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Las personas dominantes pueden ser sorprendentemente sociables

Un estudio ofrece una perspectiva más sutil de estos individuos, de los que se suele pensar que ignoran las opiniones y consejos de los demás


En contraste con el estereotipo, las personas dominantes resultan ser aprendices sociales ávidos, al igual que los individuos dominantes de otras especies del reino animal, revela un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos. La investigación matiza, además, que existen dos tipos de personas dominantes: las sociales y las agresivas.


Universidad de Radboud/T21
21/11/2014

En contraste con el estereotipo, las personas dominantes resultan ser aprendices sociales ávidos, al igual que los individuos dominantes de otras especies del reino animal.

Así lo muestran neurocientíficos de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos, en un artículo publicado en la revista Current Biology. El trabajo ofrece una perspectiva más sutil de estos individuos, de los que se suele pensar que ignoran las opiniones y consejos de los demás.

Al contrario, comúnmente, este tipo de personas consiguen lo que quieren usando diversas estrategias sociales. Por ejemplo, las personas socialmente dominantes hacen aliados y tratan de convencer a los demás con buenos argumentos. Otro caso es el de las personas dominantes agresivas, más dictatoriales.

El presente estudio, que es el primero que analiza la dominación y el aprendizaje social en los seres humanos, según un comunicado de la Universidad de Radboud, muestra que las personas socialmente dominantes valoran además su independencia, pero, paradójicamente, también muestran una dependencia mayor hacia el aprendizaje social en tareas de decisión compleja. En cambio, los individuos dominantes agresivos no se basan en el aprendizaje social.

Aprender del reino animal

La primera autora del estudio, Jennifer Cook, explica que: "En muchas especies de animales, el líder de la manada suele ser muy bueno en aprendizaje social. Totalmente lo contrario de lo que tendemos a pensar de este tipo de personas. Entre los gorriones de Harris, por ejemplo, los individuos dominantes siguen a otras aves que toman decisiones inteligentes. Queríamos ver si esto es verdad, no sólo en las aves, sino también en los seres humanos".

Los participantes en el estudio rellenaron un cuestionario sobre su estilo de dominación. Las puntuaciones altas en cuestiones como "Generalmente pongo en contacto unas personas con otras" indicaron dominancia social; y altas puntuaciones en cuestiones como "Me gusta cuando otras personas me sirven", indicaron una dominancia agresiva.

Una tarea de toma de decisiones realizada en un ordenador indicó si los participantes habían aprendido a ser de un modo u otro sobre todo a partir de su propia experiencia personal, o a partir de las experiencias de otras personas.

El lado positivo

"Nuestro estudio muestra que, mientras que los individuos agresivamente dominantes prefieren confiar en su experiencia personal, los individuos socialmente dominantes tienden a usar la información que proviene de otras personas", explica Cook.

'Esto muestra el lado positivo de la dominación social", según la investigadora, pues, si se piensa en ello, a menudo los mejores líderes son los que escuchan las aportaciones de los demás, al tiempo que son lo suficientemente independientes como para tomar sus propias decisiones.

"En mi opinión, el punto de vista más sutil que ofrecemos (con este estudio) podría tener implicaciones importantes para la toma de decisiones en diversos ámbitos. Por ejemplo, si usted está tratando de ayudar a un líder a aprender algo nuevo, puede ser importante tener en cuenta si es social o agresivamente dominante, y si se va a aprender mejor a través de una vía social o individual'.

Referencia bibliográfica:

Cook J, den Ouden H.E.M, Heyes C, Cools R. The social dominance paradox. Cell Biology (2014). DOI: 10.1016/j.cub.2014.10.014.



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