Galería de los Discos, en la cueva de El Castillo. Pedro Saura. Click para ampliar.
Los ejemplos más antiguos del arte rupestre paleolítico de Europa se encuentran en las cuevas cantábricas. Concretamente, la imagen más antigua se ha datado en la cueva de El Castillo, en Cantabria: la realizaron hace más de 40.800 años.
Se creía que dicha imagen tenía unos 30.000 años, pero mediante el uso del método del desequilibrio de la serie del Uranio (técnica poco aplicada al arte rupestre hasta la fecha), se ha probado que es más antigua de lo que se pensaba.
La revista Science ha dedicado su portada de esta semana a este estudio liderado por Alistair Pike, investigador de la Universidad de Bristol. Han sido varios los expertos que han participado en este trabajo; entre ellos se encuentra Marcos García Díez, profesor de la UPV/EHU en el Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, y miembro del Grupo Consolidado y de Alto Rendimiento en Prehistoria que lidera Ignacio Barandiaran Maestu, Premio Euskadi de Investigación.
La prueba del carbono-14 AMS, utilizada frecuentemente en las dataciones, solo es aplicable a un reducido número de motivos rupestres. Por ejemplo, sirve en el caso de pinturas negras hechas con carbón (materia orgánica), pero no cuando la imagen fue pintada en rojo (materia colorante inorgánica, óxido de hierro) o grabada.
Por lo tanto, en este trabajo se apuesta por el método del desequilibrio de la serie del Uranio. Esta técnica es habitual en los estudios paleoclimáticos, pero no así en el arte rupestre, porque conlleva algunas dificultades. Sin embargo, García Díez y el resto de investigadores han conseguido mejorar el procedimiento, para así obtener fechas muy precisas recurriendo a cantidades muy pequeñas de muestras (del orden del miligramo).
Se creía que dicha imagen tenía unos 30.000 años, pero mediante el uso del método del desequilibrio de la serie del Uranio (técnica poco aplicada al arte rupestre hasta la fecha), se ha probado que es más antigua de lo que se pensaba.
La revista Science ha dedicado su portada de esta semana a este estudio liderado por Alistair Pike, investigador de la Universidad de Bristol. Han sido varios los expertos que han participado en este trabajo; entre ellos se encuentra Marcos García Díez, profesor de la UPV/EHU en el Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, y miembro del Grupo Consolidado y de Alto Rendimiento en Prehistoria que lidera Ignacio Barandiaran Maestu, Premio Euskadi de Investigación.
La prueba del carbono-14 AMS, utilizada frecuentemente en las dataciones, solo es aplicable a un reducido número de motivos rupestres. Por ejemplo, sirve en el caso de pinturas negras hechas con carbón (materia orgánica), pero no cuando la imagen fue pintada en rojo (materia colorante inorgánica, óxido de hierro) o grabada.
Por lo tanto, en este trabajo se apuesta por el método del desequilibrio de la serie del Uranio. Esta técnica es habitual en los estudios paleoclimáticos, pero no así en el arte rupestre, porque conlleva algunas dificultades. Sin embargo, García Díez y el resto de investigadores han conseguido mejorar el procedimiento, para así obtener fechas muy precisas recurriendo a cantidades muy pequeñas de muestras (del orden del miligramo).
El Techo de las Manos, en la cueva de El Castillo. Pedro Saura.
Los primeros Homo sapiens, por lo menos
Gracias a este método, la materia prima con la que se ha datado el arte rupestre no ha sido la propia pintura, sino la calcita formada por encima y por debajo de los motivos artísticos. De esta manera, no hay perjuicios para la conservación de las pinturas, ya que no hace falta extraer materia colorante alguna de las imágenes; basta con un poco de calcita para proceder al análisis.
En consecuencia, no afecta al arte rupestre, como ocurre con la datación del carbono 14 AMS. Así pues, estos investigadores recientemente reconocidos por la revista Science han trabajado en 11 cuevas de Asturias y Cantabria, entre las que se incluyen algunas declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, como Altamira, El Castillo y Tito Bustillo. Han calculado la edad máxima y mínima de 50 pinturas.
Gracias a este novedoso método de datación, un disco (punto grande) rojo pintado en El Castillo se ha convertido en el ejemplo de arte rupestre más antiguo de Europa. Mediante el desequilibrio de la serie del Uranio, se ha podido saber que tiene más de 40.800 años, 10.000 más de lo que se creía; y en consecuencia, unos 7.000 años más que la datación de este tipo más antigua llevada a cabo hasta la fecha (una imagen de la cueva francesa de Chauvet).
Además, han comprobado que una mano negativa roja localizada en esta misma cueva de Cantabria tiene al menos 37.300 años. Asimismo, según han concluido, un símbolo rojo claviforme (gran triángulo) datado en Altamira tiene por lo menos 35.600 años, lo que significa que el arte rupestre de Altamira comenzó 15.000 años antes de lo que se pensaba, y que la cueva ha sido visitada y pintada reiteradamente durante 30.000 años.
No solo eso. La creación del arte rupestre se le ha solido atribuir siempre a las poblaciones de Homo sapiens, como muestra del desarrollo humano, pero los resultados de esta investigación abren una nueva vía de análisis posible. Y es que, en esta zona cantábrica, los restos más antiguos de Homo sapiens que se han encontrado son de hace 41.500 años, y antes de ellos, eran los neandertales los que vivían allí.
Por lo tanto, este grupo ha concluido que los primeros Homo sapiens que llegaron a Europa ya poseían una gran capacidad simbólica. Y no descartan otra opción: la posibilidad de que los autores de dichas imágenes fueran las poblacioness neandertales.
Además de la UPV/EHU, han participado en este exitoso trabajo investigadores de las universidades de Bristol, Barcelona, Sheffield, Alcalá de Henares y Cantabria, así como del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Burgos) y del Museo y Centro de Investigación de Altamira.
Gracias a este método, la materia prima con la que se ha datado el arte rupestre no ha sido la propia pintura, sino la calcita formada por encima y por debajo de los motivos artísticos. De esta manera, no hay perjuicios para la conservación de las pinturas, ya que no hace falta extraer materia colorante alguna de las imágenes; basta con un poco de calcita para proceder al análisis.
En consecuencia, no afecta al arte rupestre, como ocurre con la datación del carbono 14 AMS. Así pues, estos investigadores recientemente reconocidos por la revista Science han trabajado en 11 cuevas de Asturias y Cantabria, entre las que se incluyen algunas declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, como Altamira, El Castillo y Tito Bustillo. Han calculado la edad máxima y mínima de 50 pinturas.
Gracias a este novedoso método de datación, un disco (punto grande) rojo pintado en El Castillo se ha convertido en el ejemplo de arte rupestre más antiguo de Europa. Mediante el desequilibrio de la serie del Uranio, se ha podido saber que tiene más de 40.800 años, 10.000 más de lo que se creía; y en consecuencia, unos 7.000 años más que la datación de este tipo más antigua llevada a cabo hasta la fecha (una imagen de la cueva francesa de Chauvet).
Además, han comprobado que una mano negativa roja localizada en esta misma cueva de Cantabria tiene al menos 37.300 años. Asimismo, según han concluido, un símbolo rojo claviforme (gran triángulo) datado en Altamira tiene por lo menos 35.600 años, lo que significa que el arte rupestre de Altamira comenzó 15.000 años antes de lo que se pensaba, y que la cueva ha sido visitada y pintada reiteradamente durante 30.000 años.
No solo eso. La creación del arte rupestre se le ha solido atribuir siempre a las poblaciones de Homo sapiens, como muestra del desarrollo humano, pero los resultados de esta investigación abren una nueva vía de análisis posible. Y es que, en esta zona cantábrica, los restos más antiguos de Homo sapiens que se han encontrado son de hace 41.500 años, y antes de ellos, eran los neandertales los que vivían allí.
Por lo tanto, este grupo ha concluido que los primeros Homo sapiens que llegaron a Europa ya poseían una gran capacidad simbólica. Y no descartan otra opción: la posibilidad de que los autores de dichas imágenes fueran las poblacioness neandertales.
Además de la UPV/EHU, han participado en este exitoso trabajo investigadores de las universidades de Bristol, Barcelona, Sheffield, Alcalá de Henares y Cantabria, así como del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Burgos) y del Museo y Centro de Investigación de Altamira.
Referencia
A. W. G. Pike, D. L. Hoffmann, M. García-Diez, P. B. Pettitt, J. Alcolea, R. De Balbín, C. González-Sainz, C. de las Heras, J. A. Lasheras, R. Montes, J. Zilhão. U-series dating of Palaeolithic Art in 11 Caves in Spain Science (June 15th, 2012).Vol. 336 no. 6087 pp. 1409-1413.
A. W. G. Pike, D. L. Hoffmann, M. García-Diez, P. B. Pettitt, J. Alcolea, R. De Balbín, C. González-Sainz, C. de las Heras, J. A. Lasheras, R. Montes, J. Zilhão. U-series dating of Palaeolithic Art in 11 Caves in Spain Science (June 15th, 2012).Vol. 336 no. 6087 pp. 1409-1413.