados del estudio sugieren un posible vínculo entre el aumento de las prescripciones de antibióticos a los niños pequeños y el aumento en el diagnóstico de alergias alimentarias.
Teniendo en cuenta los resultados del estudio y otras investigaciones que sugieren que los antibióticos se prescriben frecuentemente de forma inadecuada para tratar infecciones virales, Love dice que los médicos deben tener cuidado antes de ordenar antibióticos para niños pequeños, pero señala que puede ser difícil distinguir entre las infecciones virales y las bacterianas.
"Necesitamos mejores herramientas de diagnóstico para ayudar a identificar a los niños que realmente necesitan antibióticos", dice. "El uso excesivo de antibióticos crea más oportunidades para que haya efectos secundarios, incluido el posible desarrollo de alergias a los alimentos, y puede fomentar la resistencia a los antibacterianos".
El equipo de investigación está ampliando el alcance de su estudio, analizando datos de varios estados para determinar si sus hallazgos se mantienen en una gran población de pacientes.
Referencia bibliográfica:
Bryan L. Love, Joshua R. Mann, James W. Hardin, Z. Kevin Lu, Christina Cox, David J. Amrol: Antibiotic prescription and food allergy in young children. Allergy, Asthma & Clinical Immunology (2016). DOI: 10.1186/s13223-016-0148-7.
Bryan L. Love, Joshua R. Mann, James W. Hardin, Z. Kevin Lu, Christina Cox, David J. Amrol: Antibiotic prescription and food allergy in young children. Allergy, Asthma & Clinical Immunology (2016). DOI: 10.1186/s13223-016-0148-7.